Axel Kicillof negocia con la oposición para nombrar 39 jueces en la provincia de Buenos Aires
Los diálogos avanzan lento y entre críticas mutuas, pero se confía en que habrá acuerdo; hay 268 puestos vacantes; qué pasa con la Corte provincial
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En medio de los cruces de acusaciones por el reparto de la pauta publicitaria, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, busca anudar un acuerdo con Juntos por el Cambio en el Senado bonaerense para avanzar con los nombramientos de 40 funcionarios judiciales. Se trata de 39 jueces y un defensor oficial, distribuidos en quince de los veinte departamentos judiciales en los que está dividida la provincia. En la negociación no faltan los reproches mutuos, pero en los dos bandos confían en que habrá acuerdo. Las urgencias judiciales apuran ese posible entendimiento, hay casi un 20% de vacancias en cargos de jueces provinciales. Para después de las elecciones, Kicillof tiene en carpeta un desafío judicial mayúsculo: intentar nombrar los dos magistrados de la Suprema Corte bonaerense que faltan para completar las sillas vacantes en el máximo tribunal provincial.
A principios de mes, Kicillof envió los 40 pliegos al Senado. Propone nombrar 11 camaristas (en los fueros penal y civil comercial), 6 jueces para tribunales en lo criminal y 5 jueces en lo correccional. Impulsa tres nombramientos para cada una de estas áreas: juzgados de familia, de paz, magistrados suplentes y juzgados de primera instancia en lo civil y comercial. Completan la lista dos jueces de garantías, un juez penal juvenil, un juez de primera instancia en lo contencioso administrativo, un juez de garantías del joven y un defensor oficial.
La llave de los nombramientos la tiene Juntos por el Cambio, que domina el Senado provincial (tiene 26 senadores, contra 20 del Frente de Todos). Los pliegos están en debate en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, integrada por 15 miembros (8 opositores y 7 oficialistas).
Entre los senadores opositores permanece el descontento con Kicillof porque el gobernador no habilitó 41 pliegos que el Senado aprobó en septiembre de 2020 y que habían sido enviados en el mandato de María Eugenia Vidal. “Se están analizando caso por caso”, afirma a LA NACION una fuente de confianza del gobernador. En esa sesión, Juntos por el Cambio impuso su mayoría ante el desacuerdo del oficialismo. Esa votación y su destino por ahora incierto todavía pesan en los dos bandos.
“Estamos tratando de llegar a un consenso”, señala una fuente opositora sobre los pliegos de Kicillof. Afirma que “la mitad surge de ternas del gobierno anterior y la otra mitad de las que mandaron ellos en diciembre”. Y recuerda que hay “41 decretos para salir”, al referirse a los nombramientos que el gobernador por ahora no efectivizó. “Falta ese acto administrativo”, indica a LA NACION.
“No creo que salga algo antes de las PASO. Por ahí, después del cierre de listas”, evalúa otra fuente legislativa opositora. El Senado bonaerense tiene su próxima sesión el 30 de junio. “Va despacio, el trabajo se viene dando en la comisión y no hay apuro. Él [por Kicillof] se planteó no hacer nada, no firmó ni un decreto de los anteriores”, reprocha, aunque confía en el entendimiento y subraya: “Es una forma de llenar 40 puestos que necesita la Corte”.
El acuerdo se ve posible, pero las críticas cruzadas están a la orden del día. “Se está conversando en el Senado, con buenas chances de avanzar”, afirman a LA NACION desde el Poder Ejecutivo bonaerense. “Que Vidal haya dejado casi 100 ternas pendientes muestra toda su impericia y desarticulación entre el Consejo [de la Magistratura provincial], el Ejecutivo y el [Poder] Legislativo. Que las cosas que aprobamos en el Consejo salgan rápido del Ejecutivo y pasen al Senado es una muestra de nuestro compromiso y seriedad”, agregan desde el gobierno de Kicillof.
“Nuestra idea es que lleguen jueces probos e idóneos; ellos quieren jueces militantes”, reprochan desde la vereda opuesta al gobierno bonaerense. Un dirigente de Juntos por el Cambio resalta que el sistema de selección de jueces en la provincia no permitiría arbitrariedades. “Tenemos un sistema bastante bueno en el Consejo de la Magistratura. El sistema de exámenes es inviolable”, afirma. “[Hace dos semanas], perdieron dos votaciones en el Consejo. Querían imponer los tres nombres de la terna. El sistema no es permeable al kirchnerismo con tanta facilidad”, remarca la fuente opositora.
Vacantes en la Justicia
La Secretaría de Planificación de la Suprema Corte bonaerense informa, en un relevamiento al 4 de junio, que hay 268 vacantes en cargos de jueces, lo que representa un 19,53% del total de magistrados necesarios para cubrir los órganos en funcionamiento. Solo 53 de esos lugares disponibles están cubiertos momentáneamente por suplentes o por jueces “que cuentan con decretos para órganos que aún no funcionan”, se especifica en el informe. Hay vacantes que se arrastran desde 2013. En el Ministerio Público Fiscal provincial existen 149 vacantes, un 40,5% más que en 2020.
“Si no llegamos a un consenso, presentemos la renuncia. Faltan jueces y fiscales en temas penales, de familia y laborales”, afirma una fuente opositora. “Hay necesidades del Poder Judicial que hay que cubrir”, comparten en el círculo de confianza de Kicillof.
Las elecciones serán decisivas para el escenario en el Senado bonaerense y para los nombramientos de jueces que define esa cámara. En Juntos por el Cambio confían en que seguirán teniendo mayoría. Kicillof intentará revertir el escenario desfavorable para él. Con esa esperanza, mira la posibilidad de cubrir las dos vacantes que hay en la Suprema Corte. “Después de las elecciones, esperamos trabajar temas más complejos, como los jueces de la Corte. Siempre hay diálogo y todos los actores tienen propuestas para acercar”, indica una fuente de trato permanente con el gobernador.
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