Buscan garantizar la transparencia del voto con nuevas medidas
Las adoptó el Gobierno, a instancia de la Justicia; intentan disipar las sospechas de fraude ante un resultado ajustado
Después de las PASO del 9 de agosto, la Cámara Nacional Electoral tomó numerosas medidas para tratar de garantizar la transparencia del resultado de los comicios.
El tribunal -que integran Santiago Corcuera, Alberto Dalla Vía y Rodolfo Munné- quiere evitar que se instalen a nivel nacional las sospechas de fraude que mancharon las elecciones para gobernador de Tucumán. Y, además, busca aportar la mayor transparencia posible a unos comicios que pueden arrojar un resultado muy ajustado y cuyo primer escrutinio, el provisional, lo realiza el Poder Ejecutivo.
Por eso, la Cámara Electoral pidió al Gobierno nuevas medidas de transparencia:
-Capacitación. Se dieron nuevos cursos a los presidentes de mesa.
-Suplentes. En muchas escuelas de la provincia de Buenos Aires están convocados no sólo un presidente y un suplente por mesa, sino dos suplentes. Así se busca evitar que punteros políticos puedan reemplazar a los presidentes de mesa que se ausenten.
-Más boletas. Cuando el votante ingrese en el cuarto oscuro, si no encuentra su boleta dispondrá en algunas escuelas -que cuentan con infraestructura suficiente- de un cuarto oscuro suplementario, donde habrá papeletas de contingencia de las seis agrupaciones. Los partidos también estaban habilitados para entregar a los jueces electorales más boletas de sus agrupaciones, para que los magistrados ordenen su reparto al Correo. Asimismo, los delegados que designa la Justicia en cada escuela tendrán boletas extra de contingencia.
-Escrutinio de mesa. Una vez que concluya la votación y el presidente de mesa y los fiscales abran las urnas, tendrán que completar actas de la votación y telegramas que ahora tendrán un diseño gráfico unificado. Se busca evitar "errores" de los fiscales que, en ocasiones, no vuelcan fielmente los resultados del acta de escrutinio en los telegramas. Un problema que, luego, genera enormes disputas.
-Transporte de telegramas. Habrá personas identificadas para llevar los telegramas de cada escuela a los centros de carga de datos. En algunos distritos irán en sobre cerrado, pero no en todos. Y sólo los camiones o vehículos que deban recorrer rutas o largos trayectos llevarán GPS. La Cámara Electoral había pedido GPS para todos los móviles, pero el Gobierno no los aportó. Además, los fiscales de partido acreditados podrán acompañar el vehículo que transporta los telegramas. Queda allí un terreno propicio para que, todavía, se cometan algunas irregularidades.
-Cuando los telegramas arriben a alguno de los 250 centros de carga que tiene el Correo, el empleado del Correo los escaneará para enviarlos, por vía digital, al Centro de Cómputos que está en Barracas. En este último centro concentrador, los data entry cargarán los datos de los resultados. Tanto la tarea de escaneo que haga el empleado de Correo en cada uno de aquellos nodos como la carga de los datos que se haga en Barracas podrán ser presenciadas por fiscales de cada partidos y por delegados de las Defensorías del Pueblo de cada provincia.
-Carga. En Barracas, los resultados se cargarán sin un orden predeterminado. En algún momento los partidos habían propuesto seguir cierta secuencia geográfica, para evitar que los resultados parciales que arrojaran algunas provincias pudieran crear una impresión distorsionada del verdadero resultado final. Pero esta idea no avanzó.
-Una vez que finalice el escrutinio provisional, cuyos resultados serán conocidos durante la noche del domingo o la madrugada del lunes, habrá que esperar 48 horas para que comience el escrutinio definitivo, que es el que arroja los únicos resultados válidos y finales de la votación. Si hay un resultado ajustado, ésos serán días de mucha tensión.
Para acelerar ese escrutinio definitivo, que sí está a cargo de la Justicia, la Cámara Electoral ordenó poner más mesas. Pero el trabajo manual nunca demorará menos de una semana.
No definen un pedido por el voto en blanco
- El juez federal de Chaco, Rubén Skidelsky, se declaró incompetente para resolver un planteo que había hecho el frente UNA, de Sergio Massa. Esa fuerza había pedido que en el cómputo de los datos se tengan en cuenta los votos en blanco, que en las PASO llegaron casi a un millón.
- Los artículos 97 y 98 de la Constitución nacional dicen que para saber si el ganador alcanzó el porcentaje necesario, se tendrán en cuenta sólo los votos "válidos afirmativos". El voto en blanco es "válido", pero no es "afirmativo".
- Massa hizo una interpretación distinta. Skidelsky no se expidió sobre el planteo, pero dijo que él es incompetente para decidirlo. Por eso, el magistrado le envió la causa a su colega porteña, Maria Servini de Cubría. Así, el tema no se resolverá hasta bastante después de los comicios.