Axel Kicillof juega al equilibrio entre su jefa política y la billetera de Fernández
LA PLATA.- Axel Kicillof hace equilibrio político: se alinea con Cristina Fernández para fustigar a la justicia. Y acto seguido se encuadra con Alberto Fernández para agradecer los fondos de coparticipación. La subordinación hacia su líder y hacia su jefe, la expresa aún cuando ambos están ausentes. Son mensajes que envía a la interna del poder, por radio o televisión.
El gobernador de la provincia más grande del país es fiel a su mentora, la vicepresidente. Pero necesita de la billetera del Presidente.
La distancia entre ambos Kicillof la supera con gestos públicos en busca de mantener una armonía, que evite una definición en la pulseada interna entre los dos actores principales del poder de Argentina.
El fin de semana Kicillof salió a bancar en público a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Criticó a un sector de la justicia, en especial a la Corte Suprema. Y fustigó a los jueces de la causa dólar futuro. Este lunes, en un acto en Pilar halagó la figura del Presidente Alberto Fernández, pese a que el Jefe de Estado nacional no estaba presente.
"Hay que agradecerle al presidente Alberto Fernández. Con el presupuesto de la provincia que es una especie de cráter, nunca alcanza, hace años", dijo Kicillof en un acto donde no estaba el Presidente.
"Nosotros vamos a seguir batallando y discutiendo porque la provincia necesita mayor coparticipación. Por eso la comprensión histórica del presidente Alberto Fernández que decidió distribuir recursos y lanzar un plan de seguridad por 37 mil millones de pesos", enfatizó para que llegue a los oídos del Jefe de Estado, ausente en Pilar.
Pocas horas antes, el fin de semana, expresó su aval a la vicepresidente. Replicó sus palabras y mencionó mecanismos "casi de extorsión". El mandatario provincial dijo además que le da "vergüenza" la actuación de la justicia en la causa del dólar futuro.
"Sin querer ponerme en un lugar protagónico, yo soy víctima de eso todavía hoy. En una de las perlitas o chanchadas del lawfare, que es la causa dólar futuro, estoy elevado a juicio oral y todavía nadie puede explicar cuál es el delito que se cometió presuntamente", indicó.
"[La causa] empieza con miembros de nuestra oposición, sigue con el juez Bonadio, se eleva a juicio oral, pasa por la Cámara de la discordia [la Sala II, que integra Martín Irurzun, magistrado apuntado por el cristinismo], acompañada por miles de notas acusándonos de cosas, de cualquier estupidez. Y estoy elevado a juicio oral, inhibido y embargado por esta causa", inquirió.
Para Kicillof, "en la Argentina hay persecución judicial, la hubo en la época de [Mauricio] Macri, empezó antes de la época de Macri y continúa ahora".
En tono con la vicepresidente aseguró que se busca "usar la Justicia con fines políticos sin causas reales, o tergiversándolas, como fue en el tema [de la ley] del arrepentido y las prisiones preventivas como mecanismo casi de extorsión para conseguir resultados".
El equilibrio de Kicillof para mantenerse en armonía tanto con la Vicepresidenta como con el Presidente tiene límites, que lo forzarán a adoptar definiciones.
Por caso: el límite legal a la re elección de los intendentes bonaerenses.
Los alcaldes que dialogan directamente con Alberto Fernández ya obtuvieron el aval del Jefe de Estado nacional para derogar la ley que los deja fuera de la contienda electoral más allá de dos mandatos.
Sin embargo, el Gobernador no se expresó en público aún. Posiblemente sea más fácil gobernar con más alcaldes incondicionales como Mayra Mendoza, de Quilmes, a tener que negociar con alcaldes como Fernando Gray, de Esteban Echeverría en la presidencia del partido Justicialista.
Kicillof no se apuró a facilitar la derogación de la ley, que ya cuenta con el visto bueno de Alberto Fernández. Tampoco se expresó respecto de la idea derogar las PASO un instrumento que en este territorio La Cámpora sostiene, para intentar ganar espacio en territorio provincial en 2021 frente a los jefes comunales del peronismo tradicional.
La grita del poder, por ahora, no exige definiciones. Sólo gestos, que Axel Kicillof administra con cintura política. Su sentir está con Cristina Kirchner, y por ella sostiene a su funcionario más díscolo, el ministro de Seguridad, Sergio Berni.
Pero su bolsillo depende de Alberto Fernández. El año que viene los recursos extraordinarios que responden al 1.18 de coparticipación serán de 49.962 millones de pesos. El gobierno nacional maneja la chequera. Y tiene recursos para adoctrinar al gobernador: este año los municipios recibieron más transferencia de capital para obras que el gobierno de la provincia.
Kicillof necesita de los adelantos del Tesoro Nacional para sostener una provincia quebrada. En lo inmediato se alineará con Alberto Fernández como el mejor alumno: en su entorno se informó a la nación que será el primer gobernador en inocularse la vacuna rusa.
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