El politólogo e investigador de la Universidad de Lisboa Andrés Malamud estuvo en el programa Mesa chica, que se transmite por LN+, donde se refirió a lo que necesitaría el presidente Mauricio Macri para lograr un ballottage en las elecciones generales del domingo. "Para Macri, el jueguito es ganar dos puntos más", dijo. Además, se refirió a por qué Cambiemos logró evitar lo que está pasando en Chile. Y a una nueva grieta social: la de clase.
Según el especialista, la razón por la cual tanto Macri como Alberto Fernández no intentaron captar votos de electorados ajenos durante el último debate presidencial es porque "en parte saben que los debates no funcionan de esa manera, no sirven para capturar votos sino para no perder los propios". Entonces, señaló: "Y en parte porque creo que cada uno está más o menos satisfecho con lo que tiene". Ello a pesar de los 17 puntos de diferencia que hubo entre ambos candidatos en las PASO.
En el mundo hay reversiones al resultado y en las provincias argentinas también, pero la brecha era corta: 2 o 3%
"Para Macri, que sacó el 33% en las PASO, le da lo mismo sacar el 35% que el 44%; aspira al 35%, porque con eso -si Alberto baja del 45%- hay ballottage. Pero no le va a robar votos a Alberto, entonces, para Macri, el jueguito es ganar dos puntos más y después con el aumento de la participación o lo que le picotean los otros candidatos a Fernández, que esté baje. Pero Macri no tiene que explotar, no tiene que ganar el 10% de los votos, tampoco podría, con dos es suficiente. Y para Alberto el objetivo es no bajar tres puntos. La estrategia lógica es la de seguridad, no la del riesgo", analizó.
Sin embargo, Malamud ve como "muy improbable" que un ballottage ocurra. "En general, en el mundo hay reversiones al resultado y en las provincias argentinas también, hay cuatro provincias argentinas que tienen ballottage y en la mitad de los casos el resultado se revirtió, pero la brecha era corta, 2 o 3%. Revertir un resultado más grande es difícil, lo hizo Rozas en Chaco revirtiendo el 9% y lo hizo Mário Soares en Portugal revirtiendo el 20% en 1986. Una vez en una centena de casos. No es imposible darla vuelta, [pero] es altamente improbable", explicó.
Una nueva grieta
¿Le duele a Cristina Kirchner que Macri haya convocado a tanta gente en "la marcha del millón"? "No creo que le duela la plaza del sábado porque es una plaza blanca", respondió Malamud. "La grieta en la Argentina evolucionó, la grieta kirchnerista y antikirchnerista dividía a familiares y amigos, gente que pertenecía a la misma clase social que ya no se podía reunir los domingos a comer un asado porque se peleaban. Esa grieta se transformó y ahora es de clase, es la tercera sección electoral por un lado y los blancos porteños del otro. Esto puede parecer muy duro, suena como la latinoamericanización de la Argentina o como volver a la grieta del '45, con los blancos criticando a los choriplaneros y los otros diciendo: ‘miren a la oligarquía’", dijo el especialista.
Chile
Entonces, se refirió a la crisis que está atravesando Chile, sobre la que opinó que los politólogos venían advirtiendo sobre la potencial inestabilidad de ese país desde hace más de una década. Todo ello basado en que sus instituciones no tienen arraigo popular. "Las instituciones chilenas son excluyentes, dificultan la participación electoral, el arraigo de los partidos (...) los partidos hacían negociaciones de cúpula pero la gente no se sentía representada y eso explotó en este momento porque las expectativas siguieron creciendo y la satisfacción no", dijo.
Las instituciones chilenas son excluyentes, dificultan la participación electoral, el arraigo de los partidos, la representación y eso explotó en este momento
Luego, explicó por qué Cambiemos fue capaz de evitar lo que está sucediendo ahora en Chile. Lo hizo mientras se refería a una posible expansión del populismo en América Latina: "Hay dos grandes riesgos en casi todos los países de la región. En algunos es más fuerte uno y, en otro, el otro. Uno es la explosión de los mercados, poder retirar inversiones, tirar la moneda para arriba o para abajo y otro es la explosión de la calle. En la Argentina nosotros tenemos mucha más sensibilidad a los mercados por el tema bimonetario y la debilidad del peso. En otros países lo que estamos viendo es que la calle es más peligrosa", comenzó.
Y continuó explicando cuál es, en su opinión, el gran triunfo del oficialismo en este sentido. "Esto es interesante porque con la pobreza y la inflación que hay en la Argentina que la calle esté tranquila no habla de un milagro, habla del éxito de políticas públicas, de políticas sociales y de seguridad. Quiere decir que Cambiemos no va a pasar a la historia por su gestión macroeconómica pero quizás deba pasar a la historia por lo que evitó hasta ahora y ojalá siga hasta el 10 de diciembre. Evitó lo que está pasando en Chile, en Ecuador y ni hablar de Venezuela. Que la gente se rebele, que la gente salga a ejercer violencia cuando la economía está mal".
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