Abuso sexual: José Alperovich pide otra vez licencia en el Senado y está cada vez más alejado de la política
Forzado a renovar la licencia a su cargo de senador nacional hasta fin de año por una denuncia de abuso sexual activada por una sobrina y que está en curso judicial, José Alperovich, que fue gobernador de Tucumán entre 2003 y 2015, pasa los días recluido en su casona del Parque Guillermina, en la capital tucumana. Gestiona desde allí los negocios familiares, aunque con algunas escapadas al interior de la provincia y a Santiago del Estero para seguir de cerca las plantaciones de soja y la reproducción del ganado vacuno. Otra de las salidas permitidas es andar en bicicleta, casi siempre camino al cerro San Javier. El caudillo tucumano que nació en el radicalismo, pero que forjó su poder en el PJ y como funcionario kirchnerista, está lejos hoy de la política, a pesar de tener mandato en la Cámara alta hasta 2021.
El 2 de septiembre próximo debería volver al Senado, a pesar de que no hubo avances significativos en la denuncia judicial en su contra por violación. Ayer, Alperovich se adelantó y envió una nota a la Presidencia de la Cámara, es decir a Cristina Kirchner, y solicitó una nueva extensión de su licencia, sin goce de sueldo, hasta el 31 de diciembre de este año para abocarse a su defensa judicial.
Desde que fue acusado por violación, Alperovich vio escurrirse entre sus dedos el poder omnímodo que había construido como gobernador. Peleado con su sucesor y otrora delfín político, Juan Manzur, ya casi no le quedan amigos en la política local. Con Alperovich, en Tucumán en se había naturalizado el poder absoluto. En la Legislatura, 42 de los 49 ediles eran propios, mientras que tres de los cinco jueces de la Corte Suprema fueron designados por él. Y de los 19 intendentes, 17 le respondían. Ya sin el poder y la influencia de antes, su futuro hoy es incierto
Quien supo tener bajo su sombra a la totalidad del Parlamento tucumano, hoy apenas cuenta con el apoyo de dos legisladores: su hija, Sarita Alperovich, y el exintendente de Alderetes Julio Silman. La fuga de aliados se potenció en junio del año pasado, cuando intentó volver a la gobernación y terminó cuarto en las urnas, incluso detrás de Ricardo Bussi, el hijo del dictador.
Influencia en la Justicia
La única cuota de poder que todavía conserva Alperovich está en la Justicia, donde durante sus 12 años consecutivos como gobernador designó a decenas de jueces y fiscales, incluidos tres integrantes de la actual Corte Suprema de Justicia de la provincia. Estos son Claudia Sbdar, a quien el presidente Alberto Fernández eligió como integrante de la comisión para la reforma judicial, Antonio Daniel Estofán y Daniel Posse (ambos fueron funcionarios de Alperovich cuando era gobernador).
Alperovich también puso en su cargo al actual jefe de los fiscales tucumanos, Edmundo Jiménez, quien durante 11 años se había desempeñado como su ministro de Gobierno y Justicia. Un dato a tener en cuenta que podría ser determinante: el juez tucumano Facundo Maggio, quien hasta hace unas semanas tuvo a su cargo el expediente sobre abuso sexual, es sobrino político de Jiménez y es cuñado de Eleonora Rodríguez Campos, quien fue designada por Manzur como vocal de la Corte Suprema de Justicia.
El 23 de noviembre de 2019 marcó un punto de inflexión en la carrera política de Alperovich. Ese día, el exgobernador de Tucumán fue denunciado penalmente por una sobrina segunda suya, quien lo acusó de haberla violado en reiteradas ocasiones entre fines de 2017 y mayo de 2019, cuando se desempeñaba como su colaboradora. La supuesta víctima, quien tiene 29 años y es hija de un primo del excaudillo peronista, presentó su demanda tanto en la capital tucumana como en los tribunales federales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dado que los abusos sexuales (siete, en total), se habrían producido en ambas jurisdicciones.
La denuncia por abuso
El mismo día de las presentaciones, la joven publicó una carta abierta en la que brindó detalles escalofriantes de los abusos que habría sufrido por parte de Alperovich.
"No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe. El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre de 2017 hasta mayo de 2019", expresó la víctima en la nota que reveló el escándalo.
"No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra", relató en otro párrafo la supuesta víctima del exgobernador.
Tras la difusión de la carta, Alperovich, quien se encontraba de viaje en Miami, utilizó sus redes sociales para negar los hechos. Dijo que es inocente y divulgó la identidad de su sobrina, a quien acusó de haberlo extorsionado junto a otras personas de su entorno.
Cuatro días después de la presentación de la denuncia por abuso sexual y con el bloque peronista dándole la espalda, Alperovich pidió una licencia sin goce de sueldo en el Senado por seis meses, lo que fue aprobado por unanimidad.
Transcurrido ese plazo, el 4 de junio pasado, intentó volver a ocupar su banca, pero se encontró con una fuerte resistencia de las senadoras, tanto del Frente de Todos como de la oposición, por lo que sus pares, a mano alzada, resolvieron extenderle la licencia, esta vez por 90 días, hasta el 2 de septiembre. Ayer, Alperovich pidió una nueva extensión de su licencia sin goce de sueldo hasta fin de año.
En su defensa, Alperovich, quien es representado por el abogado Mariano Cúneo Libarona, presentó a fines de enero en la Justicia tucumana una contradenuncia en la que advirtió sobre un supuesto plan de desprestigio en su contra. En el planteo, el senador en uso de licencia presentó como pruebas fotos y chats de WhatsApp con la denunciante que, según aseveró, contradicen la versión de la víctima sobre los supuestos abusos sexuales.
En su escrito, Alperovich denunció que la maniobra orquestada con la supuesta finalidad de "arruinarlo para siempre" y que fue ideada por el diputado nacional Carlos Cisneros (Frente de Todos), con quien mantiene una larga enemistad, el concejal peronista David Mizrahi, quien fue pareja de la supuesta víctima de violación, y el abogado tucumano Gustavo Morales.
La causa contra Alperovich, que fue caratulada como "abuso sexual con acceso carnal", no tuvo avances significativos y quedó empantanada desde su inicio en un conflicto jurisdiccional.
Sin avances en la causa
Tanto el magistrado tucumano Facundo Maggio, como su par de los tribunales porteños Osvaldo Rappa se declararon incompetentes para investigar al exmandatario tucumano.
El 14 de enero, la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Tucumán, a cargo del juez Enrique Pedicone, dispuso que la denuncia por presunto abuso sexual contra Alperovich se investigue paralelamente en ambas jurisdicciones, hasta tanto la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva dónde se unificará la causa. En concreto, Pedicone ordenó que los hechos ocurridos en Tucumán (cinco, según la víctima) sean investigados por el juez tucumano Maggio, y los sucedidos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (dos) en el juzgado federal que conduce Rappa.
A raíz de la pandemia por el coronavirus, la Corte Suprema de Justicia de la Nación demoró una definición sobre en cuál de las dos jurisdicciones recaerá la investigación. El procurador general interino de la Nación, Eduardo Casal, consideró que las denuncias por presunto abuso sexual con acceso carnal atribuidas a Alperovich deben ser acumuladas en un mismo expediente e investigadas en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº35 de la Capital Federal, a cargo del juez Rappa. Ahora, se espera que la Corte defina si el expediente se queda en Tucumán o si, como opinó Casal en su dictamen no vinculante, debe ser girado a los tribunales porteños.
En su resolución, el procurador Casal consideró que había que unificar la causa en los tribunales porteños por considerar que el Juzgado que conduce Rappa "está en mejores condiciones de dar la respuesta judicial más efectiva" y de "garantizar un adecuado acceso a la justicia por parte de la víctima de conflictos de violencia de género". El procurador general sostuvo que hubo más avances en la investigación desarrollada por Rappa y recordó que la víctima también solicitó que la causa continúe en la Capital Federal.
Mientras tuvo en sus manos el expediente, el juez tucumano Maggio citó a declarar a una treintena de testigos propuestos por las partes, incluida una ginecóloga que atendió a la sobrina de Alperovich en 2018 y que confirmó que la joven sufrió lesiones producto de un abuso sexual con acceso carnal.
El magistrado también tomó el testimonio de familiares directos del exgobernador, quienes desmintieron los dichos de la víctima y defendieron al actual senador en uso de licencia.
Las audiencias con los testigos, que finalizaron en abril, se desarrollaron mediante la modalidad de videoconferencia debido a la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
Mientras la Corte nacional sigue demorando en una definición sobre dónde debería ser investigado Alperovich, en Tucumán el expediente cambiará de juzgado, debido a que Maggio asumió el pasado 13 de agosto como vocal del Tribunal de Impugnación. Esto podría ocasionar más dilaciones en la causa contra el exgobernador.
En los próximos días se resolverá si el expediente es girado al juez Juan Francisco Pisa, que fue designado por Alperovich en 2004, o al magistrado Raúl Cardozo, nombrado por Manzur.
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