Beatriz Rokjés de Alperovich, una de las candidatas de Alberto Fernández para ser embajadora en Rusia
Empresaria exitosa, administradora de fortunas, peronista leal y militante con aspiraciones de poder, a pesar de haberse tomado un respiro de la política. Beatriz Rokjés, la esposa del exgobernador de Tucumán José Alperovich que está hoy involucrado en un escándalo por una denuncia de violación, podría sumar una nueva e inesperada cucarda a su tardía pero nutrida trayectoria política. La exsenadora nacional, que llegó a ser segunda en la línea sucesoria presidencial, figura en los planes de Alberto Fernández para ser embajadora en Rusia.
La representación argentina en Moscú puede quedar en manos de ella o de Juan Domingo Manguel, el otro candidato que danza entre los papeles del presidente electo, según averiguó LA NACION. En caso de concretarse, la relación de Rokjés con Rusia no será nueva. La exsenadora es descendiente de rusos que desembarcaron en la Argentina con la corriente migratoria judía de fines del siglo XIX.
Mujer de negocios poderosa, Rokjés, de 63 años, tuvo un ingreso tardío a la política, pero escaló hasta convertirse en presidenta provisional durante el gobierno de Cristina Kirchner. Ese fue -hasta ahora- su cargo político de mayor envergadura, que hasta la dejó a cargo del Poder Ejecutivo cuando al expresidenta y el entonces vicepresidente, Amado Boudou, estaban de viaje. Fue en mayo de 2012 cuando "Betty", como le dicen, tuvo el poder de la Argentina apenas por una noche.
Rokjés, fonoaudióloga, tuvo su primer contacto con la política de la mano de su esposo, cuando en 1995 él comenzó a crecer en la función pública como legislador provincial. Fue diez años después cuando, ya gobernador, Alperovich le propuso ser candidata a diputada nacional en la elección que iba a convertirse en su primer test electoral como mandatario provincial. No confiaba en sus aliados justicialistas para ocupar esa candidatura. Fue el primer paso de un ascenso rápido que no esquivó polémicas.
Rokjés consiguió la banca y ejerció el mandato completo hasta 2009, cuando se postuló a senadora nacional, cargo que utilizó para levantar el perfil y comenzar a admitir, por primera vez, sus aspiraciones políticas. Betty había pasado de considerarse "de otro palo" en la política a soñar con suceder a su marido en el gobierno de Tucumán en 2015.
Durante ese tiempo escaló no solo en cargos públicos sino también en peso político dentro del peronismo y el kirchnerismo. De línea directa con la expresidenta, Rokjés ocupó espacios significativos en el consejo nacional del Partido Justicialista, donde se codeó con Daniel Scioli y Hugo Moyano. Su cercanía con Cristina Kirchner quedó evidenciada en 2010, durante el velorio de Néstor Kirchner, cuando permaneció en primera fila, a pocos metros del féretro.
Pero el ida y vuelta de la política la obligó a descartar esa aspiración y volver al llano, donde todavía permanece.
Alejada de la política, en los últimos años Rokjés se recluyó en Tucumán, donde volvió a ejercer el control de los negocios familiares. Concesionaria de autos, financieras, inmobiliarias, empresas constructoras, hoteles, productoras agropecuarias y hasta medios de comunicación, los Alperovich amasan una fortuna. Años atrás, según una de sus declaraciones juradas, Betty llegó a ser la segunda funcionaria nacional más rica del país. Por encima solo estaba Cristina Kirchner.
El camino político de la posible embajadora atravesó varias polémicas. Sus declaraciones sin filtro que generan revuelto incluso provocaron que el Inadi la condenara en un dictamen en el que afirmó que Rokjés "coloca al pobre en el rango de la animalidad". Previamente se había difundido un video en el que la exsenadora discutía con un cosechero de limones. "¡Yo tengo 10 mansiones, no una, y estoy acá! ¡Yo puedo estar en mi mansión ahora, pedazo de animal, vago de miércoles!", le gritó.
No fue la única frase polémica de Rokjés en los últimos años. En 2015 generó polémica al referirse a la violencia de género en una acalorada sesión en el Senado en la que se cruzó con la radical tucumana Silvia Elías de Pérez. "Voy a hablar de violencia contra la mujer, y de la cual ella es víctima. (...) Yo esperaba que alguien de la banca de la mujer salga a defender a esta pobre mujer que la han dejado sola y la han humillado y sin embargo sigue. Y ha hecho una excelente elección, quiero felicitarla, porque a pesar de todo el maltrato que usted ha sufrido y que le encanta, porque la violencia se da de a dos, como en un matrimonio de violentos y golpeados, la violencia se da de a dos", lanzó.
Una de sus últimas declaraciones, de hace dos años, pareció avizorar el regreso del kirchnerismo, aunque lo expresó de una manera particular. "Lo resucitamos al fiscal Nisman, porque vemos que Cristina está avasallando en las encuestas", dijo. Betty sumó, así, un punto más en su listado de frases polémicas. Una costumbre que contrasta con el ámbito diplomático.
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