Aldo Rico, una gestión signada por el alto perfil y la polémica
Cómo manejó la comuna de San Miguel; los pro y los contra; qué dice la oposición
La siguiente es la primera de tres notas consecutivas que LA NACION publica con el propósito de brindar a los lectores un panorama completo de las gestiones de tres de los postulantes a la gobernación de Buenos Aires.
LA PLATA.- Aldo Rico llegó al gobierno municipal de San Miguel en las elecciones anticipadas de 1997, como candidato de un frente comunal integrado por el Modín, con el 53% de los votos. En 1999 fue reelegido por el Partido Justicialista, con el mayor índice de popularidad del Gran Buenos Aires: el 70% de los sufragios.
En seis años su administración estuvo en el ojo del huracán por diversos motivos: denuncias de corrupción; escándalos y ocupación del hospital público; detenciones estentóreas de delincuentes y saqueos.
El ex militar carapintada, que se alzó contra la democracia en 1987, hizo un culto de su perfil alto, polémico y transgresor. Y desde el municipio de San Miguel se proyecta ahora como gobernador de la provincia de Buenos Aires por el Frente Popular Bonaerense (Frepobo).
San Miguel es un distrito de 82 kilómetros cuadrados, al noroeste de la Capital Federal, donde habitan 300.000 personas. Allí Rico administra un presupuesto de 50 millones de pesos por año y arrastra un stock de deuda de 45 millones. Según el gobierno municipal, la deuda exigible equivale sólo al 25% del presupuesto.
La comuna tiene 1170 empleados públicos de planta permanente y otros 330 contratados. Veintiocho plazas y 5500 cuadras, 600 de las cuales asfaltó Rico. Cuenta con una red de luminarias de 18.500 piezas, que cubre el total del municipio. El 70% de los habitantes no tiene cloacas y el 54% carece de agua corriente.
El hospital municipal Larcade -ocupado intempestivamente por el ex militar, en junio de 1999, en medio de un conflicto gremial- atiende a 1200 personas por día.
Funciona con 550 empleados y un presupuesto anual de 11 millones de pesos. En junio último, unos 10 pacientes pediátricos, sin camas, fueron internados en los pasillos. Entonces, las autoridades sanitarias compararon el nosocomio con un "hospital de guerra". Tras ese incidente, el nosocomio fue remodelado con una inversión de 60.000 pesos.
Seguridad
En materia de seguridad, San Miguel tiene un policía cada 13.700 habitantes. El municipio -que recauda dos pesos al mes por cada frentista para colaborar con la mantención de los patrulleros y de las comisarías- tiene un índice de delito tan alto como el del resto del conurbano.
"En el último año sufrimos el flagelo de la inseguridad. No somos una excepción", reconoció Oscar Zilocchi, secretario de Gobierno municipal y mano derecha de Rico.
El jefe comunal, que tomó licencia por cuatro meses en el municipio de San Miguel para asumir como ministro de Seguridad de Carlos Ruckauf (entre diciembre de 1999 y abril de 2000), detuvo personalmente a tres delincuentes armados en noviembre último. "Alto, intendente", avisó Rico antes de reducir a los maleantes.
El índice de pobreza y marginación en San Miguel comprende aproximadamente al 50% de la población. Pocos recuerdan que el 18 de diciembre de 2001 comenzó, en esa ciudad, la ola de robos y saqueos que conmovió al país. Rico dijo ante la Justicia que no hubo un complot político para derrocar al gobierno nacional.
Ahora, el jefe comunal en campaña prefiere que se lo recuerde como el intendente que ordenó San Miguel.
"El mayor éxito de su gestión consiste en el cambio de cultura que impuso en el municipio, donde la política tenía un enorme descrédito", dijo Zilocchi, que acompaña Rico desde el inicio de su gestión.
Es que, al asumir por primera vez el cargo, Rico había prometido: "Ni un peso irá a la caja política ni al bolsillo de ningún funcionario".
Sin embargo, dos de sus principales colaboradores, Zilocchi y Claudio Pérez, titular del Concejo Deliberante, están procesados por cohecho pasivo.
El fiscal Edgardo Ledesma pidió al juez de garantías, Oscar Quintana, la elevación de la causa a juicio. Los funcionarios se escudan en el principio de presunción de inocencia. Y continúan en sus puestos.
Rico no tomó distancia de sus hombres. Por el contrario: Zilocchi es ahora su candidato a intendente. Y Pérez lidera la nómina de diputados.
Opinión de los rivales
- Joaquín de la Torre (candidato a gobernador por el PJ): "Aldo Rico construyó un mito de administrador eficiente y capaz de brindar seguridad a la gente. Es todo lo contrario".
- Graciela Podestá (candidata a intendente de San Miguel por Fuerza K para la Victoria): "Rico no hizo nada para disminuir la inseguridad del municipio, pese a que recauda una tasa de 2 pesos mensuales por cada frentista".
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