Balearon la sede del sindicato de los camioneros en Rosario: el atacante es familiar de un exjugador de Racing
Un joven de 21 años realizó tres disparos y luego fue detenido; es carpintero y hace changas como sicario; investigan quién ordenó este ataque y se sospecha de una interna gremial con un sector ligado a Moyano
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ROSARIO.-A las 22.30 del lunes último tres disparos retumbaron frente al Sindicato de Camioneros de Rosario. No fue la primera vez que el edificio era blanco de una balacera. El guardia llamó inmediatamente al 911, y el atacante, de 21 años, que es el hermanastro de un jugador que pasó por Racing, después de gatillar una pistola .380, salió a toda velocidad en una moto, que tuvo un desperfecto en la esquina. Ante esa situación inesperada dejó la motocicleta tirada y salió corriendo, y unos minutos después fue detenido por la policía.
A los investigadores les llamó la atención el perfil del atacante, que informalmente admitió a los policías que había sido él quien disparó. El detenido tiene un trabajo estable. Es carpintero y se desempeña como operario en una obra en construcción en el exclusivo country Kentucky, que está ubicado en Roldán, a unos 15 kilómetros de Rosario. Allí tiene una casa Lionel Messi, donde vive cuando visita Rosario. Gonzalo N., el detenido, es hermanastro del futbolista rosarino Brian Mansilla, exjugador de Racing, Platense y actual jugador del FC Oremburgo en la Liga Premier rusa. Los investigadores descubrieron posteos en Facebook con gente del Sindicato de Recolectores de Residuos de Rosario, una entidad que está alineada con Hugo Moyano y tuvo conflictos con Camioneros.
El fiscal Franco Carbone, a cargo de la investigación, ordenó un peritaje del teléfono celular que le secuestraron al detenido. La información que se obtenga del aparato será clave para dilucidar qué hay detrás de este nuevo ataque a la sede gremial, en un contexto en el que no aparecen actualmente –según las fuentes de la entidad sindical consultadas por LA NACION- conflictos internos que podrían haber desatado este ataque, como sí se sospecha en el pasado. Sin embargo, las fotos que el agresor fiene con Marcelo “Pipi” Andrada, un dirigente de recolección de residuos que es afín a Moyano, hicieron dudar sobre estos argumentos. Antes de que se encontraran estas fotografías la hipótesis más fuerte que se barajaba era que podría tratarse de un intento de extorsión.
Sergio Aladio, secretario general del sindicato de Camioneros, afirmó en diálogo con LA NACION que “hay que ver qué aporta la investigación. Nosotros no recibimos ninguna amenaza ni tampoco se encontró en el lugar del ataque un mensaje mafioso, como ocurre en este tipo de hechos en Rosario”.
Al joven de 21 años, identificado como Gonzalo N., que fue detenido le incautaron una pistola Bersa .380 con un cargador extendido, que usan generalmente los sicarios porque tienen mayor capacidad y pueden disparar más proyectiles. En la sede del sindicato no se encontraron perforaciones que indiquen que los disparos fueron dirigidos al edificio. Se supone que los tiros podrían haber sido al aire para generar cierta conmoción, como ya ocurrió en otras oportunidades.
“Lo que hubo hace mucho fue un cruce de llamados con algunas personas, que desde la cárcel de Piñero ordenaban hacerme daño, pero eso pasó hace tiempo. Desde ese entonces no pasó nada más. Esperemos que tras la detención del atacante, el fiscal logre aclarar el tema, así nos quedamos tranquilos nosotros y los vecinos que no tienen nada que ver con esto”, consideró Aladio.
Gabriel Navas, abogado del gremio, reveló que lo increíble de esta trama es que el detenido “tiene un trabajo estable. Hace changas como sicario”. Gonzalo N. será imputado en las próximas horas por el fiscal Carbone, que investiga el caso.
Antecedentes
El gremio de Camioneros fue víctima de intimidaciones muy pesadas que se conocieron el año pasado, cuando en una escucha telefónica un sicario en una cárcel decía que iba a actuar contra el gremio.
La justicia identificó al titular de la línea de celular por el que hablaba el supuesto sicario que ofrecía a Juan Chulich, dirigente que juega para Hugo Moyano en Santa Fe, atentar contra el gremio que encabeza Aladio, que se opone desde 2016 al exlíder de la CGT. Un supuesto sicario llamó al dirigente camionero Chulich, según la investigación, para ofrecerle sus “servicios”. “Bajá la moneda” lo “cagamos a tiros al toque”, advertía un joven desde la cárcel de Piñero.
Desde el entorno de Chulich señalaron en su momento que era una maniobra armada para perjudicar al dirigente cercano a Moyano. La investigación nunca se profundizó y quedó sólo como una intimidación. Lo que preocupó al sector de Aladio fue que se trataba de gente pesada, vinculada al crimen organizado.
Según la investigación esa línea pertenecía a Sebastián Camaño, un hombre que se mueve en la interna gremial en Santa Fe con Chulich. Camaño fue citado a una declaración testimonial en la que negó que esa línea haya estado en su poder el 21 de setiembre de 2021, cuando el supuesto sicario llamó a Chulich y le ofreció que si “baja la moneda” lo “cagamos a tiros al toque”, en referencia a Aladio. Lo llamativo de la llamada del supuesto sicario era que decía: “Te llamo de parte de Seba Camaño”.
El 20 de noviembre a las 18.30, casi un mes después de la llamada, se produjo un ataque a balazos contra la sede del gremio en Pasco al 1000. En la justicia no se logró dilucidar si ese hecho pudo ser consecuencia del diálogo del supuesto sicario, que estaba siendo investigado en el marco de otra causa de extorsión originada en Venado Tuerto, donde la interna sindical también tuvo episodios violentos.
La escucha trascendió en el marco de otra investigación, que tuvo como detonante también hechos intimidatorios, pero no lo tenían a Aladio como víctima sino como sospechoso. El contexto de esa investigación son ataques a balazos a la empresa La Virginia y al corralón de materiales de construcción de la familia Razzini en Rosario.
Diecinueve militantes del gremio de Camioneros, que pertenecen a este sector, fueron detenidos a fines de julio del año pasado, cuando realizaban “aprietes” para encuadrar gremialmente a empleados de una empresa transportista que trabaja en La Virginia.
Habían montado una carpa en la calle e impedían el ingreso a la planta ubicada en la colectora de la Circunvalación. Cuatro días después de la detención de los militantes vinculados a Aladio las oficinas de esa empresa fueron blanco de un ataque a balazos. Un disparo atravesó una ventana de la sede administrativa. No se logró identificar ni detener al atacante.
Desde el gremio señalaron que este caso no fue un apriete a la empresa. “Esto quedó demostrado, porque la firma no quiere ir a juicio”, apuntaron desde Camioneros.
A la par, también fue baleado el corralón de la firma Razzini Materiales, donde los propietarios habían denunciado a Camioneros tras un bloqueo de 90 días de la empresa en 2020. También estaba en disputa, como en La Virginia, el encuadramiento gremial de los empleados. En la puerta del corralón apareció un cartel con la amenaza: “Retirá la denuncia porque no abrís nunca más. Atentamente: Camioneros”. La sospecha de los investigadores era que detrás de los atentados podrían estar cualquiera de los dos sectores en pugna en Camioneros.
En el sindicato dicen que ese clima de violencia que sacudía a la entidad en ese momento se calmó y no se produjeron más conflictos ni pases de factura entre los dos sectores. Por eso, encuadran que el ataque que se produjo el lunes a la noche podría tratarse de alguna acción de las bandas criminales que se dedican a las extorsiones.
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