Antes de ser echada, la diputada Lourdes Arrieta dejó el bloque libertario y armó otro aparte
La bancada de La Libertad Avanza iba a reunirse este martes para definir la expulsión de la legisladora mendocina; “fui engañada”, insistió sobre la controvertida visita a los represores
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La diputada libertaria Lourdes Arrieta, quien está en el ojo de la tormenta por haber denunciado a seis compañeros de su bloque por la visita a represores de la última dictadura en el penal de Ezeiza, resolvió abandonar la bancada de La Libertad Avanza pocos minutos antes de que sus colegas se dispusieran la expulsión de su seno. La legisladora formará un monobloque que se llamará Fuerzas del Cielo-Espacio Liberal (FE).
“Yo no puedo ser parte de un bloque que está en contra también de la agenda del presidente”, descerrajó Arrieta en una conferencia de prensa en las afueras del Congreso. Llegó acompañada de su abogado, Yamil Castro Bianchi. Allí la legisladora insistió en que fue “engañada” cuando sus pares la convocaron a hacer la visita al penal de Ezeiza e insinuó que hay sectores dentro del bloque que pretenden impulsar iniciativas para favorecer, sea mediante un indulto o la prisión domiciliaria, a los represores detenidos por delitos de lesa humanidad. Desligó a la vicepresidenta Victoria Villarruel de esa agenda que, insistió, tampoco es la del presidente Milei.
La diputada Arrieta formalizó su renuncia al bloque en una nota dirigida al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Con su salida voluntaria desactivó la expulsión que iban a disponer sus colegas, que se reunieron anoche de manera virtual (por Zoom). El tema Arrieta, como un tabú, no se mencionó. Sí, en cambio, fue la comidilla de la reunión las pretensiones de la mendocina con su flamante interbloque.
Por de pronto reclamó una oficina en el palacio del Congreso, además de su despacho en el anexo de la Cámara; un “número de contratos como sean necesarios” para su desempeño y la permanencia en las comisiones a las cuales fue asignada cuando ingresó como diputada nacional. Difícilmente Menem conceda semejantes pedidos.
Arrieta, quien dijo que no habló con Milei del asunto, aclaró que continuará apoyando la agenda del oficialismo -aunque con una “mirada crítica”, dijo- y no descarta conformar un interbloque con La Libertad Avanza. Este es un tema en discusión en el bloque oficialista, hasta ahora renuente a entablar este tipo de alianzas parlamentarias con bloques afines. Sin embargo, con salida de la diputada mendocina, la bancada que preside Gabriel Bornoroni queda empardada en cantidad de miembros (37) con Pro y pierde su condición de ser la única segunda minoría de la Cámara baja.
Crisis interna
El problema es que la tensión dentro de las huestes libertarias es tal que no se descartan nuevas fugas. En las últimas horas corrió la versión que las diputadas Rocío Bonacci y Marcela Pagano -que no disimulan sus diferencias con Menem- también conformarían un bloque propio. La propia Bonacci descartó esa posibilidad. “No vamos a perjudicar al bloque para que sea más pequeño y quede detrás del Pro”, enfatizó.
La crisis en las filas libertarias -que se remonta desde abril pasado, con la salida intempestiva del entonces jefe de bloque Oscar Zago- estalló en julio pasado con la visita de seis diputados de La Libertad Avanza al penal de Ezeiza. Allí se entrevistaron con un grupo de represores, entre quienes figuraba Alfredo Astiz. La polémica escaló cuando Arrieta y Bonacci denunciaron que habían sido engañadas por el organizador de la visita, el diputado Beltrán Benedit, quien les había dicho que se trataba de un evento institucional.
Cuando el escándalo cobró mayor dimensión, Arrieta presentó una denuncia penal en el juzgado federal de Lomas de Zamora contra los colegas que la llevaron a Ezeiza. Acusó a sus colegas de los delitos más graves que puede cometer un funcionario público: coacción agravada, abuso de autoridad, violación de los deberes, conspiración y malversación de caudales públicos. La semana pasada, empero, el fiscal Sergio Mola pidió desestimar la denuncia no sin antes calificarla de “pueril y carente de verosimilitud”, al punto de “herir la inteligencia”, según destacó en su dictamen.
Posteriormente, frente a la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, la legisladora apuntó contra Menem. “Las sanciones deberían comenzar por quienes la organizaron y por quienes brindaron las herramientas para que (la visita al penal) sucediera. Tanto Beltrán Benedit como Martín Menem deberían dar explicaciones al respecto”, asestó.
Ese testimonio crucificó a la legisladora dentro de su bloque. El jueves pasado sus compañeros le exigieron explicaciones y la increparon. Arrieta, sumida en una crisis de nervios y llanto, presentó una nueva denuncia, esta vez por violencia de género. Aquella fue su última reunión de bloque; sus compañeros habían decidido expulsarla.
Si bien la salida de la diputada mendocina modera el estado de crispación que vive el bloque, el escándalo por la visita a Ezeiza promete seguir escalando. Este miércoles se reúne nuevamente la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento: allí los legisladores deberán definir si se conforma una comisión investigadora que analice la conducta de los seis diputados libertarios para, eventualmente, impartir algún tipo de sanción.
El kirchnerismo pretende la expulsión de al menos tres de los seis libertarios implicados. La Unión Cívica Radical, por su parte, pidió la “máxima sanción” y reclamó que se investigue si “compartieron encuentros e intercambios con abogados para analizar posibles alternativas para su liberación”.
“La gravedad de estos hechos no tiene precedentes en los 40 años de democracia y tienen como objetivo avasallar las decisiones que la Justicia, en procesos transparentes, justos y con todas las garantías constitucionales condenaron a los responsables del terrorismo de Estado”, se afirma en la declaración de la UCR.