Buscan demoler el juicio de los cuadernos de las coimas con una pericia caligráfica de escaso impacto procesal
Armando Loson, un empresario que confesó haber pagado sobornos, pidió un informe caligráfico en otra causa; los resultados enumeran como “irregularidades” decenas de cuestiones menores con escaso impacto procesal
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La causa de los cuadernos de las coimas empezó a transcurrir momentos determinantes. Desde hace tres años, la parte central más importante del expediente espera el inicio del juicio oral; desde entonces, decenas de hechos que son parte de la acusación son tratados por el tribunal de primera instancia para evitar futuras nulidades o recursos. Una verdadera madeja procesal con más de un centenar de imputados que ahora pugnan por desarmar el expediente. A cualquier precio y con todos los medios posibles.
En medio de ese tránsito lento pero constante, la causa más grande que se haya instruido por corrupción en las últimas décadas sufre ataques de todo tipo para impedir que efectivamente se inicien las audiencias donde se ventile la prueba, desde testimonios a pericias. Por estos días, una pericia caligráfica se ha convertido en el fetiche de abogados, militantes y periodistas para desacreditar las acusaciones. En Comodoro Py, mientras tanto, nadie le concede peso a esa medida probatoria que ni siquiera se produjo en la causa principal.
La pericia arrojó algunas cosa concretas. La primera es que reconoció que los cuadernos fueron escritos por Oscar Centeno, el chofer del Ministerio de Planificación Federal que llevaba a funcionarios a retirar bolsos de empresarios. Eso coincide con lo que le propio Centeno ha confesado. La otra es que hay diferencias en los trazos, en las tintas que se usaron durante 10 años de escritura y que hay tachones y remarcados. El punto es que no parece nada de extraordinario que haya cambiado de lapicera o que algunos trazos de letras hayan variado con el tiempo. LA NACION expondrá en esta nota algunas de las diferencias que se expresan con los documentos oficiales.
Uno de esos embates lo encabeza, desde hace tiempo, un empresario confeso: Armando Roberto Loson, un exitoso hombre de negocios, la mayoría de ellos con el Estado del otro lado, que es arrepentido en la causa. Con el patrocinio de Indalecio Vela, el dueño de la firma Albanesi intenta meter una cuña en la causa madre, con suerte dispar. Su iniciativa se suma a la que también intentaron los empresarios Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, y Néstor Otero, concesionario de la terminal de Retiro, que solicitaron acceder al celular de este cronista, o lograr que se le entreguen las filmaciones de todo el barrio de Vicente López donde funciona la redacción de LA NACION. Aquellas medidas de pruebas, solicitadas en otro expediente iniciado por él mismo y no en Cuadernos, fueron receptadas por el juez Marcelo Martínez de Giorgi, quien hizo lugar a parte de los pedidos. Finalmente, la Cámara Federal falló en contra y protegió las fuentes periodísticas, un derecho consagrado en la Constitución.
Esta vez, Loson fue por el mismo magistrado y logró que le autoricen hacer una pericia caligráfica en una causa paralela caratulada “N.N sobre falso testimonio con cohecho, abuso de autoridad, y violación de deberes de funcionario público, falsificación de documentos públicos, estafa y asociación ilícita”. Como se dijo, no lo hizo en Cuadernos sino en una causa que él mismo instruyó.
Mientras esto sucedía, en la causa madre que tramita por ante el juzgado de Julián Ercolini, Loson es arrepentido y desde hace tiempo peregrina por los pasillos, sin suerte, con un intento para que su caso pase a la justicia Electoral. Su argumento para pedir el cambio de fuero tiene incorporada su culpabilidad: sostiene que si bien entregó dinero a funcionario lo hizo para la campaña y que eso no constituye otra cosa más que una desprolijidad contable al no reclamar el recibo del partido al que le dio los billetes. Loson e Indalecio Vela, su abogado, ya hicieron dos veces el planteo y recibieron dos rechazos. Ahora, el planteo espera la resolución de la Cámara Federal para ver si su caso cruza de vereda y abandona el Federal para recalar en el más benévolo Electoral.
La confesión de Loson
El dueño de Albanesi se arrepintió en la causa Cuadernos, en 2018. En su declaración reconoció que pagaba a funcionario y que siempre venían en un Toyota Corolla gris a cobrarle. Justamente, Oscar Centeno, manejaba un auto similar.
La confesión que en su momento entregó el empresario a la Justicia tiene varios elementos que ilustran aquella época, además de que cuadran perfecto en los datos que se desprenden de los Cuadernos que ahora impugna en una pericia caligráfica. Cada uno de aquellos hechos que entregó Loson estaban detallados en las anotaciones del chofer.
“…Nuestra relación principal, en cuanto a la empresa Albanesi con funcionarios, es a través de Cammesa. El cincuenta por ciento del capital accionario de CAMMESA es estatal y el otro restante de los generadores de gas. Aclaro que el Presidente de CAMMESA siempre fue el Secretario de Energía, pero en el gobierno anterior [Julio] De Vido cambió eso y pasó a ser él Presidente. Su vicepresidente era Esteban Kiper y había un abogado que se llamaba Abut. Así el Ministerio de Planificación pasó a manejar la energía como los proveedores de gas y gasoil. El gobierno tomo el control de todo esto, ellos decían que maquinas emplear y que quemar, si gas o gasoil. Nosotros tuvimos que ceder nuestros contratos de gas con YPF, Panamerican Energy, Total, al Estado”, contó Loson en su momento.
Luego prosiguió con el crudo relato de la corrupción. “Nosotros cobrábamos por factura de Cammesa que esa época se pagaban hasta ciento treinta y cuatro. Pero desde ahí pasamos a depender directamente del Ministerio de Planificación. Es decir, el ministerio tomó la batuta. Decía quien cobraba y quien no. Es más, llamábamos a Cammesa y nos decían que teníamos que hablar con Planificación. Por otro lado gran parte de estas facturas estaban cedidas a los bancos que financiaban las obras. Son inversiones muy grandes y era muy importante para nosotros la regularidad de los pagos (…) Por el hecho de ser una empresa importante aunque no perteneciéramos a la obra pública, fuimos víctimas de requerimientos de dinero, sobre todo para las campañas, por eso las fechas que se me imputan son durante los años 2013 y 2015, reconoció el empresario en sede judicial.
Cómo, cuánto y a quién pagaba
Como varios empresarios, Loson no ahorró en detalles. “En cuanto a la forma del requerimiento, en una de las reuniones que asiduamente teníamos en el Ministerio de Planificación por temas energéticos, [Roberto] Baratta pide verme aparte y me escribe en un papelito tipo block 1.800.000 pesos, lo que quería decir que debíamos colaborar con esa cifra. La segunda vez me lo dijo personalmente y me pidió 50.000 pesos. La verdad no estoy seguro ni me consta que ese dinero haya ido para la campaña”, dijo.
Finalmente, en lo que fue si primera estrategia de defensa, la que ahora intenta reescribir, el dueño de Albanesi, empresa que fundó su abuelo dio detalles sobre los retiros del efectivo. “Es cierto que hubo más de una entrada a la cochera para retirar el dinero, pero fue porque no le di toda la plata junta. Las entregas que se relatan en la calle son imposibles. Siempre entraron a la cochera, yo le daba la bolsita, nunca le di la plata toda junta porque no la tenía, se la di de mi bolsillo. Yo no podía vincular en esto a la empresa. Tenía que cumplir porque las presiones eran muchas. El que manejaba los pagos de Cammesa hacia la empresa también era Roberto Baratta. Él decía quien cobraba y quien no y Baratta me corría con los pagos. Me decía: ”Mirá que tenes cobrar, que la cosa viene dura”. Yo le decía que iba a cumplir, pero que no tenía todo el dinero junto. Antes de las entregas, Nelson Lazarte me llamaba para ver si podía pasar. Él era mi contacto. Siempre las entregas se las hice a Nelson, que pasaba en un auto con chofer que era un Toyota Corolla color gris…”.
La pericia caligráfica
Finalmente, el último capítulo de la defensa de Loson es una pericia caligráfica mediante la que se utilizaron fotografías de alta calidad, similares a las que LA NACION aportó en su momento a la causa y que publicó en su página web en la misma semana en que se conoció la causa Cuadernos, en agosto de 2018.
Como se dijo, la primera conclusión es que efectivamente los cuadernos los escribió Centeno. Sin embargo, eso no estaba controvertido ya que el propio chofer lo reconoció. Además, los hechos allí detallados coinciden con las confesiones y los declaraciones indagatorias de decenas de imputados.
Ahora, bien, vale la pena detenerse en las correcciones, las diferencias en el tipo de letras, los cambios de tintas o las tachaduras que se exponen. LA NACION ofrecerá una muestra de los casos que fueron compilados por los peritos con los que se intenta desvirtuar una de las pruebas.
1. Cambio de tinta.
Foja 19 de la pericia: “El cambio es apreciable en la imagen, donde a partir de la constancia fechada “13/08/13 — 18:05″, se pasa de un implemento de tonalidad azul-celeste claro, de consistencia pastosa y base grasa, al uso de un lapicero de tinta color azul intenso, apreciándose una consistencia más fluida a la primera indicada, siendo empleada hasta la finalización de las muestras de dicho cuaderno”.
2. Discrepancias en los tipos de letras.
Foja 29 de la pericia: “En lo que respecta a la anotación luciente en la imagen DSC0342, es posible fp-roborar que discrepan ampliamente las características de forma y formación, procediendo ambos grupos de diferentes manos autoras”.
Fojas 36 y 52 de la pericia: Comparación de algunas palabras seleccionadas como “Alem” y “Armando”. La pericia concluye que no se trata de la misma letra.
3. Tachaduras y reescrituras
Fojas 100 y 107 de la pericia: Algunas de las “tachaduras, reescritura y enmiendas” que se apuntan como irregulares. Con pequeñas flechas, los peritos apuntan en qué trazo se puede apreciar esa “irregularidad” en la escritura.
4. Resumen de “irregularidades
Foja 65 de la pericia. Con 8 planillas como la que se ilustra a continuación, los peritos resumen las cuestiones que resaltaron en la pericia.
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