Ataque narco a la familia de Messi: el Presidente no evalúa remover a Aníbal Fernández y abona teorías conspirativas
Alberto Fernández no prevé viajar a Rosario; delegó el tema en Agustín Rossi y el ministro de Seguridad, a quien respalda a pesar de las críticas y búsquedas de desplazarlo; la sucesión de hechos entre el incendio del miércoles y el ataque de ayer alertó a sus colaboradores
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Alberto Fernández no cambia sus planes. El mandatario no prevé viajar a Rosario, ni tampoco evalúa la posible remoción de su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, como pidieron ayer desde la oposición y el peronismo santafesino. Fue tras el ataque al supermercado de la familia política del jugador Lionel Messi, a quien le dejaron un mensaje mafioso. En tanto, cerca del mandatario, había coincidencias por estas horas en ver en lo sucedido “algo armado” y con tintes “conspirativos” en la antesala electoral. En esa línea ubicaban también lo sucedido con el incendio, presuntamente intencional, que el miércoles dejó sin luz a más de 20 millones de ciudadanos y el ataque en Rosario pocas horas después.
“Está todo armado para jorobar al Gobierno más allá de que obviamente la situación en Rosario es muy grave desde antes”, dijo a este diario un importante funcionario del Ejecutivo. “Lo de Rosario es diario, pero un ataque a la familia de Messi no pasó nunca. Quienes lo hicieron buscaban este golpe de efecto nacional e internacional, no es casualidad”, aportó otro hombre de las filas del gobierno nacional. “Esto está armado y no es fuego amigo”, completaron.
“Suelo no creer en teorías conspirativas”, dijo una alta fuente de la Casa, tras lo que admitió evaluar que “va a ser un año movido” y que “lo del apagón fue intencional, justo después del discurso del presidente en el Congreso”, en referencia a la apertura del año legislativo producida este miércoles al mediodía.
En el Gobierno, por lo pronto, también se seguía de cerca la línea investigativa que apunta a una posible interna entre barras detrás del ataque al supermercado Único, de José Rocuzzo, padre de Antonela, la esposa de Messi. Según pudo saber este diario hasta la tarde de este viernes nadie del gobierno nacional se había comunicado con el jugador o su familia.
Por lo pronto, el presidente delegó el tema Rosario en su nuevo jefe de Gabinete, Agustín Rossi y en el ministro Fernández. Cerca del mandatario no consideran un posible foco de conflicto la relación entre Rossi y el gobernador Omar Perotti, quienes se enfrentaron duramente en el peronismo santafesino. Sin embargo no todos son complacientes con lo que puede repercutir el impacto de Rossi en el tema. “Es un error. Es algo que va a politizar un tema que es, por sobre todo, técnico”, evaluó un funcionario a LA NACION. “Es sumar un nuevo problema a la larga, pero bueno, decisiones son decisiones. Ya lo veremos”, completó.
“Entendemos que no y Rossi además en lo que tiene que ver con Rosario tiene la ventaja de conocer bien el terreno por ser de ahí”, respondían hoy sobre el tema en Balcarce 50. Y hacían hincapié en el tema de que “Rossi es local allá”, un argumento similar al que ayer daban en la cartera de Seguridad ante lo que serán los viajes semanales que hará el jefe de Gabinete de esa cartera, Lucas Gancerain.
En las últimas horas eran varios los que coincidían en el oficialismo que el presidente debió haber viajado tras el episodio. Incluso asesores y colaboradores suyos lo consideraban como algo que hubiera sido acertado. Sin embargo desde su entorno defendían la decisión de no hacerlo.
“Está claro cual es el problema y que no se va a resolver ni en uno, ni en dos días o meses, pero hay que abordar todo”, completaron desde Casa Rosada en referencia a las responsabilidad de los “tres Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial)”. “No se resuelve solo con más seguridad”, agregaban.
En las últimas horas hubo una opinión casi coral en distintas voces del oficialismo que coincidían en apuntar responsabilidades sobre lo que sucede en Rosario, al Socialismo, que gobernó durante años la provincia. “Cuando ellos empezaron a gobernar no había los problemas que hay hoy”, era una de las frases más repetidas. Había también quienes desempolvaban un término acuñado por Andrés “Cuervo” Larroque en 2012: “narcosocialismo”.
“En esta a Larroque le tenemos que dar la razón”, dijo un funcionario cercano a Fernández, pero con despacho fuera de Casa Rosada en referencia a las diferencias que los separan del ministro bonaerense y uno de los principales críticos de la gestión actual.
Un funcionario nacional, un paquete de medidas y una mesa de trabajo a pedido de los jueces
En el Gobierno no descartaban anuncios en los próximos días sobre el tema “Rosario”. Una fuente oficial deslizó ayer a LA NACION que no se trataría de mayor presencia de uniformados federales en la ciudad santafecina, sino otro tipo de medida. Por lo pronto, quien viajará en los próximos días será Gancerain, a quien le resaltan, además de conocer la ciudad, tener manejo del presupuesto de la cartera de Seguridad Nacional y la confianza extrema de Aníbal Fernández, su jefe directo.
Se trata de una respuesta al reclamo de Santa Fe de que el Ministerio de Seguridad Nacional tenga una base operativa en Rosario y que se ponga al frente de la lucha contra el narcotráfico, además de apuntalar a la Justicia y a la inteligencia criminal.
Además, el ministro se reunió ayer con autoridades de la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales y acordó la creación de una mesa de diálogo con los diferentes actores que intervienen en el tema.
“Se está trabajando, se viene trabajando y se va a seguir”, insistió una fuente oficial.
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