Ante el clima hostil en el Senado, el oficialismo le pide al Gobierno que mande el acuerdo con el FMI por Diputados
Mayans le transmitió a la Casa Rosada las dudas y críticas de sus compañeros de bloque, en medio del silencio de Cristina Kirchner
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En una señal del tenso clima político que se vive en el oficialismo y con el hermético silencio que destila rechazo de Cristina Kirchner como telón de fondo, el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), le pidió a Sergio Chodos que el Gobierno inicie por la Cámara de Diputados el trámite legislativo para ratificar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Chodos es el representante argentino ante el FMI y viene realizando periódicas visitas al Congreso para tomar la temperatura de los legisladores oficialistas ante la inminencia de que el entendimiento deba superar la aprobación parlamentaria.
En una de esas recorridas, Chodos se reunió con Mayans, uno de los pocos senadores que mantienen trato cotidiano con Cristina Kirchner. En ese encuentro, el jefe de bloque le transmitió las dudas y cuestionamientos que escuchó entre sus compañeros sobre las negociaciones con el organismo multilateral de crédito. El enlace entre el Congreso y el Ministerio de Economía, Rodrigo Ruete, fue testigo del pedido del jefe de la bancada oficialista en la Cámara alta.
La falta de detalles sobre la letra chica del acuerdo y el malestar de los senadores kirchneristas más radicalizados, que quieren desconocer la deuda porque fue tomada por Mauricio Macri para “fugar los dólares” al exterior, consolidan un fuerte rechazo en el oficialismo al acuerdo y fue lo que llevó a Mayans a plantearle a Chodos le necesidad de que, ante tanta incertidumbre, el mejor camino que puede tomar el Gobierno es iniciar por Diputados el tratamiento legislativo del nuevo préstamo con el FMI.
La paciente búsqueda de votos que viene desarrollando Germán Martínez (Santa Fe), quien ocupó la conducción del bloque tras el portazo de Máximo Kirchner, y la menor incidencia numérica que La Cámpora y otras franquicias kirchneristas tienen en la Cámara baja le permitirían al Poder Ejecutivo y al ministro Martín Guzmán iniciar con el pie derecho y un apoyo oficialista más sólido la ratificación legislativa del acuerdo.
Si bien ni Mayans ni ningún otro senador se ha pronunciado públicamente, cumpliendo la orden de mantener silencio que bajó Cristina Kirchner, el formoseño viene tanteando desde hace dos semanas a sus legisladores. Y lo que viene escuchando no es bueno para el Gobierno.
La letra chicha
Conocer la “letra chica” del entendimiento es lo que exige el kirchnerismo por estas horas. Esa es la razón principal por la que la vicepresidenta ordenó a sus senadores guardar silencio. En base a las señales que llegan de Economía, en el oficialismo creen que el acuerdo definitivo estará en tres semanas.
Por eso, en el kirchnerismo rehúyen a cualquier “poroteo” de votos. Sostienen, además, que los votos para aprobar el acuerdo deberían estar garantizados por Juntos por el Cambio. “En Diputados deberían tener 116 votos. Este acuerdo es para pagar la deuda que tomaron ellos, así que doy por descontado que lo van a votar”, le dijo a LA NACION, desafiante, pero con tono calmo, un referente de La Cámpora.
También siguen bajándole el tono a la renuncia de Máximo Kirchner y explican que la mención al pragmatismo que hizo el líder de La Cámpora en su carta de renuncia tiene que ver con traducir el discurso en hechos y no en una maniobra destinada a obtener ventajas políticas de cara al futuro.
En ese sentido, aseguran que el hijo de la vicepresidenta no podía salir a buscar los votos en el bloque porque él mismo no está conforme con los términos de la negociación.
Sin embargo, en La Cámpora reconocen que “el acuerdo es necesario”. Toman distancia, de esta manera, de las posturas kirchneristas más radicalizadas, que piden desconocer la legitimidad de la deuda.
Además, niegan que las relaciones con el “Albertismo” estén cortadas. Para desmentirlo, destacan las reuniones que Eduardo de Pedro, jefe de la cartera política y representante de La Cámpora en el gabinete, viene manteniendo con los ministros Juan Zabaleta y “Kato”, por Gabriel Katopodis.
El principal resquemor que expresan en el oficialismo del Senado es al impacto que tendrá la senda fiscal comprometida por Guzmán, que concluye en déficit cero en 2025, y la certidumbre de que deberán achicarse de manera sensible los subsidios con su consabido impacto en las tarifas de los servicios públicos.
Buscar un acuerdo con la gente adentro es, sostienen en el kirchnerismo, el principal objetivo, la última ciudadela desde la cual resistir.
Por eso, más que el acuerdo en sí, los kirchneristas ponen el acento en los proyectos de ley que acompañen al entendimiento. En esas iniciativas, aseguran, se podrá ver la negativa del sector que lidera la vicepresidenta a aplicar medidas de ajuste que afecten a los sectores más vulnerables de la sociedad.
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