Ascochinga, la tierra elegida por los Kennedy
JFK visitó la localidad cordobesa a los 24 años; años después regresaron su viuda y sus hijos, quienes se alojaron cinco días en la misma estancia
CÓRDOBA.- En un otoño de hace medio siglo, esta provincia se convulsionó por la llegada de la ex primera dama de Estados Unidos, Jackie Kennedy y sus hijos, John-John y Caroline. Después de unas pocas horas en Buenos Aires, se instalaron en una estancia en Ascochinga, a unos 80 kilómetros de la capital cordobesa.
No era la primera vez de los Kennedy en el lugar. John Fitzgerald cumplió 24 años en el mismo lugar, el 27 de mayo de 1941. Los festejos fueron en un puesto de la estancia Santa Catalina, la más grande del legado jesuítico, hoy patrimonio de la humanidad. El predio era de Miguel Angel Cárcano, ex embajador argentino en París a quien el futuro presidente de Estados Unidos conoció en 1939 en el Vaticano, en la asunción del Papa Pío XII.
John Fitzgerald se hizo amigo de Michael, hijo de Cárcano. Y, dicen, quedó shockeado por la belleza de Stella, su hermana. Los visitó en la casona San Miguel. Algunos lugareños recuerdan que andaba a caballo con guantes y que iba a misa y es una suerte de leyenda que puso diez dólares en el limosnero de la iglesia de las Adoratrices. Tan difícil de comprobar como que le dijo a a su anfitrión: "Te apuesto a que seré presidente de los Estados Unidos".
Su viuda y sus hijos fueron recibidos en el aeropuerto cordobés por el gobernador radical Justo Páez Molina, el intendente Víctor Martínez (después vicepresidente de Raúl Alfonsín) y el secretario General de la Gobernación Ramón Bautista Mestre (años más tarde intendente y gobernador).
"Espero que mis hijos sientan la felicidad que mi esposo conoció aquí y que cuando crezcan comprendan por qué su padre quiso tanto esta tierra", dijo Jackie al bajar del avión. Cinco días estuvieron en San Miguel; John-John repitió las andanzas de su papa a caballo; todos comieron asado y escucharon al grupo folklórico "Los del Suquía".
Los fotógrafos de las revistas de mayor circulación y de los diarios se apostaron en la zona para obtener las imágenes de la familia Kennedy. Jackie, acompañada de Cárcano, fue a rezar a la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Ascochinga, donde está la placa que recuerda el paso de JKF.
El resto de los días lo pasaron haciendo largas cabalgatas junto al dueño de casa. Antes de irse ella se animó al zaino "Pura Pinta" y su hijo al petiso "Milagro". Una delegación de la escuela María Josefa Bustos fue recibida por la ex primera dama, quien después envió una carta agradeciendo el encuentro. Todavía está en el colegio.
La docente Rosa de Toledo comentó que "la señora de Kennedy era una atractiva mujer, alta, elegante. Cuando nos vio se sorprendió por los guardapolvos blancos y Cárcano le explicó que se estilaba su uso en las escuelas públicas".
Un mate con bombilla de plata e incrustaciones de oro y un facón criollo confeccionado con los mismos metales, fueron los regalos que los Kennedy se llevaron de Córdoba.