Ante la amenaza de Bolsonaro, el Gobierno busca negociar para evitar una fractura en el Mercosur
El Presidente barajó junto a su equipo opciones a la rebaja indiscriminada de aranceles que propone Brasil; Cafiero dialogó con su par brasileño, Carlos França
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Las explosivas declaraciones del ministro de Economía, Paulo Guedes, y su “invitación” a la Argentina a “retirarse” del Mercosur si está “incómoda” con la “modernización” del bloque común encendieron las alarmas en la Casa Rosada.
Un día después de aquel desafío del ministro clave de Jair Bolsonaro, el presidente Alberto Fernández recibió en su despacho a los funcionarios vinculados con la relación bilateral. El canciller Santiago Cafiero; los ministros Martín Guzmán (Economía) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, analizaron la nueva situación planteada, y barajaron soluciones al diferendo por la rebaja del Arancel Externo Común, una demanda brasileña que desde Balcarce 50 confían en resolver pronto.
El propio Cafiero mantuvo este martes una conversación -que definió como “constructiva- con su par brasileño, Carlos França. “Hablamos sobre la potencialidad que tiene la coordinación entre ambos países en materia de infraestructura”, señaló a través de las redes sociales, para luego enfatizar: “Para Argentina preservar la unidad regional es una política de Estado”. El Palacio de Itamaraty, por su parte, también destacó el llamado telefónico resaltado los “intereses comunes”.
Mantuve una charla constructiva con el Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Carlos França. Hablamos sobre la potencialidad que tiene la coordinación entre ambos países en materia de infraestructura.
— Santiago Cafiero (@SantiagoCafiero) September 29, 2021
Para Argentina preservar la unidad regional es una política de Estado. https://t.co/RZc49M2faZ
“La Argentina continuará trabajando de manera amistosa y en favor de los sectores productivos y el empleo regional con los gobiernos de Brasil, Uruguay y Paraguay. El diálogo y el consenso son las herramientas características del Mercosur, una creación colectiva que cumplió 30 años”, contestaron con mesura fuentes de la diplomacia, consultadas por las advertencias de Guedes, haciendo hincapié de manera implícita a la imposibilidad de bajar aranceles de manera indiscriminada en todos los rubros, como pretende Brasil, con el apoyo de Uruguay.
“Para la Argentina preservar la unidad del bloque regional es una política de Estado. Los equipos técnicos de la Cancillería y de los ministerios respectivos están trabajando porque el Mercosur sigue siendo una instancia estratégica para la integración y el desarrollo económico”, agregaron las fuentes, dejando en claro que la negociación sigue abierta para encontrar una solución que satisfaga a los socios del bloque regional.
Tal como lo hacía bajo la gestión de Felipe Solá, la cancillería hoy comandada por Cafiero cree que “hay diferencias” entre la posición irreductible de Guedes, quien reiteró que Brasil no aceptará “el Mercosur como herramienta de ideología”, con la de la cancillería de Brasil, siempre más propensa a privilegiar los acuerdos por sobre las disidencias.
Las negociaciones con Brasil (y también con Uruguay, que busca flexibilizar acuerdos con terceros países sin acuerdo de sus tres socios) parecen imprescindibles, habida cuenta de la celeridad de los cambios que propone Guedes, principal espada de Bolsonaro, que tampoco tiene mucho tiempo: el año que viene buscará su reelección ante Luiz Inacio Lula da Silva, “amigo” del presidente Fernández y hoy con chances de volver al poder según sondeos brasileños. La presidencia pro tempore del Mercosur, que recibiera en julio de manos de la Argentina, parece ser el ámbito propicio para acelerar en su propuesta.
“Argentina está en un momento muy delicado. No exigimos a la Argentina. Entendemos que usted no pueda venir ahora, entonces nosotros le damos waiver para venir en un año, en dos años, en tres años. Venga cuando quiera, pero no nos impida avanzar”, pidió el ministro de Economía de Brasil, dando por hecho que Uruguay y Paraguay acompañarán su propuesta de rebaja de impuestos a los bienes provenientes de otros países. Una aseveración que desde el Gobierno relativizan.
Desde la Cancillería califican de “agresiva” la postura de Brasil, y hablan de “defender al Mercosur, sin dejar de proteger a los industriales argentinos”. Se centran en algunas industrias como la textil y la automotriz, que según el oficialismo quedarían en clara desventaja con una apertura indiscriminada de las importaciones. Aún el tema no fue tocado en profundidad por los cancilleres de los cuatro países, que disponen desde hace rato de un chat común en WhatsApp, porque Cafiero lleva apenas pocos días en su nuevo cargo.
La mesura de la Cancillería contrasta con el optimismo incombustible de Daniel Scioli, el embajador argentino en Brasil, que de manera sigilosa trabaja para lograr “algún tipo de acuerdo con Brasil” por tema aranceles que obligue a Uruguay y Paraguay a acatar esas nuevas condiciones. Las declaraciones de Guedes parecen congelar esa ambición de lograr un acuerdo, sobre todo por la distancia ideológica y política que sigue separando a Bolsonaro del kirchnerismo.
En tren de bajar la tensión con su principal socio, Argentina hizo también algún gesto hacia Uruguay, que anunció recientemente y a través de su presidente, Luis Lacalle Pou, avances en su acuerdo de libre comercio con China.
La reciente foto del ministro de Defensa, Jorge Taiana, con su par uruguayo, Javier García Duchini, estuvo destinada a sumar armonía en un contexto de divergencias que, por lo que se vislumbra, continuará en los próximos meses.
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