La Casa Rosada ya tiene definido al sucesor de Silvestre Sívori al frente de la AFI
Apuntan a Sergio Neiffert, quien estuvo ayer y hoy en las oficinas del organismo de inteligencia; actualmente es el representante del Gobierno en la Acumar
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Javier Milei está a miles de kilómetros de la Casa Rosada y eso impide que formalice los cambios en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pero en Buenos Aires ya hubo intensos movimientos para hacer reformas de fondo en los servicios e iniciar una sucesión. Es más, en el oficialismo dan por hecho que el nombre elegido es Sergio Darío Neiffert, quien estuvo ayer y hoy en las oficinas del organismo y también se vio con Santiago Caputo, según revelaron a LA NACION.
Neiffert es el actual representante del Poder Ejecutivo en el Consejo Directivo de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), según distintas fuentes allegadas al Gobierno. De 56 años, Neiffert fue tesorero del Consejo Escolar de Malvinas Argentinas, partido que fue conducido por el exintendente Jesús Cariglino, con quien compartió la sociedad de la firma New Consuld SA, una constructora creada en 2008. Antes, en 2006, Neiffert estuvo asociado a otra constructora denominada New Francos.
El asesor presidencial Santiago Caputo y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, exponentes de la mesa chica que quedó en el país con los hermanos Milei en los Estados Unidos, encabezaron las primeras gestiones para realizar la transición con el abogado Silvestre Sívori, que renunció a su cargo como interventor de la AFI el lunes por la noche, apenas se confirmó la salida de Nicolás Posse.
En la Casa Rosada no quisieron confirmar oficialmente quién será el nuevo jefe de los espías, a pesar de los avances con Neiffert. Adelantaron también que el Gobierno planea un fuerte replanteo de la estructura orgánica de la AFI, es incluso se menciona la posibilidad de un desdoblamiento.
Lo que sí ya está definido es que los servicios de inteligencia pasarán a reportar directamente a la Presidencia -como indica la ley- y dejará de estar bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete, como ocurrió con Posse, quien controlaba todo lo referido a la seguridad nacional y a la relación con la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).
En este sentido se recorta la figura de Santiago Caputo como nueva terminal de la actividad de la AFI, reportando directamente al presidente Javier Milei.
Otro nombre que sonó en los corrillos oficiales fue el de la mano derecha de Karina Milei, “Lule” Menem, con quien Sívori también tuvo contacto en las horas posteriores a su renuncia. Pero difícilmente este funcionario pueda abandonar la tarea de armador político todoterreno que viene ostentando junto a la hermana del jefe de Estado.
Según pudo reconstruir LA NACION, antes de presentar su renuncia, en la noche del lunes, Sívori se reunió con Santiago Caputo y con “Lule”. Y el martes por la tarde volvieron a encontrarse en la Casa Rosada para coordinar aspectos técnicos del traspaso. Después de ese encuentro, Sívori volvió a sus oficinas en la calle 25 de Mayo, donde continuó haciendo gestiones para la transición.
A la espera del Presidente
Consultado por la AFI, hoy el vocero presidencial, Manuel Adorni, se limitó a decir: “Las definiciones van a estar cuando el Presidente vuelva de viaje y no antes. Efectivamente va a haber una reestructuración y parte de ello es que vuelva a depender de la Presidencia, como entendemos que debe ser. Cuando el Presidente crea conveniente va a anunciar los cambios y los nombramientos”.
Además del cambio de nombres, podría haber otras novedades en los servicios. “La Argentina debe rediseñar totalmente su sistema de inteligencia”, dijo un colaborador estrecho de Milei. Tal como publicó LA NACION, bajo evaluación está el plan de separar la inteligencia interior de la exterior en distintas estructuras. El flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, deslizó en ese sentido: “Tiene que haber inteligencia exterior para ver qué pasa en el mundo e interior para pensar lo que está pasando con el crimen organizado, las fronteras, el narcotráfico. Y para eso hay que usar especialistas. La AFI se ha utilizado para otras cuestiones, que poco tienen que ver con eso. Deberíamos tener dos organismos que se ocupen de esos temas para decisiones estratégicas del país”.
No habría, por ahora, planes de nombrar a un subdirector, figura que dejó de existir durante la intervención de la AFI que dispuso Alberto Fernández, cuando designó a la exfiscal Cristina Caamaño. La central de inteligencia ya lleva más de cuatro años intervenida y se sucedieron varios anteproyectos para reformar su estructura. Las iniciativas no prosperaron por la vía formal, es decir, mediante la sanción de una ley en el Congreso, sino que a través de resoluciones, las distintas gestiones de la intervención modificaron aspectos jerárquicos del organismo.
En la AFI, Sívori trabajó rodeado de cinco militares retirados en distintos cargos del organismo. En las últimas horas todos ellos pusieron a disposición sus renuncias. En este escenario, sin el Presidente en el país para poner en funciones a un nuevo interventor, esta semana se vivirán días de acefalía en la principal agencia de inteligencia del país.
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