Axel Kicillof da marcha atrás con la suba de las tarifas de luz que dispuso María Eugenia Vidal
LA PLATA.- Ante el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, Axel Kicillof asumió ayer como gobernador de la provincia de Buenos Aires con una descripción de una situación dramática que resumió en una frase: "Las cuentas de la provincia están mal. La caja que nos dejaron no alcanza para 30 días". Con ese telón de fondo, anunció la suspensión del alza de tarifas energéticas que se debía aplicar a partir de enero.
María Eugenia Vidal, que felicitó al gobernador y entregó el bastón de mando, ya se había ido del recinto de la Legislatura cuando Kicillof puntualizó que la cifra de 25.000 millones de pesos que afirmó dejar el gobierno saliente será insuficiente para afrontar el primer mes de su gobierno.
"No alcanza para atender las obligaciones básicas: sueldos y compromisos de deuda son 40.000 millones de pesos. A eso se agrega la deuda con proveedores. Son 50.000 millones de pesos", enumeró. Su discurso tuvo un tono encendido, en el mismo nivel vehemente y crítico que tuvo el día en el que ganó la elección.
"La situación financiera de la provincia es hoy delicada", expresó Kicillof. Afirmó que la deuda aumentó un 20 por ciento en los últimos cuatro años: de 9200 a 11.200 millones de hoy. Y que hoy el 80 por ciento de la deuda está nominada en dólares.
"Tenemos una deuda financiera, pero también en salud, en educación y en trabajo", dijo.
Luego parafraseó a Alberto Fernández, que lo aplaudió desde un palco oficial: "Si no crecemos, no podemos pagar", dijo, antes de pedir ayuda a todos los intendentes.
"Presidente, Alberto, presidente", fue el canto que más se escuchó dentro del recinto de la Cámara de Diputados, donde tuvo lugar el traspaso de mando.
Hubo además múltiples aplausos para Kicillof y para Cristina Kirchner, quien miró embelesada a su exministro de Economía e incluso tuvo un gesto que pareció de ternura acariciándose las mejillas. Como anteayer, además del Himno Nacional, se escuchó la marcha peronista.
Luego de la música y los aplausos, tras describir un escenario de emergencia, Kicillof se refirió a los aumentos de tarifas. Afirmó que los aumentos que no pueden pagar los jubilados son "saqueos". Anunció que dejará sin efecto un alza del 50 por ciento en las tarifas de distribución de energía eléctrica. Y que pedirá la misma suspensión al gobierno nacional.
"Le pido al presidente Alberto Fernández que retrotraiga esta situación, que vuelva a foja cero, pero no a favor de una empresa o una familia, a favor del pueblo de la provincia de Buenos Aires, no vamos a convalidar ninguna maniobra", aseguró.
Afuera, en la Plaza San Martín, lo aplaudían los principales sindicatos con representación en este territorio: desde la Asociación de Trabajadores del Estado hasta la Unión del Personal Civil de la Nación; desde el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires hasta organizaciones sociales como Barrios de Pie.
Dentro del recinto estaban varios de los más notables líderes sindicales: Hugo Moyano (Federación Nacional de Trabajadores Camioneros) Roberto Baradel (Suteba) y Omar Plaini (Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas).
Ante todos ellos Kicillof criticó duramente al gobierno saliente y pidió: "Hay que embarrarse. No importa lo que pase. Hay que hacerlo". Y después enumeró: "Hay 5,5 millones de pobres. El 63 por ciento de los chicos del conurbano están por debajo de la línea de la pobreza", aseguró, al citar datos de consultores privados y del Observatorio de la UCA. Enumeró la suba de delitos y las condiciones "inhumanas de detención" de los casi 50.000 presos en este territorio. Muchos de ellos están en huelga de hambre para pedir mejores alimentos, menos hacinamiento y beneficios como excarcelaciones.
También enumeró a los docentes. Y dijo que no los tendrá como enemigos. Pese a que ya advirtió dificultades para pagar sueldos y aguinaldos.
"Yo digo que lamentablemente la provincia se ha enflaquecido. Tenemos una emergencia financiera. La deuda es muy preocupante", cerró.
Vidal no contestó directamente las críticas, pero su equipo aseguró que dejó menor déficit fiscal que el que denunció Kicillof y también menor volumen de deuda. También dijeron que dejaron más dinero en la caja. Aseguraron que Kicillof cuando llegue a su despacho tendrá 33.000 millones de pesos a disposición.
"Además, va a contar con el Fondo del Conurbano, que fue un reclamo histórico que se concretó gracias a María Eugenia Vidal, con el que pudimos recuperar para los bonaerenses 65.000 millones de pesos", enumeró Alex Campbell, diputado de confianza de Vidal y exfuncionario de su gobierno.
Más allá del saludo formal con Vidal, de las felicitaciones protocolares, de la denominada "transición ejemplar" y los llamados a unidad, la disputa política por el estado de las cuentas públicas se impuso.
Kicillof comienza su recorrido con una ley de ministerios aprobada a medida, y con la jura de sus ministros anunciará un plan de emergencia política, social y económica para los próximos 100 días.
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