24 de marzo: Alberto Fernández y Cristina Kirchner, por caminos separados también en el aniversario del golpe
El Presidente estará en un homenaje a los investigadores desaparecidos junto al ministro Filmus; la vice, “sin agenda”, se quedará en Buenos Aires, mientras La Cámpora marchará desde la exESMA hacia Plaza de Mayo
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La conmemoración de un nuevo aniversario, el número 46, del último golpe de facto y el inicio de siete años de dictadura militar en el país, encontrará al presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Kirchner, en escenarios opuestos, a tono con la marcada grieta política que los separa.
Si bien ninguno de los dos prevé estar en la Plaza de Mayo para la manifestación que congregará a organismos de derechos humanos, distintos movimientos sociales y políticos, el Presidente ya aceptó participar a partir de las 11 de un acto organizado por el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, en el que se entregarán legajos de investigadores desaparecidos a sus familiares directos. Fuentes de ese ministerio informaron a LA NACION que, además del Presidente y Filmus hablará la titular del Conicet, Ana Franchi. En plena guerra interna con el cristinismo, el Presidente estará acompañado en el auditorio del centro cultural de la ciencia por buena parte de su gabinete, con una excepción cantada: la del ministro del Interior, Eduardo de Pedro, que encabezará junto a Máximo Kirchner una marcha de La Cámpora, caminando desde la exESMA hasta la Plaza de Mayo.
“Va a ser una demostración de fuerza”, anticiparon fuentes cercanas al camporismo, en medio de los insistentes rumores de ruptura con el Gobierno y una distancia que se ensanchó luego del voto negativo de sus diputados y senadores al acuerdo con el FMI.
¿ Qué hará Cristina en este aniversario? Cerca de la vicepresidenta afirmaron a este diario que “estará en Buenos Aires” y que “no tiene agenda”. También puntualizaron que “históricamente no ha participado de la plaza, ni ella ni ningún ex presidente o vice”, con lo cual descartaron su presencia allí.
De todos modos, la vicepresidenta dio señales hacia los organismos de derechos humanos, en especial a los más identificados con su liderazgo, en los últimos días. El primero fue su reunión, la semana pasada, con 22 representantes de distintos organismos que la fueron a ver a su despacho del Senado. Además de hablar del acto, y en neto tono político, la vicepresidenta enfatizó, según pudo saber LA NACION, que la “unidad” es un valor que por sí mismo no garantiza nada, y que “solo tiene sentido si sirve para mejorarle la vida a la gente”. También que ella había hecho mucho por la unidad del Frente de Todos y que los que hoy gobiernan (grupo al que aludió sin incluirse) son los que deben demostrar que también la sostienen.
El martes la vicepresidenta tuvo otro gesto. A dos días del aniversario, se reunió con la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, en la propia sede de ese organismo, frente a la Plaza de los Dos Congresos. Según lo hicieron saber mediante la red social Twitter, el encuentro entre ambas fue “muy fructífero”, hablaron “mucho” y “se emocionaron”. Hebe de Bonafini ha sido, en los últimos tiempos, una de las voces más críticas del kirchnerismo contra el acuerdo con el FMI. “Quiero pedirles perdón, perdón de rodillas, porque a pesar de nuestro intenso trabajo de 45 años de lucha, de todas nuestras marchas (casi 3000), no logramos no pagar la deuda externa, que no es nuestra”, afirmó la dirigente a través de su cuenta en las redes sociales.
Pocos se atreven a descartar que una nueva carta de la vicepresidenta, otra vez con duras críticas hacia el acuerdo con el FMI impulsada por su compañero de fórmula, llegue en las próximas horas. Esta vez, se especula, para oficializar un quiebre definitivo que cerca del Presidente ya dan por hecho, como preanuncio de nuevas tormentas en el oficialismo.