Aníbal Fernández respondió con dureza a las críticas por el operativo en Villa Mascardi

Tras la catarata de críticas que recibió por el operativo de desalojo que desarrollaron las fuerzas federales en Villa Mascardi la semana pasada, que incluso provinieron desde sus propios socios del Frente de Todos, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, salió a responder los cuestionamientos con dureza a través de su cuenta de Twitter.

“Leo con estupor que se quiere comparar la acción de las fuerzas en Villa Mascardi con la cacería humana que realizó en el pasado el gobierno de Cambiemos”, introdujo el ministro que responde al presidente Alberto Fernández, quien se amparó en que la actuación en Río Negro estuvo relacionada al cumplimiento de la ley y de las órdenes judiciales.

“Parecieran no advertir que nuestro gobierno no se vale de espías ni de operadores judiciales para consensuar con los tribunales las medidas a cumplimentar”, acotó, en esa misma línea.

“No se instruye a realizar actos violentos y si se les encomienda hacer uso racional de la fuerza ello es así, tomando en consideración que el primer derecho humano fundamental es la vida”, dijo el ministro de Seguridad, luego de ser apuntado más que nada por el traslado hacia Ezeiza en un primer momento de cuatro de las mujeres apresadas en Río Negro y por el trato a otra de las detenidas, que está embarazada. También, por la presencia de niños cuando irrumpieron los uniformados.

En la última parte de su descargo, Fernández indicó, con su ironía característica: “Quienes consideran que el cumplimiento de la ley y de las ordenes judiciales es un menú a la carta, no entienden lo que es vivir en un sistema republicano”.

Fue la jueza federal Silvina Domínguez quien ordenó el despliegue, el martes pasado, de fuerzas federales en esa zona de Villa Mascardi donde la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu realizaba una usurpación de tierras que provocó quejas reiteradas de los lugareños; y además los traslados a Buenos Aires, que luego se revirtieron.

Después de esas jornadas, Fernández fue objetado hasta en el frente interno. El símbolo más fuerte de ese malestar fue la renuncia de la entonces ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, quien dijo que salía del Gobierno porque las detenciones de mujeres y niños en Río Negro con la participación de fuerzas federales le resultaban “incompatibles” con los “valores” que ella defiende. En esa misiva fue fuerte: habló de “violaciones evidentes a los Derechos Humanos”.

En tanto, La Cámpora también emitió un contundente comunicado contra el procedimiento. “Repudiamos con enorme preocupación la militarización y la vulneración de derechos que viene desarrollándose en Villa Mascardi desde el pasado 4 de octubre a partir del accionar del Comando Unificado de las fuerzas federales que desalojaron y detuvieron a niñas, niños y mujeres, trasladando a cuatro de ellas a más de 1500 kilómetros de distancia de sus hijas e hijos pequeños, sin derecho a defensa y con desconocimiento de los delitos que se les imputan”, refirieron desde la organización que conduce Máximo Kirchner, el diputado nacional e hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

En esa nota de prensa consideraron que el accionar de las fuerzas federales, conducidas por Fernández, no se condijo con las normas y los tratados internacionales de derechos humanos. “Evidencia la falta de perspectiva de género y desconocimiento de la interculturalidad del Poder Judicial y los actores intervinientes”, dijeron también.

Asimismo, desde la agrupación que representa al kirchnerismo más duro exigieron “recuperar la senda del diálogo” para resolver el conflicto mapuche.

Las críticas a Fernández -que ayer negó su salida del Gabinete en medio del recambio de figuras en la cúpula del Ejecutivo- fueron incluso más vehementes desde los sectores de izquierda. En tanto, desde Juntos por el Cambio (JxC) también lo cuestionaron al asegurar que las detenciones no habrían llegado a los cabecillas de las usurpaciones.

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