Alertan sobre la interna en la Corte Suprema y las acusaciones de Ricardo Lorenzetti
Fores, una entidad dedicad al fortalecimiento la actividad judicial, advirtió sobre los últimos enfrentamientos
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El Foro de Estudios sobre la Administración de la Justicia (FORES), una reconocida organización civil del ámbito judicial, alertó sobre la “disputa” en el interior de la Corte Suprema y, específicamente, sobre “uno de sus ministros” que “realiza sistemáticamente calificaciones al resto de sus colegas”, en referencia al juez Ricardo Lorenzetti.
El pasado 20 de diciembre, Lorenzetti estalló contra el resto de los miembros de la Corte Suprema y los acusó de actuar de manera “ilegal”, amenazó con presentar denuncias y sostuvo que “solo la ambición desmedida y la mediocridad”.
Lorenzetti dijo que las decisiones de sus colegas tienen como objetivo concentrar el poder y limitar el margen de maniobra que puedan tener los nuevos jueces que eventualmente ingresen a la Corte, como Ariel Lijo, su ahijado político, y el catedrático Manuel García-Mansilla.
Desde que perdió la presidencia del máximo tribunal, Lorenzetti se diferencia del resto y los cuestiona cada vez que encuentra una oportunidad.
Encaminada a funcionar con tres miembros si no avanzan los pliegos que propuso el Gobierno, el enfrentamiento se ahondó en los últimos días, entre Lorenzetti, por un lado, y Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, que se jubilará el próximo 29 de diciembre y deberá dejar el cargo.
“Desde hace un tiempo la ciudadanía está presenciando una disputa en la Corte Suprema de Justicia de la Nación por la cual uno de sus ministros realiza sistemáticamente calificaciones al resto de sus colegas acusándolos de actuaciones inapropiadas”, alertó Fores, en un comunicado.
La entidad recordó que “la controversia más reciente que se hizo pública tuvo lugar cuando el tribunal reglamentó la forma de integración”. Aludió así a la acordada de Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz, que buscó ratificar que la Corte Suprema puede funcionar con tres miembros y conjueces, en caso de que Lijo y García-Mansilla no logren el aval del Senado.
“Si bien un ministro de la Corte puede disentir con esa decisión, lo que no puede hacer, por la investidura de sus miembros, es elevar el tono de la disidencia al nivel de hacer acusaciones plenas de adjetivaciones sobre supuestas conductas sistemáticamente inapropiadas de los restantes ministros del tribunal”, sostuvo Fores, en referencia a los escritos de Lorenzetti, cargados de acusaciones contra sus colegas.
La entidad también cuestionó la advertencia del gobierno de Javier Milei, que apunta a nombrar a Lijo y García-Masilla por decreto, en comisión, cuando la Corte Suprema se quede con tres miembros. “El Poder Ejecutivo raudamente se ha entrometido en el funcionamiento del Poder Judicial adjudicando la morosidad en el dictado de sentencias al número de miembros del tribunal; ello, sin dar siquiera precisiones estadísticas a tal fin”, criticó Fores.
“Si la Corte Suprema habrá de tener tres miembros a partir del 29 de diciembre es porque el Senado no dio acuerdo a las personas propuestas, lo cual no tiene ninguna relación con la mayor o menor celeridad del Tribunal para dictar sentencias, el que podrá seguir funcionando con la independencia que lo ha caracterizado en estos últimos años, sin necesidad de una designación de ministros por decreto del Poder Ejecutivo”, sostuvo, en el comunicado por su presidente Pablo Pirovano y la secretaria de la entidad, María Julia Fornari.
Días atrás, Lorenzetti acusó a los demás magistrados de actuar de forma “ilegal” cuando firmaron una serie de acordadas, entre ellas, para darle mayor poder al secretario general de Administración de la Corte, lo que más le molestó.
A través de esta decisión, sus colegas en mayoría delegaron en Gerardo Gabriel Prataviera, que cumple ese rol, la gestión de las licencias, las prórrogas de contratos, la afectación de vehículos y las autorizaciones para ejercer la docencia, entre otras acciones que antes desempeñaban los jueces. Esto es importante porque -en caso de ser designado por decreto- Lijo debería pedirse una licencia en el juzgado federal que comanda para después asumir en la Corte y Prataviera podría no concedérsela.
Lorenzetti vio ahí una jugada y estalló contra Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda. En su disidencia escribió que la decisión es ilegal porque desde ahora “no son los jueces los que deciden, sino un funcionario”, y aseguró que la intención de sus colegas con esto es que los nuevos integrantes del tribunal “no tengan ninguna participación en los temas que les interesan a los integrantes del Poder Judicial”. Fue una alusión a la posible llegada de Lijo o García-Mansilla, que quedarán “condicionados”, según Lorenzetti.
Asimismo, en otra acordada, sus tres compañeros decidieron crear un nuevo cargo de secretario para que el actual funcionario del tribunal Silenio Cárdenas se desempeñe hasta su retiro. En tanto, lo que hasta ahora hacía Cárdenas pasará bajo la órbita de Asunción Mabel Vieito Ferreiro. Ante esto, Lorenzetti cuestionó la cantidad “increíble” de oficinas sin sentido que se constituyeron, lo que tildó como algo “nunca visto” en la historia del Tribunal. Además, y en tándem con los dichos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien le endilgó una supuesta lentitud para resolver sentencias a la Corte, Lorenzetti aprovechó para criticar la presidencia de Rosatti y habló de una “función mínima” del máximo tribunal.
Una dura respuesta
La réplica de la tríada no tardó en llegar. Lo hicieron a través de un informe que publicaron en la cuenta oficial de la Corte bajo un título suspicaz: “La Corte bate récords con la misma dotación de personal”. Ahí aseguraron que llevan dictadas en lo que va del año 12.250 sentencias, cuando Lorenzetti habló de solo 53 con fundamentos propios y Francos marcó como “lamentable” que el máximo tribunal tarde “15 o 20 años” para decidir.
“La Corte Suprema de Justicia de la Nación cerrará el año con un récord histórico de sentencias dictadas: ya superó los 12.250 fallos, alcanzando más de 20.200 causas resueltas. En el comparativo interanual, en 2023 el máximo tribunal dictó 10.024 sentencias, mientras que en 2022 fueron 8050″, desglosaron los tres cortesanos, con cifras que fueron en sí una respuesta política.
Asimismo, aseguraron que el incremento de sentencias vino acompañado de dos circunstancias: que estuvieron integrados por solo cuatro miembros, cuando deberían tener cinco por normativa, y que “la dotación de personal se mantuvo relativamente estable”. Esto en contra de los dichos de Lorenzetti, quien señaló “oficinas sin sentido, cargos de secretarios de Corte como nunca hubo, secretarios letrados y acordadas para vaciar la decisión del plenario de los jueces delegándolas a secretarios que obedecen a un ministro”.
Mientras tanto, sus tres colegas plantearon que, a noviembre de este año, el personal del máximo tribunal era de 2471 personas, cuando en 2023 fueron 2484 y, en 2022, 2446. “A modo comparativo, en 2017 la Corte dictó 7401 sentencias, con una dotación de 2558 empleados e integración plena”, dijeron, en una comparación que también tuvo su trasfondo: en ese momento, Lorenzetti presidía el cuerpo.
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