Leopoldo Bruglia, el juez que rompió la mayoría kirchnerista
Leopoldo Bruglia no suele levantar la voz. A sus 62 años, el juez puede decir que conoce de memoria los recovecos de Comodoro Py. Se desempeñó durante los últimos 25 años como juez de juicio, una tarea poco mediática que ayudó a potenciar su bajo perfil.
Por sus manos pasaron condenas por delitos de lesa humanidad como el megajuicio por la ESMA, la tragedia de LAPA y la condena de María Julia Alsogaray. Pero su apellido recién apareció recurrentemente en los medios desde que desembarcó en la Sala I de la Cámara Federal.
Durante las primeras semanas votó en minoría con Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, pero los cambios de aire en la política lo ayudaron a construir nuevas mayorías en el tribunal. Desde el oficialismo siempre interpretaron que su desembarco era la primera piedra para construir la "limpieza" de la "sala kirchnerista", como se conoció ese tribunal durante los últimos años.
"Nunca milité ni conozco a un solo militante de Pro", sostiene ante sus allegados. Y recuerda que su única militancia fue allá por los 80, con la primavera alfonsinista, afiliación que sepultó cuando asumió como juez.
Desde el kirchnerismo enseguida levantaron el dedo acusador porque sus fallos avalaron las prisiones preventivas contra exfuncionarios dictadas en los últimos meses. "Sí, son fallos oficialistas, pero las causas son tan escandalosas que no hay opciones", confesaron desde su entorno.
Siguió la votación por WhatsApp mientras se cruzaban las acusaciones en el Consejo, después de cuatro meses de espera que confirmaron que tendrá una vida más agitada como juez.
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