El Presidente lanza un megaplan de seguridad en el conurbano para desarmar la interna de Kicillof y los intendentes
Otra pandemia se desata a un ritmo frenético, mayor al coronavirus . Los números del delito ya alcanzaron a los que había previo a la llegada de la enfermedad a nuestro país, pero con un agravante: el nivel de violencia es muy superior. "Hay mucha más locura en la calle", describió uno de los intendentes del conurbano con trato directo con el Presidente, epicentro del brote de inseguridad. El estado de alarma es absoluto.
Decidido a no quedar atrapado en una disputa política entre la provincia y los jefes comunales, Alberto Fernández intervino directamente y salió al rescate del gobierno provincial que, al igual que la mayoría de las administraciones provinciales, tiene los números en rojo.
La respuesta se materializará en el plan de seguridad que se presentará el jueves o viernes próximos. Incluye el desembarcó de 4000 gendarmes y prefectos –se desplegará la segunda etapa del plan Centinela–, la incorporación de 10.000 aspirantes a policías y la construcción de 3000 paradas de colectivos seguras (con cámaras de seguridad, botón antipánico y wifi). La puesta en escena será en el conurbano con el Presidente, el gobernador y los intendentes.
También está prevista la refacción de 120 comisarías, la construcción de seis módulos carcelarios y la compra de 2000 patrulleros. Se trata de una inversión superior a los $12.000 millones , confirmó a LA NACION uno de los hombres de máxima confianza del jefe del Estado. Una cifra similar a la que los intendentes le habían solicitado a Kicillof.
"Acá el que tiene plata es Alberto, no Axel", graficó con crudeza uno de los hombres que estuvo en la toma de decisiones.
Una parte importante de ese dinero irá directamente a los jefes comunales. El argumento será la necesidad de acelerar la compra de insumos, como patrulleros y chalecos antibalas, pero fue también parte del reclamo que los intendentes le elevaron al Presidente.
La gran mayoría quiere evitar el trato directo con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien también mantiene una relación tirante con la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, pieza clave en la puesta en marcha del plan. "Esto licúa en parte la discrecionalidad con la que se maneja", aseguraron fuentes oficiales.
Si bien Berni genera recelo, desde el gobierno nacional creen que no habrá inconvenientes. "Con Alberto [Fernández ] y Axel [Kicillof] liderando, esto se va a encuadrar", aseguraron fuentes oficiales. Aunque algunos, con malicia, destacaron que los avances de las últimas semanas están relacionados con que Berni se tuvo que aislar por contagiarse de coronavirus.
El Presidente trabajó con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el gobernador Kicillof; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa –quien también impulsa la creación una Agencia de Seguridad Metropolitana que coordine el despliegue de las fuerzas federales, bonaerense y porteña–; el jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner, y algunos intendentes, como Juan Zabaleta (Hurlingham), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Espinoza (La Matanza), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Jorge Ferraresi (Avellaneda).
La inseguridad fue el tema central por segunda semana consecutiva en la comida que todos los martes reúne a la mesa chica del oficialismo.
La clave, a partir de ahora, será que Kicillof y los intendentes "coordinen bien", según el comentario de uno de los comensales de los martes en la quinta presidencial de Olivos. Acá es donde todos miran de reojo al imprevisible responsable de la seguridad bonaerense. "Tener una ofensiva clara nos va a permitir resolverlo bien", sostuvo otro de las personas que trabajaron en el programa.
En una primera etapa, Kicillof coordinará con Frederic y, después, con cada uno de los 24 intendentes del Gran Buenos Aires, donde viven 11.000.000 de personas. Ahí están representados comunas, por ejemplo, donde gobierna el peronismo, como La Matanza, con Espinoza; Malvinas Argentinas, con Leonardo Nardini; y Mario Ishii en José C. Paz; el kirchnerismo duro, en Avellaneda, con Ferraresi, y Mayra Mendoza, en Quilmes, y Juntos por el Cambio con Néstor Grindetti en Lanús; Diego Valenzuela, en Tres de Febrero, y Jorge Macri, en Vicente López.
"Está todo muy complicado", es el diagnóstico de uno de los jefes comunales que aguarda con ansiedad el envío de fondos frescos para reforzar su municipio. "Que nos llegue la plata directamente sirve para optimizar los recursos", agregó.
Además de la creciente violencia también se encendieron las alarmas por las tomas de tierras que se registraron en diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, otro de los temas que se abordó en la mesa de conducción del oficialismo. La Matanza, La Plata, Quilmes, Merlo y Presidente Perón son algunos de los distritos que tienen este tipo de problemas.
Expuestos ante el creciente delito, los jefes comunales son la primera barrera de contención social. "Somos los que ponemos la cara todos los días", se quejó un jefe comunal del Gran Buenos Aires.
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