Armó el gabinete con intención de seguir
No consultó los nombres con otros dirigentes del justicialismo, pero buscó que hubiera un representante de cada línea interna La línea fundamental de su gobierno estará integrada por funcionarios de su provincia Su hermano, el ex senador Alberto Rodríguez Saá, jugó un papel clave en el diseño del equipo
El presidente Adolfo Rodríguez Saá diseñó y articuló su gabinete ministerial de acuerdo con su estrategia electoral con miras a los comicios presidenciales de 2003 y con su impronta personal: recurrió a muchos funcionarios de su provincia, San Luis, en los que deposita una confianza extrema, la línea fundamental de su gobierno.
El caso más evidente es el de Luis Lusquiños, convertido en secretario general de la Presidencia e interino jefe del Gabinete. Lusquiños, hasta anteayer, era su secretario privado, el hombre de su mayor intimidad.
Pero hay otros ejemplos. Procedentes de San Luis son Oraldo Britos, ministro de Trabajo; Carlos Sergnese, jefe de la SIDE; José Guillermo L´Huiller, secretario Legal y Técnico; Alberto Zuppi, secretario de Justicia y Asuntos Legislativos, y Graciela Corvalán, secretaria de Obras Públicas. Todos ex funcionarios puntanos.
Mientras que un sector del establishment reclamaba anteayer que el justicialismo designara presidente a Ramón Puerta y no a Rodríguez Saá, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, notificó al colegio de gobernadores peronistas que no quería integrar el gabinete.
"Forma parte de su estrategia electoral. De la Sota también va a presentarse en marzo", dijo una fuente del gabinete, que asumió ayer en la Casa Rosada.
Quiere quedarse
De acuerdo con todos los funcionarios cercanos a Rodríguez Saá, el ex gobernador de San Luis no llegó al Gobierno para quedarse sólo 90 días, sino que su intención es "poner el pie en la Casa Rosada, para quedarse seis años, no tenga ninguna duda".
Quien resultó fundamental para el armado del gabinete fue el hermano del Presidente, el ex senador Alberto Rodríguez Saá. Fue quien llamó, por caso, a Britos, entre otros nuevos ministros. El hermano es el que hace y deshace en el entorno del ahora primer mandatario.
Si bien existen ministros que parecerían representar otras expresiones y territorios en el justicialismo, la verdad es que, según fuentes de gabinete, "todos están por él, aunque no sean de él". Un caso muy demostrativo es el de Rodolfo Frigeri, secretario de Hacienda, Finanzas e Ingresos Públicos.
El economista es un hombre del sector del ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde. Frigeri se sorprendió cuando recibió anteayer el llamado del gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, para sumarse al nuevo gobierno. "No lo llamó Duhalde, lo llamó Kirchner y diez minutos después Rodríguez Saá", dijo una alta fuente de la Casa Rosada.
Luego sí, Duhalde le contó a Frigeri: "Yo le había hablado a Adolfo sobre vos". Una de las mayores habilidades del nuevo presidente podría residir en integrar un gabinete que parece armado por todos los mayores referentes del justicialismo, cuando en realidad ellos no los pidieron.
Amistad y confianza
Ocurrió lo mismo con Daniel Scioli, un incondicional militante del sector del presidente del PJ y ex presidente de la Nación, Carlos Menem.
Scioli fue sorprendido anteayer por Rodríguez Saá: "Mirá, Daniel, quería tener bien representado al menemismo en mi gabinete, y la mejor imagen sos vos". Scioli aceptó sin más.
"Rodríguez Saá no consultó absolutamente nada con Menem", dicen cerca del puntano.
El nombramiento de Rodolfo Gabrielli, en Interior, respondió a la amistad entre el ex gobernador mendocino y el Presidente y a la vecindad amigable que mantienen sus provincias.
La amistad y la confianza de muchos años también llevó al elenco ministerial a los ex gobernadores santafecinos José María Vernet, que será canciller e interino en Defensa, y Víctor Reviglio, nuevo secretario de Políticas y Regulación Sanitaria.
"Se conocen desde cuando gobernaban simultáneamente sus provincias", dijo otra fuente de la Casa Rosada.
Pertenecen a líneas opuestas a las del gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, que vetó a Jorge Obeid, que había sido designado anteayer como jefe de gabinete de ministros.
"Si va Obeid no apoyaré al gobierno de Rodríguez Saá. Obeid no me representa", dijo Reutemann, quizás enojado porque el Presidente fortalecía a Vernet y a Reviglio.
El mandatario santafecino logró, en cambio, una designación más amigable, la de Liliana Gurdulich de Correa, como secretaria de Tecnología y Ciencia.
Quien sí pudo imponer un hombre propio fue el gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf. Logró designar a Juan José Alvarez en la Secretaría de Seguridad Interior. "De ese modo buscó asegurarse que no haya operaciones de violencia en su provincia", confió una fuente del PJ bonaerense.
No pensó en Ruckauf, en cambio, cuando designó a María Teresa del Valle González Fernández de Solá, que dirigirá la secretaría de Cultura.
Se trata de la esposa de Felipe Solá, vicegobernador y opositor interno de Ruckauf y, según fuentes bonaerenses, seguro candidato presidencial para el 3 de marzo.
No descartan, por ello, que Rodríguez Saá pueda haber pensado en Solá como compañero de fórmula para competir en elecciones con un pie en tierra de Duhalde.