Antonio Pronsato, el funcionario que renunció por la parálisis del gasoducto: “Acá no hay corrupción, hay desconocimiento”
El exfuncionario con perfil técnico advirtió que “después de Semana Santa todo se empezó a lentificar” en las licitaciones para realizar la obra; “Falta que los funcionarios se sienten en una mesa”, agregó
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Antonio Pronsato tiene una frase de cabecera: “No hay que explicar por la maldad lo que se explica por el desconocimiento”. De esa forma rechaza que hayan existido irregularidades en el Gasoducto Néstor Kirchner y explica su decisión de renunciar a la unidad ejecutora de ese proyecto, que permitiría abastecer de gas al país y frenar la sangría de reservas. “Después de Semana Santa todo se empezó a lentificar. Las decisiones se demoraban inexplicablemente”, describió el exfuncionario que había sido convocado al Gobierno en el verano por tener el expertise para concretar la “obra del siglo” en el lapso de un año.
Respecto a los dichos de Cristina Kirchner -que cuestionó la importación de chapas de Brasil que necesita hacer la adjudicataria Techint para fabricar los caños-, Pronsato afirmó: “No creo que ella quiera impedir la compra de tubos para esta obra. Sería descabellado e incoherente”. Recordó, en esa línea, que YPF está contratando a la misma compañía para realizar un oleoducto. En una atmósfera de cortocircuitos entre los funcionarios de Energía que se referencian en el kirchnerismo y el ministro de Economía, Martín Guzmán, Pronsato agregó: “No tengo dudas que falta que los funcionarios se sienten en una mesa con todos adentro”.
–¿Por qué no se inició el gasoducto?
–El gasoducto se tiene que hacer, no importa si comenzó un poco más lento. No hay explicación para no hacerlo.
–¿Por qué renunció a su cargo? Dijo que se fue con dolor...
–Mi equipo y yo entramos a trabajar en febrero de este año y en menos dos meses ganamos más de medio año, porque conseguimos los trabajos de ingeniería básica para empezar. Después de Semana Santa, desconozco los porqué, todo se empezó a lentificar. No se tomaban las decisiones que se tenían que tomar, se demoraba inexplicablemente. Todos los días me decían que “sí” [a los planteos que realizaba] y las cosas después no ocurrían. Yo avisé que si se me contrató para hacer algo pero no se tomaban las decisiones yo no iba a estar cobrando un sueldo.
–¿A qué atribuye esa ralentización? ¿Cuál es su sospecha?
–Porque esta obra funciona con todos adentro, no solo IEASA (exEnarsa) y el Ministerio de Economía. Tiene que estar la Uocra, la Justicia para pedir permisos de paso, las provincias... Esto es poner una ciudad en marcha. El mejor ejemplo es lo que sucedió con (el exministro de Desarrollo Productivo, Matías) Kulfas y su gente. Si ellos tenían dudas técnicas, hablaban con nosotros y a los diez minutos se resolvía. Cuando alguien te dice “quiero transportar 40 millones de metros cúbicos” ya no hay más libertad: la física y la matemática te dan la especificación de la cañería y los espesores. ¿Por qué Kulfas no se sentó con nosotros? No digo con Agustín Gerez (titular de IEASA), que es abogado, sino con nosotros, los técnicos ¿Por qué se llegó a lo que se llegó?
–Entonces, ¿Qué falló? ¿Hubo diferencias políticas internas en el Gobierno? ¿Diferencias con las empresas del sector?
–Para hacer un gasoducto en el tiempo que queremos terminarlo, para que no haya desabastecimiento de gas, se necesita un fuerte conocimiento y una fuerte experiencia. Quizás, no por la maldad, sino por el desconocimiento se empezaron a ralentizar las decisiones. Durante la gestión de Julio de Vido a mí se me daba una sola indicación: “Hay que hacer esto”. Nadie me proponía un contratista o me decía un espesor. Me decían: “Andá y hacé”. La política está para decidir para dónde queremos ir...
–Pero la primera que criticó la adjudicación a Techint y la importación de chapas de Brasil fue Cristina Kirchner en el acto de los 100 años de YPF...
–Cristina hizo una definición política. Dijo “empecemos a laminar acá”. No dijo: “No le compremos los caños a Techint”. De hecho YPF, que estaba en ese acto, recién licitó un oleoducto de 160 kilómetros de caños de 24 pulgadas y se lo compraron a SIAT, de Techint. El discurso de Cristina es político diciendo que hay que industrializar la Argentina. Nunca recibí una indicación de Cristina, ni escuché que existiera una indicación para no comprar estos caños. No sé por qué se desmadró.
–La vicepresidenta advirtió que el Gobierno “no le puede dar 200 millones de dólares a Techint para que se pague entre empresas subsidiarias en Brasil”. ¿Cree que esta postura demora la firma del contrato?
–Mi creencia es que no. Cristina expandió el gasoducto General San Martín en el Estrecho de Magallanes y lo hizo con caños de Confab (la fábrica de chapa laminada de Techint en el sur de Brasil). No creo que Cristina quiera impedir la compra de caños para esta obra. Sería descabellado e incoherente. Insisto, en ese acto estaba el presidente de YPF (Pablo González) que ahora está contratando a SIAT para un oleoducto.
–Entonces, ¿Por qué no se firmó el contrato con Techint?
–Ahí ya no sé... No lo comprendo cómo no le pagaron el anticipo, no me entra la cabeza. Y ojo que para comprar las válvulas y los electrodos también habrá que sacar plata, también habrá que importar insumos.
–¿Hay ineficiencia o corrupción?
–¿Cuál sería la corrupción? No hay que explicar por la maldad lo que se explica por el desconocimiento. Acá no hay corrupción, hay desconocimiento... O no sé qué es...
–¿Intentaron retenerlo?
–Recibí muchos llamados de la industria para poder seguir y hablé con el secretario de Energía (Darío Martínez). Yo estoy disponible para ayudar seriamente en lo que sea a la Argentina. Fíjense qué descoordinados que estamos que nunca nos juntamos con los productores de gas para saber el camino crítico y que ellos puedan perforar just in time e invertir cuando el gasoducto esté listo.
–Con funcionarios que no se hablan entre sí ¿Esto puede funcionar?
–No puede funcionar así, tienen que estar todos alineados. Los funcionarios de un gobierno, cuando está la bajada de línea política, tienen que funcionar. No importa si van a tomar café juntos o no. En la época de De Vido, yo con Daniel Cameron (exsecretario de Energía) tenía una relación extraordinaria, pero con muchos otros funcionarios no e igualmente teníamos reuniones todos los días.
–¿Faltó entonces decisión política del Presidente para que hubiera una orden política clara?
–No. En mi época hubiera dado cualquier cosa por el DNU que se publicó para hacer este gasoducto, que dice que el país se esta desangrando por las importaciones de energía y que cualquier demora pone en riesgo el abastecimiento ¿Qué más necesitás para trabajar?
–¿Faltó que los funcionarios se sentaran en una mesa?
–No tengo dudas que falta que los funcionarios se sienten en una mesa con todos adentro. ¿Cuántas veces habló IEASA de esta obra?... Una vez, dos veces… ¿Cuántas veces hablamos de esto con los gobernadores involucrados para decirles por dónde va a pasar el gasoducto? Necesitamos la aprobación de los estudios de impacto ambiental cuanto antes de parte de las provincias...
–¿Qué pasó en Semana Santa? ¿Por qué cambió el ritmo?
–No tengo un hito. Nadie me pidió explícitamente lentificar. Quizás nos sobrepasó la necesidad de tomar decisiones cada 30 segundos. Futbolísticamente creo que hay que armar un equipo equilibrado donde haya gente con experiencia y jóvenes que corran. Recién cuando se firmen lo contratos esto comienza. Va a llover y se va a embarrar y ahí el contratista va a decir que falta un adicional al presupuesto para que no se hundan las máquinas... Van a haber millones de situaciones.
–¿Alguien tuvo un interés en que participara CPC de Cristóbal López? Es una versión que circuló muy fuerte entre las empresas del sector
–A mí nadie me dio una indicación de que debía estar Cristóbal López o que no podía estar. Para este gasoducto la construcción se dividió en tres tramos y alguno podía decir que era para repartir la obra. Pero era para darle velocidad: si tenemos que hacer 5000 metros por día para tenerlo el año que viene.
–El extitular de Vialidad Javier Iguacel ayer dijo que si se continuaba la licitación del macrismo, hoy el gasoducto estaría listo.. ¿Por qué se empezó de cero?
–La licitación que hicieron en el exgobierno implicaba cambiar las leyes porque le daban la obra a los privados con una tarifa especial y, además, no hubo oferentes. Estaban errando el camino. Esto lo tiene que hacer el Estado nacional.
–Usted defendió la gestión de Julio De Vido, de la que participó. Sin embargo esa gestión terminó con múltiples causas de corrupción en la Justicia...
–Me pueden poner un detector de mentiras. De Vido jamás me pidió que hiciera una cosa indebida en mi área. Todo el resto de las áreas yo desconozco y no voy a ser un exegeta para defenderlos o atacarlos. Todo eso se tendría que dilucidar con peritos.
–¿Qué tiene que pasar para que vuelva a trabajar en el gasoducto?
–Con mi equipo siempre vamos a estar dispuestos a trabajar cuando la cuestión sea seria. Y cuando la decisión política sea “vayan y hagan”.
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