Axel Kicillof admitió que “hay posibilidades” de separar la elección bonaerense y dio sus argumentos
El mandatario dijo que quiere “discutir el modelo de la provincia” y que ese debate, si no se desdoblan los comicios, queda opacado por la discusión nacional
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Separar las elecciones bonaerenses de las nacionales dejó de ser un debate teórico y a puertas cerradas para Axel Kicillof, quien hoy admitió que existen “posibilidades” de definir una fecha aparte para los comicios provinciales en los que se definirá al futuro gobernador, los legisladores provinciales, intendentes y concejales. No solo eso: el mandatario dio argumentos para justificar ese desdoblamiento, un hecho que no se produjo nunca en Buenos Aires desde el regreso de la democracia.
“Sí, hay posibilidades [de separar las elecciones]”, señaló este jueves Kicillof, al terminar un acto en Berazategui en el que recorrió obras de remodelación del Hospital Evita Pueblo y puso en funcionamiento una ambulancia, acompañado por el intendente local, Juan José Mussi, jefe histórico del distrito que va por su quinto mandato. El primero fue en 1987, siempre atado a las boletas de la provincia y la Nación.
“Nuestras leyes nos permiten hacer la elección desdoblada”, continuó Kicillof, en diálogo con el medio Panóptico Sur para dejar atrás el plano formal e hilvanar una explicación política de la decisión que está en sus manos, a tiro de decreto. “Yo he escuchado muchas voces de la oposición que [desdoblar la elección bonaerense] era por una cuestión de oportunismo, que si les convenía que esté Milei, que no esté Milei... Ellos están con eso, ¿no?, nos corren por derecha y los tipos saltan a la derecha. Hay una olimpiada a ver quién va más a la derecha. Ya yo los he perdido de vista a esta altura, pero van, corriendo, a ver quién llega más lejos. ¿Qué prometen? Ajustar”, afirmó el mandatario.
“Entonces, yo le digo a la sociedad, porque tal vez el ajuste es una palabra medio abstracta: ¿qué derecho querés perder? Eso es lo que estamos discutiendo. ¿Qué querés? Menos escuelas, menos hospitales, las dos cosas a la vez. ¿Qué querés que te saquen? ¿Salarios, derechos laborales, tal vez tu jubilación? Cuando ellos hablan de ajuste y dinamitar, la pregunta es, para hacerlo bien concreto, ¿a quién van a echar para hacer su ajuste?, si a los maestros, a los doctores, a las enfermeras”, continuó.
Entonces, Kicillof fue al grano de la discusión, o al menos al argumento con el que en La Plata se analiza cómo fundamentar el desdoblamiento de las elecciones. “Desde nuestro punto de vista, no es una cuestión de oportunismo, sino también poder discutir un poco el modelo de la provincia de Buenos Aires, que a veces se ve opacado por la discusión nacional. Nosotros queremos discutir un modelo para nuestra provincia, porque la provincia tiene una identidad que es productiva, que es popular y el neoliberalismo le hace daño a todo el país, pero al que más le pega es a un modelo productivo. Y la provincia de Buenos Aires, sin producción y sin trabajo, está liquidada. ¿Qué vamos a hacer en Berazategui? ¿Una mesa de dinero? ¿Vamos a abrir cinco bancos extranjeros? ¿Cervecerías artesanales? ¿Pilotos de drones?”
“Cuando digo esto me dicen que volvió la campaña del miedo. Ya no es la campaña del miedo: es el miedo. Ya explotaron escuelas, ya cerraron escuelas rurales”, agregó, sin mencionar a los destinatarios de sus crítica: Juntos por el Cambio y el gobierno de María Eugenia Vidal.
“Oportunismo”
El sábado 15 de abril, y a través de un decreto que solo se conoció cuando fue publicado en el Boletín Oficial bonaerense, Kicillof definió que las PASO serán el 13 de agosto, el mismo día que las nacionales. Aunque pudo hacerlo, evitó confirmar que las elecciones generales provinciales se hagan el 22 de octubre, al igual que las nacionales. Debe hacerlo con 90 días de anticipación a la fecha que elija: si pretende que los comicios bonaerenses sean antes de los nacionales, la fecha límite es el 15 de julio; si quiere posponerlos -y se toma en cuenta el final de sus mandato-, la fecha tope es el 6 de agosto.
Esta mañana, cuando habló de “oportunismo” o la conveniencia de separar o no las elecciones bonaerenses de las nacionales, Kicillof mencionó de inmediato a Milei. ¿Por qué? Porque en los últimos meses crece como una certeza en la oposición de Juntos por el Cambio que, al mantener unidas las elecciones bonaerenses y las nacionales, Kicillof se beneficiaría con la división opositora que genera la candidatura del economista libertario.
Sin un candidato sólido ni estructura en la provincia, Milei arrastraría con más eficiencia votos para su postulante a gobernador si su boleta va pegada a la bonaerense. Como en la provincia no hay ballottage y alcanza con un voto de diferencia para quedarse con la gobernación, cualquier división del voto opositor restaría chances a Juntos por el Cambio y acrecentaría las de Kicillof, que cuenta con una base sólida del voto kirchnerista en el conurbano.
Las razones que llevarían a Kicillof a resignar esa ventaja competitiva separando los comicios provinciales intrigan a oficialistas y opositores. Una de las alternativas en análisis es que el voto “bronca” que acumula el libertario -en las encuestas- esté creciendo sobre la base de electores del kirchnerismo. Otra explicación pasa por la degradación del propio Frente de Todos a nivel nacional, que sigue sin un candidato claro ni un método para elegirlo: separando la elección, Kicillof evitaría que una boleta nacional débil del oficialismo actúe como “lastre” para sus ambiciones.
Consecuencia o coincidencia, la primera vez que Kicillof amenazó con separar la fecha de los comicios provinciales, en este caso las PASO, en el oficialismo se desencadenó otra definición de peso: Alberto Fernández anunció que no iba a ser candidato presidencial. Separar las elecciones generales en la provincia y desconectar el arrastre del peronismo bonaerense de los comicios presidenciales abriría un escenario de impacto desconocido para el oficialismo y la oposición.
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