Argentina enfrenta otra cumbre que dejará expuestas sus diferencias con los socios del Mercosur
Los presidentes se reunirán mañana, con los aranceles y los acuerdos con terceros países como motivos de disidencia; hoy se encuentran los cancilleres
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Luego de tomar distintas posturas en votaciones cruciales como la condena a Nicaragua en la OEA o la reciente votación por la presidencia de la CAF, los caminos de los miembros del Mercosur volverán a cruzarse, esta vez en formato virtual. Y más allá de la razón protocolar –el traspaso de la presidencia pro tempore de Argentina hacia Brasil por los próximos seis meses– quedarán claras las diferencias de criterio en torno al Arancel Externo Común (AEC), que Brasil y Uruguay pretenden bajar de manera drástica ante la oposición argentina, y la flexibilización de acuerdos con terceros países, impulsado por Montevideo y que también encuentra resistencias en el gobierno de Alberto Fernández.
“Cada uno va a fijar su posición conceptual. Pero no habrá definiciones”, coincidieron a LA NACION representantes de la diplomacia argentina y de dos de los tres socios de un Mercosur que atraviesa sus 30 años de vida con conflictos abiertos e innegables entre sus integrantes.
El termómetro de la relación entre los socios dará sus primeros indicios en la mañana de este miércoles, con la reunión de cancilleres del bloque, suspendida dos veces y que será encabezada por Felipe Solá. También participará el representante de Bolivia y el titular del Parlasur, el brasileño Celso Russomanno. Luego del almuerzo junto a sus pares de Agricultura, Luis Basterra, y Producción, Matías Kulfas, Solá volverá a presidir otra reunión, en la que estarán, además, otros Estados asociados y organizaciones regionales como Aladi, Cepal y la CAF. Este último organismo fue escenario de la disputa entre Colombia y la Argentina, saldada con la designación del colombiano Sergio Díaz-Granados como nuevo titular de la entidad, con apoyo previo de Brasil y Uruguay.
Mañana será el turno de los presidentes, con el áspero antecedente de la discusión de marzo entre Fernández y el mandatario de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en relación al “lastre” que simboliza el Mercosur para los acuerdos con terceros países.
Mientras desde Montevideo utilizan el término “frío” en relación al encuentro regional, desde la Cancillería puntualizan que la diplomacia de Brasil “no estaría tan de acuerdo” con la intención de Lacalle Pou de facilitar acuerdos unilaterales, porque “temen una invasión de productos desde China”, país con el que Uruguay pretende tener un vínculo comercial más estrecho. Cerca de Solá suman a Paraguay a esa resistencia, dado su acuerdo privilegiado con Taiwán, no reconocido como país por China.
En relación a la baja de aranceles, tampoco habrá una ofensiva frontal de Brasil para imponerlos en el cien por cien de los productos, en sintonía con los deseos de Jair Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, y con aval de Uruguay. En ese sentido, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, trajinó ayer los principales ministerios del país vecino para explicarles la “posición absolutamente racional” del país, y enfatizó la necesidad de “no agregar otro problema en un contexto de pandemia a la que se suma una crisis hídrica histórica”.
Argentina propone una baja de aranceles selectiva, que abarca al 75 por ciento de los productos y los deja en sus valores actuales a sectores como automóviles y textiles. Paraguay, en una posición intermedia, acepta una baja en el 90 por ciento de los productos. La reciente toma de posición de las poderosas cámaras industriales de Brasil en contra de esas rebajas son percibidas por el Gobierno como un “apoyo indirecto” a su postura de “proteger” a las industrias locales.
De todos modos, la cancillería de Brasil afirma que “en su turno de presidencia, Brasil continuará sus esfuerzos para avanzar en la agenda de modernización del Mercosur, con miras a transformar al bloque en un eficaz instrumento de competitividad y mejor inserción regional y global”, según reza en la página oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de la principal potencia regional.
“Hay que concentrarse en aumentar el comercio con Brasil y dejar de lado cuestiones ideológicas”, repite el embajador Scioli, con números en mano que hablan de un aumento en las exportaciones hacia ese país del 90 por ciento en el mes pasado en comparación con el año anterior. Tanto él como el Presidente esperan que la cumbre transcurra sin sobresaltos, aunque los temas de fondos seguirán, casi con seguridad, sin resolverse.