Ausentes, en blanco, minoritarios: los candidatos pescan en una “pecera” de seis millones de votos
Milei, Bullrich y Massa ultiman detalles y analizan los subgrupos más afines para insistirles en que los voten; los votantes en el Exterior, otro objetivo compartido
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Más de un millón y medio de votos en blanco o anulados por distintas razones. Unos setecientos mil votantes que optaron por opciones políticas que no superaron el piso para participar de las generales. Unos tres millones que podrían llegar a los centros de votación, a los que no se acercaron el 13 de agosto. Poco menos de medio millón de votos de argentinos en el exterior, excluidos por ley de las PASO pero autorizados a participar en las elecciones generales.
Este heterogéneo universo de seis millones de votantes conforma la enorme “pecera” en la que intentan pescar en la última semana de campaña los cinco candidatos a la Presidencia, que el próximo domingo jugarán sus chances de llegar a la Casa Rosada.
En un escenario dónde la incertidumbre es prácticamente la única certeza, los candidatos mueven sus últimas fichas, con el objetivo de conseguir las adhesiones necesarias para alimentar sus respectivos sueños presidenciales.
“Los primeros a los que hay que ir a buscar son los que ya fueron a votar en las PASO”, afirman desde el oficialismo.
Según datos de la Dirección Nacional Electoral (DINE) rubricados por la Cámara Nacional Electoral en el escrutinio definitivo, se contabilizaron nada menos que 1.356.480 votos en blanco, y 309.807 sufragios fueron anulados.
Desde los tres espacios más votados (Javier Milei de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio y Sergio Massa de Unión por la Patria) coinciden en que muchos de esos “votos bronca” contra la clase política y la situación económica tomarán una decisión y optarían por un voto útil o estratégico por alguno de los tres mejor ubicados.
Los favoritos apuestan a que el “voto útil” juegue en contra de las chances del gobernador cordobés Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país) y la diputada Myriam Bregman (FIT).
Un antecedente corrobora la posibildad de un aumento de votantes. En las PASO de 2019, los votos en blanco alcanzaron el 3,4% y en las generales de ese año representaron un 1,6%, es decir, dos puntos menos.
En segundo lugar, están los votantes de opciones minoritarias.
Las dos opciones que más cerca estuvieron del piso de votos necesarios para participar de las generales fueron Principios y Valores de Guillermo Moreno, y Libres del Sur, con Jesús Escobar como candidato, fueron o son cercanas al peronismo kirchnerista, y obtuvieron sumados unos 350.000 votos en total.
Durante la campaña, ambos se mostraron bien lejos de Massa y sus aliados, sin embargo, tienen sintonía ideológica con el kirchnerismo.
Quienes votaron a Política Obrera (unos 64.000 votos) y el MAS (87.000) se inclinarían naturalmente por Bregman, al igual que la mayor parte de los 84.000 votos de Raúl Castells (MIJD), nada desdeñables en un contexto de extrema paridad entre las tres opciones más votadas en agosto.
Milei y Bullrich, en tanto, se repartirían los votos de candidaturas liberales como las de la Ucedé y Liber.ar, ambos con magros resultados en las Paso.
Los que no fueron
En paralelo aparecen los más de diez millones de personas del padrón que no fueron a votar.
“En una elección importante el porcentaje de asistencia ronda el 80 por ciento”, comentaron fuentes de la Dirección Electoral, es decir, que pronostican unos diez puntos más que el 69,6 por ciento que votó en las primarias, unos tres millones de votos más.
En este punto, resulta más difícil prever quien sería el más beneficiado, pero desde los tres espacios mayoritarios creen que sacarán las diferencias que necesitan para disputar, al menos, el ballotage del 19 de noviembre.
“De los que no fueron a votar, muchos se asustaron por lo que vieron de Milei en estos días; y con que se repita la elección de agosto estamos en el ballotage”, comentaron cerca de la candidata de Juntos por el Cambio.
En el entorno de Bullrich especulan con los votos adicionales que podrían ganar por la pelea pública entre Massa y Milei por la corrida cambiaria y la suba del dólar.
Por supuesto, en los otros partidos apuestan a una lectura diferente. “Massa en esta elección está ocupando el lugar de (Horacio) Rodríguez Larreta; es el más moderado de los tres principale”, razonan cerca del candidato oficialista.
En Unión por la Patria apuntan a recuperar votos en las provincias del norte gobernadas por el peronismo, dónde Milei tuvo resultados inesperados.
También quieren seducir a parte de los votantes de Juntos por el Cambio que optaron por el jefe de gobierno porteño, “un votante radical que no votaría a Bullrich”, según especulan.
La candidata anunció el sábado pasado que, si gana, Rodríguez Larreta sería su jefe de Gabinete. Esa jugada también busca obturar una fuga de votos propios.
Con la confianza por las nubes, cerca de Milei aseguran que el candidato libertario sumará a muchos desencantados con Bullrich. “Y por supuesto, el que no fue a votar en agosto y va el 22, lo va a hacer por Javier”, interpretan desde la mesa chica de Milei, y hasta apuestan a que la fórmula presidencial impida el corte de boleta en la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, dónde se juegan buena parte de su suerte la mayor parte de los candidatos presidenciales.
Los cinco candidatos presidenciales, eso sí, apuestan a llevarse la mayor parte de los 451.200 votantes habilitados que viven en el Exterior, y que en las Paso no pudieron sufragar porque está prohibido por ley. Por lo pronto, los votantes en el Exterior podrán elegir entre los candidatos a presidente y vice, y los cargos a diputados y senadores nacionales y Parlasur que correspondan a su jurisdicción. “Los votos se cuentan de a uno”, es la máxima que unifica a los presidenciales, a días de la batalla final.
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