Bullrich buscó seducir a empresarios con reformas profundas del Estado y atacó a Milei y a Massa
En el Coloquio de IDEA le quitó peso al líder de La Libertad Avanza con su “anticumbre” y al ministro de Economía lo definió como un “súperdesastre”; afirmó que ambos “son continuidad de la corrupción kirchnerista”.
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MAR DEL PLATA.- Los aplausos del auditorio colmado que se repitieron en una decena de oportunidades reconocieron a Patricia Bullrich, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, la única entre tres los competidores invitados que pasó por el Coloquio de IDEA y dejó desde el escenario un puñado de proyectos que coinciden en buena medida con varias de las 20 propuestas que los ejecutivos esperan ver en ejecución a partir del próximo 10 de diciembre.
Cara a cara, les habló de una normativa para acabar con el cepo “para siempre”, recuperar el diálogo, desterrar “la lógica amigo/enemigo de los últimos 20 años” y, en particular, de desarmar “ese monstruo grande”, en referencia al Estado burocrático y sobredimensionado. “Hay que sacar ese tapón y todo el potencial que tiene Argentina nos va a ilusionar”, dijo y le respondieron a palma batida.
Puertas afuera, en conferencia de prensa, se calzó el casco y traje de campaña y le apuntó fuerte y firme tanto a Javier Milei como a Sergio Massa, a quienes unió como parte de “una continuidad de la corrupción kirchnerista”. “Que no se suba el precio, no es ninguna anticumbre”, le recordó al líder de La Libertad Avanza por la reunión que armó en un coqueto rooftop con unas decenas de empresarios, en el mismo horario que ella hablaba ante más de 800 personas. “El que se vendió como superministro, es un súper desastre”, describió al ministro de Economía de la Nación, otro que también faltó a la cita en el Sheraton Mar del Plata. “Lo llevamos a Davos y no aprendió nada”, remarcó de aquel viaje, invitado por el entonces presidente Mauricio Macri.
Bullrich llegó en su “Patoneta”, el ómnibus con el que recorre el país y en el que desembarcó en la sede del coloquio acompañada por su candidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti. “Les vamos a ganar la provincia no por Insaurralde (Martín) sino porque la gente está harta”, dijo convencida de una victoria electoral. Con él llegaron también Luis Petri, María Eugenia Vidal, Esteban Bullrich, Hernán Lacunza y Hernán Lombardi, entre otros. Juntos participaron de una actividad en el Torreón del Monje y a media tarde un acto de campaña, en el Club Quilmes.
“Aprendí de Sanguinetti (Julio María): cuando digas cómo, no digas cuándo, y cuando digas cuándo, no digas cómo”, dijo cuando le plantearon plazos para revertir la situación que afronta el país. “Dependerá de la profundidad de las medidas políticas”, reconoció. Habló de medidas macroeconómicas imprescindibles pero “insertas en un problema mayor, un Estado colonizado y trabado que creció 100% en 20 años”, describió.
Priorizó la baja del gasto público como primer escollo hacia el crecimiento. El otro, el cepo cambiario, que dijo que habrá que sacar, y anticipó una reforma en la carta orgánica del Banco Central para prohibir este tipo de medidas.
“Del lugar que agarremos vamos a salir”, anticipó la candidata de Juntos por el Cambio y lamentó el déficit engrosado que se recibirá por pérdidas en el IVA y Ganancias. “Aumenta la herencia”, se quejó de la carga que se viene, entre ellas las Leliq que definió como “una bola de nieve”.
“Estoy en condiciones de sacar al país desde el pozo en que lo dejen”, aseguró, y habló de una Argentina que “tiene solución”. También para la coparticipación, al advertir que invertirá la lógica distributiva “premiando a las que bajen impuestos, que permiten economías productivas y buscan mejorar costos”.
“Vamos a ayudar a las que sean productivas y las otras tendrán que arreglarse porque no queremos provincias que sea cajas registradoras”, afirmó, y recogió una de varias tandas de aplausos.
Anticipó un esquema impositivo más simple. Citó a Paraguay como modelo cercano y proyectó pilares en IVA y Ganancias, más tributos únicos y sencillos para cuentapropistas.
Música para los oídos de los presentes fue su propuesta de una reforma en el régimen laboral con un 60% en el costo de indemnizaciones. También ponerle plazo a los planes sociales y freno al empleo público.
Los ejecutivos le plantearon la necesidad de ponerle límite a los decretos de necesidad y urgencia, con un vencimiento si no son ratificados en determinado plazo por el Congreso. “Es ponerle tiempo de muerte”, dijo para defender lo que destacó como una herramienta constitucional.
Frente al desafío electoral que viene apuntó la oportunidad histórica que significa ser por estos tiempos la fuerza que más gobernadores tiene y la posibilidad de tener un poderío importante en ambas cámaras legislativas, como para evitar trabas en las medidas políticas y económicas por implementar.
Le dio un zamarreo a Massa cuando recordó el viaje que compartió con Macri, cuando el expresidente iniciaba su camino en la gestión de gobierno. “No aprendió nada”, le criticó. Y se entusiasmó con un modelo en el que se puedan respetar las propuestas políticas en un marco de diálogo.
Cuando le recordaron los 40 años de continuidad democrática elogió este camino recorrido y, desde ese marco y como eventual jefa de Estado, anticipó que debe apelar a las herramientas que dispone. En particular frente a protestas y piquetes. “Si se te paran y te dicen no, usaremos lo que tengamos que usar que están en la Constitución”, avisó, y otra vez fue reconocida con aplausos.
Del camino por recorrer anticipó que habrá que buscar una modernización del sistema política, un mejor funcionamiento del Congreso a partir de un mejor diálogo y, por sobre todo, priorizó perseguir la solidez fiscal. “Nunca más gastar más de lo que tenemos”, reclamó la candidata. Y les dejó una afirmación a modo de certeza: “Lo único que no vamos a negociar es el cambio”.
La despidieron de pie y afuera, en un salón de primer piso del hotel Sheraton, brindó una conferencia de prensa donde mostró su perfil más combativo. Allí ratificó su denuncia penal contra Milei por las acusaciones que le hizo de poner bombas en jardines de infantes durante la década del 70.
También le apuntó por el mote de “contracumbre” que se le dio a la reunión que el candidato de La Libertad Avanza tuvo con empresarios en el restaurante Furia, al mismo tiempo que ella hablaba en IDEA. “Siempre hay algún banco que hace un almuerzo y el año pasado yo estuve en uno de esos”, dijo para quitarle relevancia. “Quiso subirse el precio”, reiteró.
Respondió además que tiene todo aclarado con Macri, que días atrás había dicho que en caso que Milei resultara ganador de la elección acompañaría sus reformas. “Con Mauricio está todo aclarado”, aseguró Bullrich.
Sobre la ausencia de Massa también fue irónica. “No tenés nada que hacer acá”, le avisó como si lo tuviera cara a cara. Y se aferró al slogan del coloquio, que habla de volver a ilusionarse. “Cómo va a hacerlo si lo que hizo es un desastre”, afirmó del ministro, y le apuntó por los controles que se hicieron en cuevas este jueves, en busca de frenar el alza del dólar blue. Lo acusó de ser “el único especulador”.
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