Aprobaron el fin de la convertibilidad
La Cámara de Diputados votó en la madrugada de hoy el proyecto para abandonar la paridad cambiaria 1 a 1 con el dólar
El final de la convertibilidad está escrito en la forma de la ley de emergencia pública que esta madrugada aprobó en general la Cámara de Diputados con el fin de cederle facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo para decretar un nuevo tipo de cambio y una amplia reforma de las reglas económicas del país.
El Partido Justicialista, el radicalismo y parte del Frepaso votaron favorablemente el proyecto que dispone la devaluación del peso, la reestructuración de gran parte de los créditos bancarios en dólares y la continuidad del "corralito" a los depósitos. Asimismo, cede el poder al gobierno de Eduardo Duhalde para establecer un sistema de control de precios y de tarifas, entre otras medidas.
La incertidumbre que genera hasta en los propios legisladores peronistas el impacto en la sociedad que tendrá la depreciación de la moneda provocó demoras y cambios de último momento en el proyecto oficial. El debate había comenzado a las 16.30.
Cuando el Senado -con mayoría absoluta del PJ- complete el trámite (está citado para las 9 de hoy) habrá quedado en la historia la paridad 1 a 1 entre el peso y el dólar, la regla básica de la economía argentina de los últimos 11 años.
Oposición
Las fuerzas que dieron un voto negativo al proyecto de ley -ARI, el sector rebelde del Frepaso, los partidos provinciales y otros bloques minoritarios- advirtieron que la forma en que esta iniciativa habilita la devaluación podría generar una estampida inflacionaria.
Acción por la República, el partido fundado por el padre de la convertibilidad, Domingo Cavallo, se abstuvo.
El PJ justificó en "el estado de desastre del país" el pedido de una delegación de facultades extraordinarias, algo que fustigó hasta el hartazgo cuando el ex ministro Domingo Cavallo ostentaba los controvertidos "superpoderes".
Pero el Poder Ejecutivo no sólo gozará de poderes extraordinarios para aplicar futuras medidas. Además, se reserva el derecho a presentar un recurso extraordinario ante la Corte Suprema (per saltum) ante cualquier medida cautelar que suspenda el cumplimiento de las disposiciones de la ley.
El proyecto oficial no menciona en ningún párrafo cuál será la cotización del dólar. Esta decisión corresponderá al Poder Ejecutivo, que podrá establecer por decreto "el sistema que determinará la relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras, y dictar regulaciones cambiarias".
Otro de los puntos fundamentales de la iniciativa, incluido con el propósito de contener los efectos negativos de la devaluación, es el que permite convertir a pesos la mayoría de los créditos bancarios de hasta 100.000 dólares.
Asmismo, se compensará a las entidades financieras con un fondo creado a partir de un impuesto a las exportaciones de hidrocarburos.
El "corralito" a los depósitos seguirá en pie: se deroga la ley que disponía el libre acceso a las cuentas salariales (promovida por el PJ, días previos a que cayera Fernando de la Rúa) y se faculta al Poder Ejecutivo a disponer como le parezca adecuado prórrogas en la devolución de los plazos fijos.
También se pesifican los contratos de alquiler, los saldos adeudados de las tarjetas de crédito y las tarifas de los servicios públicos, aunque éstas -se establece- serán renegociadas por el Poder Ejecutivo en el término de dos meses.
Otro artículo prohíbe por 90 días todos los despidos por causa injustificada.
El debate
El justicialismo abrió el debate. Jorge Matzkin (La Pampa), que participó activamente en el diseño del proyecto, se encargó en su discurso de sellar la partida de defunción del régimen monetario hasta hoy vigente. Paradojas de la política: fue también Matzkin quien, hace diez años, impulsó como miembro informante de su bloque la creación de la ley de convertibilidad.
"Lo que estamos debatiendo es mucho más que un conjunto de dispositivos jurídicos. Estamos generando los cimientos de un modelo de crecimiento", señaló.
"Si no se deroga la convertibilidad se corre el riesgo de que el mercado nos lleve de la ceja", alertó.
Desde el radicalismo, el diputado Leopoldo Moreau (Buenos Aires) fue la voz que defendió el proyecto oficial.
El legislador bonaerense celebró la decisión del Gobierno de promover la salida del régimen monetario vigente y advirtió que habría sido "trágico" si se hubiera dejado librado "a la fuerza del mercado" la salida de la convertibilidad .
Finalizó su discurso con cierta dosis de optimismo. "Estamos frente a una decisión transcendente, a una oportunidad única de recuperar la automonía monetaria", enfatizó.
Estos argumentos no fueron compartidos por las restantes fuerzas de la oposición. Con matices, trazaron un panorama oscuro para el corto plazo y la posibilidad de nuevos estallidos sociales.
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