Axel Kicillof enfrenta el desafío de armar un gabinete que contenga a los huérfanos de Unión por la Patria
Alcaldes, sindicatos, militantes renovadores y dirigentes de La Cámpora pujan por tener representación en el segundo gobierno de Kicillof que busca consolidarse como líder opositor del gobierno nacional.
- 4 minutos de lectura'
LA PLATA.- El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, felicitó al Presidente electo Javier Milei en el filo de la madrugada de anoche y se posicionó, en el mismo mensaje, como líder opositor de mayor peso político desde el 10 de diciembre. Dotado por el poder de las urnas ya comenzó a diseñar su segundo mandato.
La ventaja de 1,7 millones de sufragios lograda por Kicillof ante sus adversarios en octubre se achicó a 144.800 votos ayer y fue insuficiente para posicionar a Sergio Massa presidente, pero Kicillof mantiene la lapicera del poder. “La mayoría de los bonaerenses ratificó el proyecto reelecto en octubre”, recordó en su mensaje el mandatario.
Más allá de la retórica, Kicillof enfrenta serios desafíos de los que dependerá su proyección a 2027. Uno de ellos será establecer un diálogo institucional con Milei para administrar una provincia deficitaria y endeudada dependiente de Aportes del Tesoro Nacional y de los giros de la coparticipación; situarse como referente de los diez gobernadores opositores y contener el repliegue del kirchnerismo para intentar volver al poder nacional desde la provincia de Buenos Aires.
Pero en el corto plazo, la tarea más urgente es reformular su gabinete. En este armado tendrá una primera oportunidad de dar una muestra de contención a las diferentes facciones de Unión por la Patria y dar cobijo a los militantes que quedarán huérfanos. En el fallido escenario con Massa de presidente, Unión por la Patria hubiese dispuesto de 3.000 cargos para repartir.
Kicillof enfrenta una presión extrema: dispone tan sólo de una decena de cargos ejecutivos para conformar a todos los que trabajaron por la alianza del gobierno. Intendentes, militantes de La Cámpora, renovadores y exfuncionarios nacionales y sindicatos amigos del poder pujan por tener representación en esta provincia.
Cinco de sus ministros y secretarios saldrán de su equipo para asumir cargos electivos, en diciembre. Además estarán vacantes los cargos que hasta ahora administró gente de Martín Insaurralde, más allá que se disuelva la Jefatura de Gabinete: son cinco secretarías que dependían de esa jefatura. Una puja aparte se dará por la presidencia de la Cámara de Diputados, donde el gobernador pulseará para intentar hacer valer su posición de poder relativo.
Los cargos más calientes a cubrir son los ministerios de Seguridad y Justicia. Sergio Berni y Julio Alak ratificaron que dejarán sus puestos. De estas dos carteras depende, en gran parte, el éxito en su gestión en los próximos cuatro años. Pero también estarán vacante Trabajo, Infraestructura, y el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
Hay otros ministerios clave para la nueva etapa, como Hacienda o Producción, pero no se espera que Kicillof reemplace a Pablo López o Augusto Costa: trabaja con los dos en el presupuesto de 2024 que ahora se dilatará ante el interrogante de la posible merma de recursos que gira la Nación.
Costa y López son dos espadas inamovibles en un esquema donde la provincia deberá optimizar los recursos de la coparticipación para cumplir con los sueldos de 600.000 empleados públicos y sostener un Estado activo, especialmente en el Gran Buenos Aires, ante un escenario de eventual hiperinflación.
En los cargos vacantes Kicillof podría sumar a Gabriel Katopodis, saliente ministro de Infraestructura. De excelente vínculo con los intendentes, el exalcalde de General San Martín nunca dejó de ser visto como un propio, por sus pares.
Pero los intendentes querrán más peso en el gabinete para no aceptar las tratativas ya abiertas por Milei para sostener un diálogo por fuera de la provincia, como hizo hace décadas Néstor Kirchner cuando salteó a Felipe Solá y acumuló poder en territorio del Gran Buenos Aires.
En este segundo mandato no podrá descuidar a los intendentes que ya son tentados por Milei para sostener un diálogo directo que se alimente en aportes discrecionales para obras e infraestructura.
Una diáspora de los alcaldes no es la única que deberá contener Kicillof. También deberá reservar casilleros para aliados como La Cámpora y el Frente Renovador. La derrota de Massa supone dar cobijo a todos. Del equilibrio que logre el mandatario provincial se desprenderá si capitalizó la oportunidad de ganar por casi 20 puntos en octubre para ungirse como líder emergente, o si se limitará a administrar un equipo de transición.
Los 144.800 votos de diferencia que obtuvo ayer Massa en esta provincia, sobre el ahora presidente electo, no alcanzaron para lograr el objetivo de retener el poder en Nación. Los referentes que queden afuera del gabinete tomarán nota del dato para culpar al gobernador por no haber aceptado el reto de ser el candidato a Presidente. Kicillof se negó a apurar sus tiempos y ganó en la provincia por 18 puntos porcentuales de diferencia en octubre. Llegó la hora de administrar su victoria.
Más leídas de Política
Lo avaló Caputo. Sturzenegger dijo que con el cierre del ENOHSA el Gobierno dio de baja un “ejército de militantes rentados”
"No está a la altura". El pedido de disculpas de Ferraro tras la escandalosa pelea con Giudici en el debate por la ludopatía
Las rutas del escándalo. Así están hoy las obras de Lázaro Báez en Santa Cruz que originaron la causa contra Cristina