Antes de volver a Buenos Aires, Cafiero se reunió con el principal asesor de Biden para América latina
El canciller argentino compartió una comida con Juan González y funcionarios del Departamento de Estado en la residencia del embajador Jorge Argüello; regresará hoy a la Argentina
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WASHINGTON.- Santiago Cafiero vino a buscar apoyo político y se lleva de regreso a Buenos Aires el mismo mensaje que Washington ha dado desde el inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI): Estados Unidos quiere que la economía argentina se encarrile y despegue, cree que eso afianzaría la relación bilateral y sería un avance para la región, y un acuerdo sólido con el Fondo sería un paso en esa dirección. Pero el Gobierno aún tiene que presentar un plan económico creíble que coseche el aval del Departamento del Tesoro.
Luego de ver por primera vez cara a cara a Antony Blinken, Cafiero cenó anoche en la residencia del embajador Jorge Argüello con Juan González, asesor del presidente Joe Biden para América latina, y el interlocutor del Gobierno en la Casa Blanca, y los principales diplomáticos del Departamento de Estado para la región, Brian Nichols, Ricardo Zuñiga y Kevin O’Reilly.
El encuentro ofreció una nueva oportunidad para que Cafiero reforzara el mensaje político que trajo a Estados Unidos. El canciller repasó algunos datos económicos de la Argentina, y González, según indicaron fuentes de la Cancillería, le respondió que la Casa Blanca respalda las negociaciones de la Argentina con el FMI. La Casa Blanca no respondió a la consulta de LA NACION.
La cena –una comida que incluyó arroz con carne, y vino de Mendoza– se estiró por más de dos horas, y ofreció una oportunidad para discutir algunos de los problemas más urgentes que ve Estados Unidos en la región, donde Washington ve con mucha preocupación el deterioro democrático en El Salvador, y los abusos en Cuba, Venezuela y Nicaragua, además del avance de China. La Cancillería dijo que se discutió también “el nuevo mapa político” que se está dibujando en la región, con la llegada de Gabriel Boric a la presidencia de Chile y las elecciones este año en Colombia y Brasil.
La visita de Cafiero a Washington terminó con un desayuno con analistas de think tanks de Washington y una reunió con su par español, José Manuel Albares, quien también se reunió ayer con Blinken, antes de la bilateral con el canciller argentino.
Aunque en la Cancillería hicieron un balance positivo de la visita, el paso de Cafiero por Washington no marcó un quiebre sustancial y, por el contrario, dejó en evidencia que el Gobierno aún carece del aval para avanzar la negociación con el Fondo, tal como quedó de manifiesto en el pedido de Cafiero a Blinken de que haya “un mensaje de la autoridad política al Tesoro” para contar con ese respaldo. Juan González ya había dicho en agosto último que el Tesoro iba a liderar esas discusiones.
Un repaso de las declaraciones oficiales del gobierno de Biden durante los últimos meses permite ver que el mensaje de la Casa Blanca ha sido consistente: siempre han pedido que el gobierno de Alberto Fernández ponga sobre la mesa su plan económico.
En junio del año anterior, el Tesoro dijo en un comunicado que “un marco sólido de política económica para Argentina que brinde una visión para el crecimiento del empleo en el sector privado tendría el apoyo de Estados Unidos y la comunidad internacional”. El comunicado del Departamento de Estado tras la reunión entre Blinken y Cafiero ofreció un mensaje casi calcado: Blinken, dijo el comunicado, “alentó a la Argentina a presentar un marco de política económica sólido que devuelva el crecimiento al país”.
En octubre, la Casa Blanca ya había dicho que reconocía la importancia de “un acuerdo exitoso” que contribuyera a un crecimiento inclusivo. Ese mismo mes, el futuro embajador de Biden en Buenos Aires, Marc Stanley –quien pronto llegará al país–, reiteró le pedido por un programa económico, que también ha surgido del Fondo y bancos y fondos de inversión de Wall Street. Stanley estuvo ayer en la bilateral de Blinken y Cafiero.
“La Argentina es un hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando correctamente”, dijo Stanley a fines de octubre Stanley, al responder una pregunta sobre la economía argentina en su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos. “La deuda del FMI, 45 mil millones de dólares, es enorme. El problema, sin embargo, es que es responsabilidad de los líderes argentinos elaborar un plan macro para devolverla, y aún no lo han hecho. Dicen que ya pronto viene uno”, indicó.
El Tesoro no respondió a las consultas de LA NACION sobre las discusiones con la Argentina.
El Tesoro sí ya le bajó el pulgar a uno de los reclamos argentinos: la eliminación de la sobretasa que cobre el Fondo por sus préstamos elevados. “Como principal accionista del FMI, tenemos la obligación de proteger la integridad financiera del FMI”, dijo el Tesoro un comunicado.
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