Alberto Fernández volvió a Córdoba: las razones de una obsesión
Por quinta vez desde que está en campaña, Alberto Fernández pasará parte de este jueves en Córdoba. La última visita fue hace apenas 10 días y muy probablemente haya una, o más, antes de la veda previa al domingo 27 de octubre. ¿Cómo se explica esa "obsesión" por la provincia que gobierna Juan Schiaretti? ¿Qué elementos justifican la apuesta del candidato del Frente de Todos a la única provincia, además de la ciudad de Buenos Aires, en la que perdió con Mauricio Macri en las PASO? Los fundamentos que se repiten en las oficinas de la calle México son varios.
Con 2.946.060 electores, Córdoba es el segundo distrito del país por su peso en el padrón (9 por ciento del total), detrás de la sideral provincia de Buenos Aires (37%) y seguido por la ciudad de Buenos Aires, que concentra al 8 por ciento de los votantes.
Según el escrutinio definitivo de las PASO, Macri le sacó poco más de 18 puntos de diferencia a Fernández (396.857 votos). En el búnker del exjefe de Gabinete admiten que revertir ese resultado no parece posible, pero sí creen que la distancia se puede acortar. ¿Cómo? En principio, con la presencia del candidato in situ y participando de actividades "variadas". Es decir, no solo de actos de campaña o políticos, como todo lo que rodeó su última visita, hace dos domingos, para participar de la misa por José Manuel de la Sota, sino también de presentaciones en territorios más "hostiles", como los describen en el propio albertismo, como la reunión en la Fundación Mediterránea prevista para hoy.
La pesca de votos está centrada en la ciudad de Córdoba, aunque sin descuidar el interior. Por eso, la agenda de hoy combinó la participación de Fernández en el congreso nacional del gremio de la sanidad junto con su jefe, Héctor Daer en La Falda, con la cita en la capitalina Fundación Mediterránea. Fernández está convencido de que puede conseguir apoyos nuevos entre los votantes "blandos" de Macri y los de Roberto Lavagna, que en Córdoba hizo una buena elección: sacó 8 puntos (165.643 votos).
La posibilidad de achicar la diferencia tiene como contraparte la convicción de que dentro de un mes el Frente de Todos va a repetir las victorias en provincias clave como Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y hasta Mendoza, hoy al mando de Cambiemos.
Un dato más de la "obsesión" de Fernández por Córdoba: anteayer llevó a Natalia De la Sota, legisladora electa e hija de José Manuel, al acto con gobernadores y candidatos en Mendoza. Fue una forma de homenajear a su padre, el ideólogo detrás de la iniciativa de las capitales de provincia alternativas para que las recorra un gabinete itinerante, que es una de las propuestas con las que Fernández promete concretar la repetida promesa de que, si es el sucesor de Macri, los gobernadores serán sus "principales aliados".
Schiaretti, el prescindente
De fondo, pero con fuerza y omnipresente, talla el vínculo complejo con Schiaretti. El último encuentro entre ambos fue bien elocuente de esa complejidad. Hace 11 días, Fernández aterrizó en Córdoba con declaraciones incendiarias contra el gobernador por su neutralidad de cara a la elección presidencial . "Parece que le da lo mismo el país que propone Macri o el país que proponemos nosotros", "La verdad es que no lo necesito a Schiaretti, como no necesito a ningún gobernador" le dedicó en una entrevista que La Voz del Interior publicó el mismo día que llegó a la provincia.
La distensión, o algo parecido a eso, llegó ese mismo día, después de un encuentro a solas del que Fernández salió exultante. "Tuvimos una muy buena charla. Tenemos una mirada muy parecida sobre lo que pasa en la Argentina y sobre lo que hay que hacer, sobre lo que estoy planteando", dijo el candidato, que aprovechó para hacer público el apoyo del cordobés a un eventual gobierno suyo y a la "tregua" de precios y salarios que propone para sus primeros 180 días de mandato si es el próximo presidente.
En el entorno de Fernández valoran gestos como el de aquella reunión y sus resultados públicos. No pierden de vista que Córdoba es una de las seis provincias que llega a la elección presidencial con boleta corta. Sin embargo, a diferencia de Schiaretti, los gobernadores de tres distritos que no pegaron su oferta provincial a ninguna fórmula presidencial, -Oscar Herrera Aguad, el gobernador electo de Misiones; Mariano Arcioni (Chubut) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero)-, hicieron público su apoyo a la fórmula Ferández-Cristina Kirchner. "Schiaretti es prescindente y siempre fue claro en esa postura, pero el diálogo con Alberto es bueno", sopesan cerca del candidato.
Córdoba vuelve a estar en la mira de Fernández. En apenas un mes, que también puede ser una eternidad, se sabrá si la apuesta por la provincia más esquiva al kirchnerismo da algún fruto.
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