Antonio Aracre dijo que no sabe si le hicieron una cama, pidió reacción y apuntó contra el “entorno” de Alberto Fernández
El exjefe de asesores sostuvo que era “muy difícil” lidiar con las personas de confianza del Presidente; negó que hubiera propuesto una devaluación y habló de su abrupta salida
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Antonio Aracre cuestionó este miércoles al gobierno de Alberto Fernández, aseguró que le falta “capacidad de reacción” y apuntó contra el “entorno” del Presidente al que calificó como una “pared difícil de vencer”. Demandó medidas, planteó la necesidad de rediscutir la rentra extraordinaria debido a la sequía, y aseguró que no se puede permitir que se importen autos de lujos con dólares oficiales. A su vez, ahondó en su abrupta salida. “No sé si me hicieron una cama”, afirmó.
Aracre rompió el silencio este miércoles en una entrevista radial después de su ruidosa renuncia a mediados de abril. Por la noche profundizó en las razones que lo llevaron a dejar su puesto como jefe de asesores del Presidente y cruzó las críticas que le achacan ser el responsable de la última corrida cambiaria. “No sé ya de qué me salvé en materia de acusaciones y carpetazos. Han aparecido cosas de todo tipo”, dijo en el programa A dos Voces en TN.
En este sentido, consideró extraño que la AFIP comunicara este mismo miércoles que investigaba a Syngenta, la empresa de la que fue CEO hasta diciembre, por “presunta evasión y contrabando”. “Llamé a mis excolegas y no hay ninguna notificación judicial en la compañía, pero todos los periodistas ya tenían el dato en el celular”, afirmó. Y subrayó que la noticia se conoció una hora después de que diera una entrevista más temprano en CNN Radio.
El exjefe de asesores, que asumió su función formalmente el 1° de febrero, dijo que se sumó al Gobierno porque le tiene “afecto” a Alberto Fernández y expresó que quería ayudarlo a dejar “un mejor legado”, aunque admitió dificultades operativas. “No se dio. Era muy difícil vencer esa pared de entorno complejo que tiene alrededor”.
En ese sentido, apuntó contra la coordinación de acciones y criticó las de la Casa Rosada, el Ministerio de Economía y el Banco Central ante la crisis. “Me gustaría un poco más de reacción”, señaló.
El exfuncionario sostuvo que ya en enero, antes de asumir, había advertido que “iban a faltar más de 20.000 millones de dólares” por la sequía y aseguró que entonces lo miraron “con cara de incredulidad”, pese a su experiencia en el sector agropecuario.
“Es impensable reemplazar a Sergio”
Aracre desestimó que su salida haya tenido que ver con la corrida cambiaria que el Gobierno sufrió en abril. “No soy tan poderoso”, dijo. Rechazó, a su vez, que haya pretendido ocupar la silla de Sergio Massa en el Ministerio de Economía. “Es impensable reemplazar a Sergio en este momento”, expresó.
Y amplió: “No hay muchas personas en el país que tengan en este momento la capacidad que tiene él de hacer confluir políticamente a espacios tan heterogéneos y ponerlos en caja como para poder tomar ciertas decisiones”.
En esa línea, aseguró que no tiene “las skills” (habilidades) para ocupar la titularidad del Palacio de Hacienda, ni tampoco, al parecer, para dedicarse a la política. Señaló que en el sector privado estaba acostumbrado a juntar a distintos personas en una mesa para discutir cómo solucionar un problema, algo que en la actividad pública, dijo, no es así. “Eso fue un choque cultural que me hizo volver a casa rápidamente”, expresó.
El exjefe de asesores se refirió a los acontecimientos que precipitaron su salida en abril. Reconoció que mantuvo una reunión con el Presidente, a quien le llevó la propuesta de conformar un comité de crisis, sumado a varias medidas económicas. Negó que haya propuesto devaluar y que haya considerado sustituir a Massa, como sugirió en una columna el periodista Carlos Pagni antes de su salida.
“Sugerí al Presidente una mesa donde estemos sentados”, afirmó. Contó que tras ese encuentro el mandatario le sugirió discutir algunas medidas con Miguel Pesce del Banco Central y también con Matías Kulfas, el exministro de Desarrollo Productivo, que se fue el año pasado en medio de un fuerte contrapunto con el kirchnerismo.
Aracre contó que en el documento que le llevó al Presidente abordó la situación de la brecha cambiaria, aunque tomó distancia de una devaluación. Sostuvo que se debe “trabajar en las dos puntas”, por un lado, en eliminar la “desmedida expectativa” con los dólares financieros para que bajen, y al mismo tiempo, “acercar el oficial “que está un 30% atrasado”.
“Como sé que es un paradigma muy importante para este gobierno no hacerlo, [planteé] que se puede avanzar en un plan de estabilización precario para que la política blinde a la economía en estos seis meses de inestabilidad electoral sin devaluar. Esas dos últimas palabras estaban en mayúsculas, imprenta, bold (negrita) y subrayado”, expresó.
El exfuncionario señaló que, dado que el dólar no estaba funcionando, era necesario pensar en alternativas. Propuso en esa línea otorgar a los productores un “bono verde para que “compren insumos y que se acelere la liquidación”.
Medidas
Aracre cuestionó en duros términos la falta de acción ante la pérdida de poder adquisitivo en medio de la aceleración inflacionaria. “Si vamos a esperar que el FMI nos tire una soga, o que Brasil y China nos permitan pagar con reales o con yuanes, es pan para hoy y hambre para mañana. Son muchos meses”, dijo. Y planteó: “Si un gobierno peronista no puede tocar los precios relativos, ¿para qué vino, o para qué vinimos, porque yo me incluyo en todo caso?
Entre otras medidas, propuso “cobrar más caro por las importaciones que no afecten la canasta básica”. Pidió ir hacia un “esquema de transparencia” y expresó que “no se pueden usar los dólares oficiales para importar autos Mercedes Benz”. “Los autos de lujo pueden esperar, los medicamentos y los insumos críticos, no”, dijo. Y añadió: “No se pueden pagar $300 por el dólar soja, y a los importadores por cosas que no son críticas cobrarles $220″.
El exCEO dijo que esa diferencia se suple con “emisión monetaria”, que engorda el déficit del Banco Central “y la vuelve inviable”, al tiempo que genera un problema con los intereses de las leliq. “Más se emite, más hay que secar la plaza, y subir la tasa de interés para contrarrestar la inflación. Hoy son billones lo que hay que emitir todos los meses”, analizó.
En esa línea, dijo que habría que otorgar una suma fija de $50.000 y subir el salario mínimo, vital y móvil a $100.000. “Es una vergüenza que sigamos en un gobierno peronista con uno de $80.000″. A su vez, dijo que se debe reinstalar en el Congreso el debate por la renta extraordinaria, por la caída en el comercio exterior. Hay que buscar fuentes alternativas”, dijo.
Pese al complejo escenario, Aracre manifestó que hay acciones que se pueden tomar en los ocho meses que restan hasta que asuma el próximo gobierno. Recalcó que, a su vez, que “a las empresas les ha ido muy bien” y propuso implementar “cambios” en ese sentido. “Se puede hacer algo y de paso poner un paño frío a la inflación que proteja el esquema electoral para que nadie tenga sobresaltos en los próximos seis meses”, añadió.
A través de un conjunto de acciones en ese sentido, el exfuncionario sostuvo que se puede trazar un mejor sendero que permita a sectores vulnerables “estar un poco mejor” y que el próximo gobierno, sea del signo que fuera, pueda recibir “una economía con una estabilidad precaria, pero no saltando todos los meses”.
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