Aníbal Fernández, de la derrota a candidato a concejal de Pinamar
Cara del kirchnerismo más rancio y de una de las derrotas electorales más humillantes en la historia del peronismo, la de la provincia de Buenos Aires en 2015, Aníbal Fernández ha perdido centralidad en la política nacional.
Sin embargo, el todoterreno exministro y exsenador no se rinde y lucha desde los arrabales del kirchnerismo bonaerense por mantenerse a flote en la política con una precandidatura a primer concejal en Pinamar por el Frente de Todos.
Esgrimista verbal implacable, capaz de defender las causas más indefendibles sin inmutarse, Fernández alterna sus días entre una campaña con fuerte impronta amateur en la ciudad balnearia, su presencia en segundo plano en algunos actos de la campaña de su tocayo y precandidato presidencial Alberto Fernández y, por supuesto, Quilmes, el distrito que lo lanzó a las grandes ligas de la política.
"Sacarse a Quilmes de la cabeza es imposible, pero ya no tengo que estar en Quilmes porque soy el pasado", confesó hace poco más de un mes durante un acto de "La Jauretche", la agrupación que lidera en el distrito del sur del conurbano y que impulsa la precandidatura a intendente del actual concejal Matías Festuca.
Sin embargo, aquella declaración realizada casi en un tono intimista ante un grupo de seguidores muy lejos está de marcar un retiro a cuarteles de invierno de Fernández.
Tanto es así que se ríe cuando le relacionan su postulación en Pinamar con un pase a la clandestinidad. "En todos lados se pueden hacer cosas buenas", respondió en un reportaje concedido a Perfil hace poco más de un mes atrás ante la consulta sobre su presente político.
Fernández tiene domicilio en el distrito de Pinamar a partir de ser propietario de una casa en Cariló. Esa fue la plataforma de lanzamiento para acompañar en el primer lugar de la lista de concejales a Horacio Errasquín, uno de los cinco precandidatos a intendente del kirchnerista Frente de Todos en el distrito que gobierna Martín Yeza (Cambiemos).
Pero que sea candidato a concejal lejos de la gran vidriera nacional no significa que se haya desconectado del riñón kirchnerista. Reconoce mantener contacto fluido con Cristina Kirchner y con Alberto Fernández, a quien le reconoce haber sido el que lo convocó a sumarse al proyecto kirchnerista en sus albores, allá por 2003.
Más aún, a pesar de su intención de mantener un notable bajo perfil, su presencia en un acto del precandidato presidencial kirchnerista y Axel Kicillof en el Club Talleres de Mar del Plata no pasó desapercibida. Mientras algunos dirigentes peronistas se lavaban las manos a la hora de asumir quién lo había invitado a la tenida, el exministro de Cristina Kirchner aprovechó para grabar algunos spots con el postulante presidencial.
Las filmaciones sirvieron para la campaña en Pinamar, en donde no sólo tiene que enfrentar a otros cuatro postulantes en las primarias del 11 de agosto sino que también debe afrontar situaciones bastante precarias para alguien que supo integrar la mesa de arena del kirchnerismo en su época de mayor poderío.
Así, hace algo más de un mes se convirtió en motivo de la befa de la tribu macrista de la red social Twitter, que se encargó de viralizar un video en el que se podía ver a Aníbal Fernández en campaña, hablando en un barrio humilde, con un improvisado sistema de sonido y ante una escasa concurrencia de personas.
Integrante del selecto club de los candidatos peronistas que perdieron la provincia de Buenos Aires desde 1983 a la fecha (el otro miembro es Herminio Iglesias, ya fallecido), Fernández espera agazapado a un cambio en los vientos políticos que le permitan volver a la política grande.
Sabe que, además de la derrota de 2015, lo persigue el estigma que vincula su nombre con "La Morsa", el personaje mencionado como el responsable del triple crimen de General Rodríguez y la causa por el tráfico de efedrina. Negó siempre ésa acusación que, dijo, fue inventada para perjudicar su candidatura a gobernador. Hasta el momento, la Justicia no ha podido acreditar esas imputaciones en su contra.
"No ando buscando trabajo", afirma sobre la posibilidad de colaborar con un eventual nuevo gobierno kirchnerista. Pero sabe que una victoria de su tocayo sería el regreso de los buenos viejos tiempos. "A Alberto le dije que me tenga en cuenta para lo que quiera", agrega Aníbal, mirando más allá de la primaria de agosto y su "humilde" candidatura a concejal.
El regreso al cuarto oscuro
Polémico candidato. Señalado como el responsable de la derrota electoral del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires en 2015, Aníbal Fernández no se rinde. Vecino de Pinamar, a partir de la casa que tiene en Cariló, será candidato a concejal, pero ya se ofreció a colaborar en un eventual gobierno de Alberto Fernández
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