Ante las críticas, Horacio Rodríguez Larreta comenzó a marcar diferencias con el oficialismo
El jefe de gobierno defendió a Vidal, llamó a la militancia a sostener la unidad para dar pelea en 2021 y planteó reparos frente a la cuarentena; sus diálogos con Lousteau y la exgobernadora
El lunes dejó en claro, casi al pasar y frente a la Catedral Metropolitana, su "enorme valoración" por su socia política María Eugenia Vidal, atacada dos días antes por el presidente Alberto Fernández y por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El martes, en un encuentro virtual con militantes macristas, apuntó a sostener "la unidad de la oposición" frente a los intentos "del peronismo" de dividirla. Y el miércoles coincidió con el juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, quien había pedido al Gobierno que estableciera un "límite temporal" a la cuarentena.
Atento a las críticas internas y a un kirchnerismo que parece haber comenzado una etapa de mayor confrontación con la oposición, aunque sin perder su estilo moderado, Horacio Rodríguez Larreta inició esta semana su "deshielo político", luego de meses de "trabajo conjunto" con la Casa Rosada y la gobernación bonaerense en la diaria y difícil pelea contra la expansión del coronavirus.
"Horacio es así, nunca lo vas a ver levantando el tono. Pero está recibiendo presiones, de alguna manera les tenemos que responder. Siempre con su estilo, jamás se va a levantar de una mesa y hacer un escándalo", puntualizan cerca del jefe de gobierno porteño. La ironía tuvo como destinataria a Patricia Bullrich, la líder del "ala dura" y presidenta de Pro, quien el miércoles afirmó que ella misma hubiera abandonado la conferencia de prensa conjunta del sábado 23 de mayo, en la que Fernández y Kicillof criticaron a Vidal y su política de salud mientras Larreta hacía silencio.
En el edificio de Parque Patricios reconocen que la decisión de no confrontar directamente tuvo su consecuencia directa: no solo en la crítica de sus compañeros de partido, sino también en muchos votantes que se quejaron y le pidieron "salir a responder" las acusaciones y no quedar "pegado" al kirchnerismo. "Decidió dar un golpe de timón, mostrar que está, sin confrontar y sin desgastarse antes de tiempo. Le quedan más de tres años de gestión", lo resumía un allegado. "Lo de él fue un mix: sale de la espiral de críticas del kirchnerismo y, a la vez, descomprime el descontento de nuestro electorado. Es muy fina la línea entre ser moderado y que te perciban como un tibio", razonó un importante dirigente macrista de buen diálogo con el jefe de gobierno porteño.
De todos modos, ni Rodríguez Larreta ni nadie de su entorno creen que el momento de confrontar con la Casa Rosada haya llegado. En relación con las palabras de Lorenzetti, y a tono con las explicaciones que dieron también desde el gobierno, cerca de Larreta explicaron que "Horacio coincidió en la idea general, en que la cuarentena no se puede extender indefinidamente, pero también dijo que hoy por hoy hay que seguir con controles y restricciones porque los casos están aumentando". De todos modos, reconocían que también en esas declaraciones marcó un "matiz" de diferenciación con el kirchnerismo, que de manera consecuente siguió criticando la política de salud no solo de Vidal, sino del gobierno de Cambiemos.
Vidal y Lousteau
Más allá de las declaraciones públicas, Larreta continúa con sus reuniones -la gran mayoría, virtuales- con dirigentes del espacio opositor, con predilección por quienes comparten su tono "dialoguista". No quedó -aseguran a su lado- para nada conforme con los "diez o quince minutos" que Bullrich le permitió hablar el martes en la reunión virtual, más allá de que la combativa exministra de Seguridad le prometió que lo iba a "defender" de los ataques del Gobierno.
Allí recalcó -como lo hace habitualmente vía Zoom en reuniones con militantes- la necesidad de "sostener la unidad" opositora, con la vista puesta en 2021 como escala previa para 2023. Dio un paso más: "Hay que trabajar para sacar el mejor resultado posible en 2021 y sumar gente a nuestro proyecto", dijo. Luego recordó que Mauricio Macri consiguió el 41% de los votos en las presidenciales del año pasado, aunque aclaró: "Es un número fantástico, pero no alcanza. Tiene que subir y llegar al 50%".
En la semana que pasó, Larreta volvió a hablar con Vidal, aunque cerca de ambos afirmaron que los temas tratados se relacionaron con "la crisis y la pandemia". La decisión de "encargarle" la construcción política en la provincia a la exgobernadora -que por el momento niega tener decidido ser candidata el año que viene- explica en buena medida la defensa pública que hizo de su gestión. "Ha hecho un gran esfuerzo en la provincia de Buenos Aires. Una provincia que tenía postergaciones de décadas y ella salió adelante: le puso una dedicación enorme, una entrega", indicó Larreta sobre su hoy asesora ad honorem en temas sociales.
Otro de los asiduos visitantes de Parque Patricios es Martín Lousteau. El senador radical y hoy aliado en la ciudad participa del trabajo político porteño y a menudo también de la mesa chica vinculada a las decisiones en relación con la pandemia. El exministro de Economía ve un horizonte muy complicado en lo económico, con un escenario "de caída más grande que la de 2001", y le advierte a Larreta sobre el peligro de un gobierno nacional que se "polariza". "Tienen buena onda, compitieron en su momento, pero se conocen desde hace 25 años y la relación es fluida", agregan desde el radicalismo porteño, sin soltar prenda sobre las ambiciones futuras del exembajador en Washington.
Larreta comparte con Lousteau -y también con sus íntimos- que el "rayo cristinizador" (al decir de un ministro) está "contagiando" al gobierno de Alberto Fernández. "Pero la estrategia sigue siendo la misma. Nos llevamos bien con ellos y trabajamos juntos contra el coronavirus", afirmaron cerca del jefe de gobierno, más allá de que la semana pasada haya buscado representar, con gestos y palabras, un momento evidente de diferenciación.
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