Alvarez renunció por discrepar con las decisiones de De la Rúa
Dijo que eran contradictorias con lo que él reclamaba ante la crisis por los presuntos sobornos en el Senado, pero aclaró que continuará defendiendo el proyecto de la Alianza; también renunció Alberto Flamarique; lo reemplaza Carlos Becerra
El gobierno del presidente De la Rúa ingresó ayer en una profunda crisis institucional debido a que el vicepresidente, Carlos Alvarez, presentó su renuncia indeclinable, originada en su rechazo rotundo a los cambios del gabinete anunciados anteayer.
Por efecto de la actitud de Alvarez, también presentó su renuncia indeclinable Alberto Flamarique a la Secretaría General de la Presidencia. De la Rúa designó a Carlos Becerra, hasta ayer viceministro del Interior, en reemplazo de Flamarique.
"El pueblo nos eligió; hay que cumplir hasta el final los mandatos", dijo anoche De la Rúa, en un discurso emitido por la cadena nacional.
En un discurso firme y de tono encendido, aunque sereno, Alvarez dijo anoche en el hotel Castelar que respetaba "las determinaciones del Presidente". La sola referencia a De la Rúa provocó una rechifla general de los más de 5000 militantes que se congregaron allí.
El renunciante aclaró, empero, que no puede "acompañar las determinaciones pasivamente o en silencio porque son contradictorias".
Y añadió, en su pasaje más aplaudido, que "la política debe dejar de estar asociada con el delito" y que "no se puede promover a los operadores que hacen negocios para pocos desde la política", con lo que atacó indirectamente a Flamarique.
El texto del discurso, que se publica en forma completa en esta misma página, fue elaborado por Alvarez por la mañana, en su domicilio, sobre lo que se informa en la página 8.
El alejamiento de Flamarique obedeció a que Alvarez objetó especialmente el ascenso del ex ministro de Trabajo a la Secretaría General de la Presidencia, cargo estrechamente cercano al jefe del Estado.
Ex hombre de confianza del vicepresidente, Flamarique es uno de los principales sospechados por los presuntos sobornos en el Senado durante la sanción de la reforma laboral.
El otro sospechado, el jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Fernando de Santibañes, no dimitió, pese a que ayer circularon rumores en ese sentido.
En la UCR, en tanto, se resolvió que el senador José Genoud renunciará próximamente al cargo de presidente provisional del Senado. Pero previamente los senadores radicales negociarán con los del PJ para garantizar que el justicialismo no reclame el cargo para su partido.
Según la Constitución Nacional, ante la renuncia del vicepresidente el primer lugar en el orden de sucesión presidencial, en caso de ausencia temporaria, enfermedad, muerte o renuncia, le corresponde al presidente provisional del Senado. El segundo lugar es del presidente de la Cámara de Diputados, puesto que actualmente ejerce Rafael Pascual.
Desenlace de la crisis
La peor crisis política que amenaza a la gestión delarruista se desencadenó tras el cambio en el gabinete. Alvarez y los frepasistas objetaron el ascenso de Flamarique, la permanencia de Santibañes y los nombramientos de Chrystian Colombo, jefe de Gabinete, y de Patricia Bullrich como ministra de Trabajo.
También, De la Rúa nombró a su hermano, Jorge de la Rúa, al frente del Ministerio de Justicia.
Con los cambios dejaron el elenco ministerial Rodolfo Terragno, ex jefe de Gabinete; Ricardo Gil Lavedra, ex titular de Justicia, y Nicolás Gallo, cuyo Ministerio de Infraestructura fue absorbido por la cartera de Economía, lo que se interpretó como un respaldo a José Luis Machinea.
En la Casa Rosada se vivió un clima de tensión y honda preocupación por el hecho producido por Alvarez; De la Rúa se recluyó con sus ministros y con sus principales colaboradores para analizar la situación, como se informa por separado.
Desde poco antes del mediodía se conoció la decisión de Alvarez de alejarse del cargo, que fue anunciada a través de Radio Mitre por la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide. De la Rúa intentó disuadir al jefe del Frepaso.
En una conversación serena, pero tensa, Alvarez dijo: "Te llenaron la cabeza con que la reafirmación de la autoridad debías ejercerla conmigo y con el Frepaso. La autoridad se ejerce en favor de la gente y con políticas de gobierno".
Certeza de Alvarez
Con el sentido del cambio de gabinete, el Presidente buscó ejercer un gesto de autoridad porque, entre otras casas, no consultó a Alvarez para los recambios, sino que sólo lo notificó. Más allá de las objeciones por el caso de los sobornos, la designación de Colombo se interpretó en el Frepaso como una concesión al dirigente radical Enrique "Coti" Nosiglia, enemigo de Alvarez.
Según un allegado directo al vicepresidente, Alvarez da por descontado que De la Rúa dirigió el rumbo de su gestión en favor de un acuerdo de "gobernabilidad e impunidad" con la antigua "corporación política" controlada por dirigentes como Nosiglia, desde la UCR, y los líderes del PJ, con Carlos Menem a la cabeza. Esta certeza, se dijo, convenció a Alvarez para su determinación.
La sospecha se fortaleció ayer, cuando el diputado menemista César Arias se presentó en la Casa Rosada e indicó que "el PJ garantizará la gobernabilidad". Menem dijo en Córdoba que la renuncia "brinda (a De la Rúa) una posibilidad mayor de ejercer un liderazgo sin ningún tipo de oposición dentro de sus propias filas". El presidente de la UCR, Raúl Alfonsín, intentó convencer a Alvarez infructuosamente.
Por la noche, Alvarez anunció formalmente su renuncia en un acto en el mencionado hotel, situado en la Avenida de Mayo y Lima, en esta capital.
Alvarez estuvo acompañado por la presencia masiva de dirigentes del Frepaso: el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra; Graciela Fernández Meijide; el senador Pedro Del Piero; los diputados Darío Alessandro, Juan Pablo Cafiero, Irma Parentella, José Vitar, Nilda Garré, Alicia Castro, Rodolfo Rodil, y de dirigentes como Eduardo Jozami y Abel Fatala, entre otros.
Sorprendió también la presencia de la senadora Silvia Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, que respaldó a Alvarez en las denuncias de sobornos en el Senado.
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