Alfredo Lijo: el operador del poder que vendía empanadas en Villa Dominico
El hermano del juez federal fue denunciado por una cuenta en Suiza con 1,7 millones de dólares
Alfredo Lijo era conocido por casi todos los vecinos de Villa Dominico. Familia de clase media baja, padre policía y madre ama de casa, “Fredy” vendía empanadas en la calle y en los clubes de barrio de Avellaneda. Como no le fue bien, empezó a hacer changas con una furgoneta. Y hasta fue patovica.
Empezó a levantar cabeza antes de los 30. Su hermano Ariel, ya cuñado del juez Gabriel Cavallo, le consiguió un puesto en un Registro Automotor del conurbano. Rindió a las apuradas las materias pendientes del secundario y se anotó en abogacía. Se recibió en la nocturna de Lomas de Zamora en tiempo récord, pudo reconstruir LA NACION después de hablar con una docena de fuentes de la política, la Justicia y la hípica en los últimos dos meses.
Los contactos le hicieron subir otro escalón. Su hermano, Ariel Lijo , fue nombrado juez en 2004. De la mano de Javier Fernández, el principal operador de la Justicia del kirchnerismo, tuvo un cargo menor en la Auditoría General de la Nación. Pero su grupo de amigos lo necesitaba con más protagonismo, aunque en las sombras. Su hermano ya era magistrado federal, pero “Fredy” miraba con admiración al juez Gabriel Cavallo, su “maestro” como operador judicial, tal como siempre lo recuerda públicamente.
Con Cristina Kirchner en la Casa Rosada, Lijo atendía tres teléfonos que sonaban prácticamente en simultáneo. Solucionaba cualquier cosa que pasara dentro de Comodoro Py y, si hacía falta, afuera también. Dejó su departamento en Barrio Norte y se mudó al country Abril, donde también vive su hermano, pudo reconstruir LA NACION. Se instaló en una mansión de 500 m2 con pileta y tres pisos. También empezaron los viajes a Europa y a Estados Unidos para ver las grandes carreras de turf.
Pudo hacer realidad el sueño de todo burrero: tener su propio haras. Compró al campeón Emmanuel y se trajo de afuera a Furious Key, un campeón internacional. Se siente tan cómodo en ese mundo que, aunque su centro de operaciones es su estudio de Olga Cossettini, en Puerto Madero, “Fredy” atiende los lunes en su palco VIP del Hipódromo de Palermo. La pasión por los caballos también atrapó a su hermano, que frecuentó el haras tanto como él en los últimos años.
“Fredy”, 48 años, ya se había convertido en una pieza clave en Comodoro Py. ¿Su especialidad? Resolver “problemas” judiciales y tener favores por cobrar. Organizaba la “Rody Cup”, un campeonato de truco por plata del que participaban jueces federales como Rodolfo Canicoba Corral , lobbistas como Guillermo Scarcella y fiscales como Eduardo Taiano y Guillermo Marijuan , según constató este diario. Otro que participaba de las reuniones sociales era el entonces gobernador Daniel Scioli. Los hermanos Lijo eran una pareja de truco inseparable.
Su colección de relojes crecía. Y sus contactos políticos también. José María Olazagasti, el secretario de De Vido, ya era un "amigo". “¿Vos no entendés? Yo manejo la SIDE”, se ufanaba ante sus íntimos. Su pecho también se inflaba cuando lo señalaban como el protector de De Vido. "Fredy" llegó hasta El Vaticano en 2014. Junto a su hermano, sonrientes, se sacaron una foto con el Papa Francisco, que compartió con todos sus amigos.
De rápida cintura política, "Fredy" volvió a frecuentar en los últimos meses la Bombonera, territorio de Daniel "El Tano" Angelici, un hombre del Gobierno con influencia sobre la Justicia. Sabe que en el juzgado de su hermano descansan causas sensibles: primero sobreseyó a Gabriela Michetti por el dinero robado en su casa, después metió preso a Amado Boudou y ahora investiga el escándalo del correo. “Fredy” y sus amigos pueden seguir descorchando champagne Cristal para festejar los triunfos de Emmanuel.
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