Andrés Malamud analizó el debate de la Ley Bases y la demora en el Senado: “En la oposición olieron sangre”
El analista político sostuvo que Javier Milei y el Gobierno se olvidó “que había dos Cámaras” en el Congreso y señaló que el oficialismo no le permitió a Victoria Villarruel mediar en la aprobación
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El analista político Andrés Malamud se refirió al tratamiento del proyecto de Ley Bases en la Cámara de Senadores y aseguró que esta semana podría “haber alguna pista” acerca de un avance en los intentos de convencer a los bloque opositores para avanzar con la norma, aunque advirtió que “en la oposición olieron sangre” y que por lo tanto, en lugar de intentar echarlo, “le quieren sacar concesiones”.
“Se dieron cuenta de lo débil que está el Gobierno. Ya no lo quieren echar, ni tirar. Vieron que está mal armado y más descompuesto que ellos”, sostuvo Malamud el domingo por la noche en diálogo con la señal TN. “El Presidente lleva seis meses y está invicto: no consiguió pasar una sola ley”.
El politólogo evaluó que la administración de la Libertad Avanza descuidó el tratamiento de su ley primera en el Senado, tras recalcular y rearmarse en Diputados. Habló de la necesidad de “rosquear” para conseguir convencer a la oposición: “Milei tiene una gran práctica en pensar. Piensa, escribe, publica y canta. Pero no tiene práctica en rosquear y gestionar. Ante esto tiene dos opciones: o aprende o delega. Está aprendiendo, pero sobre todo delegando. Sin embargo, se olvidó de delegar en el par de Martín Menem en el Senado, que es Victoria Villarruel”.
En ese sentido, Malamud se refirió a cantidad de senadores con los que cuenta, aparentemente, el Gobierno para avanzar en senadores, pero insistió en que si no trabaja de la misma forma que lo hizo en la Cámara baja, no podrá salir adelante con la Ley Bases. “Si bien Macri apoyó la ley, el Pro cuenta con seis senadores. ¿Cuántos tiene La Libertad Avanza? Siete. En total hay 13 senadores”.
“Solo el radicalismo ya tiene más que el Pro y LLA juntos: 14 senadores (13 en su bloque y una senadora en otro). Ellos también representa a las provincias y fueron votados democráticamente, no fueron puesto allí por un paracaidista ruso. El radicalismo tiene voluntad de cooperación. [Martín] Lousteau en parte se diferenció y pagó un costo. Tiene que liderar un partido, con gente que lo siga, así que habrá que ver como continúa”, explicó.
Tras ello consideró que todo el gobierno necesita tres cosas: programa, rosca y gestión. “Milei tiene programa, la rosca la está aprendiendo. En Diputados no le fue mal, pero se olvidó que había dos cámaras”. “Remar es conseguir que parte de la oposición esté de acuerdo con tu política. Los inversores piden que pactes. Él entiende la necesidad de pactar, pero no sabe cómo llegar a ello”, indicó el analista político.
“Para la rosca, tenés que convencer. El Gobierno empezó con cero, pero aprendiendo. En febrero, cuando le fue mal, hizo tuits apuntando contra los traidores, y cuando le fue bien en el Congreso, hizo tuits elogiando a los adeptos. Por suerte es una película y no una foto”, dijo y añadió: “Es un problema que no esté la ley porque los inversores están viendo eso. Cuando alguien invierte capital, y sabe que no lo va a recuperar por muchos años, quiere estar seguro de que la política que le conviene en ese momento va a continuar en el futuro”.
Por otro lado, fue consultado respecto a sus consideraciones en torno a la interna en la Casa Rosada que hablan de una temprana salida del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, motivada por el aumento salarial a funcionarios -del cual tuvo que retractarse e Gobierno- y la no aprobación de la Ley Bases. “Quizás hay algo personal. Pero es claramente una exhibición de la tercera dimensión del gobierno”, dijo.
“A este gobierno le falla la gestión, te lo dicen los propios. Hay funcionarios que no fueron nombrados, firmas que no están. Hay una medida que fue tomada y no es implementada porque no hay nadie que se haga cargo. Hay un gabinete descoordinado. Quizás Milei se haya enojado personalmente con Posse, pero el jefe de gabinete no estaba siendo jefe de nadie”, explicó.
En la misma línea, descartó que el asesor Santiago Caputo, o la secretaria de la presidencia, Karina Milei, pudieran tomar ese cargo. “Milei confía en pocas personas. Ni Santiago ni Karina tienen capacidad de coordinar la gestión. Necesita a alguien que administre la jefatura, pero le sigue faltando alguien para ese cargo. Karina tuvo práctica en Diputados, pero no lo consigue en el Senado donde se peleó con la otra mitad del sándwich”.
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