Alberto Fernández y Cristina Kirchner buscan acotar el poder de Massa en dos áreas cruciales: el BCRA y Energía
El líder del Frente Renovador quiere cambios; el Presidente resiste y pretende que siga Miguel Pesce; la vicepresidenta no cederá un sector que controla desde el día uno
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Sergio Massa ya se calzó el traje de superministro y advierte que nadie está seguro en su cargo hasta que él lo confirme, la semana próxima. El líder del Frente Renovador quisiera controlar más botones del tablero económico. Siempre quiso tener injerencia sobre el Banco Central, una terminal tan importante como el Palacio de Hacienda para ordenar la cuestión monetaria y enviar señales a los agentes financieros, que él bien conoce. En las últimas horas, además, hizo saber puertas adentro que quería cambios en la Secretaría de Energía, según confió a LA NACION un importantísimo funcionario del gabinete. Alberto Fernández y Cristina Kirchner, sin embargo, están dispuestos a acotar su radio de poder.
El jueves, en medio de las frenéticas negociaciones, el Presidente dialogó con el titular del BCRA, Miguel Pesce, para ratificarlo en el cargo y habilitarle el último paso que quería dar para frenar la corrida cambiaria: una suba fuerte de las tasas de interés más referenciales para la economía. “Miguel sigue”, aseguró a LA NACION un ministro de plena confianza del Presidente en alusión al titular de la entidad monetaria, que es amigo desde hace muchos años del jefe de Estado. Otros dos funcionarios que trabajaron en la reformulación del gabinete en las últimas horas lo confirmaron, en medio de una serie de rumores que se desataron hoy por la tarde. Pesce también tuvo interlocución con Cristina en el último tiempo.
El titular del BCRA habló por teléfono con Massa el jueves antes de los anuncios y ambos coincidieron en subir 8 puntos la tasa de las Leliqs y de los plazos fijos. Se pusieron de acuerdo en cuidar a los ahorristas que se quedan en pesos. Este fue un punto que siempre había generado mucho roce entre Pesce y Martín Guzmán.
Fuentes del sector financiero, sin embargo, se preguntan si la mirada de Pesce, más regulatoria, podría generar cortocircuitos con las señales de dinamismo que el líder del Frente Renovador le quiere dar a los mercados. Un funcionario que siguió de cerca a la corrida bancaria de los últimos días advirtió: “El tema no es tanto Massa como el mundo que siempre rodeó a Massa”. Las primeras operaciones tras la confirmación del nuevo ministro mostraron signos positivos, con la caída del dólar blue y el riesgo país, además de la suba de los títulos soberanos.
Por ahora, se apostará a una convivencia del líder del Frente Renovador en el Palacio de Hacienda con el hombre del Presidente en la entidad monetaria.
Energía
También debe confirmarse el destino del área energética, un sector crucial que Cristina Kirchner se reservó para sí desde el día uno y que generó continuos conflictos entre las distintas terminales del Frente de Todos. En la Casa Rosada advierten que si el Gobierno no estuviera “pagando la boleta” por la importación de gas, se saldría de la crisis de reservas. “Sergio quiere cambios”, advirtió un importante funcionario muy al tanto de la reconfiguración del Ministerio de Economía, que aún no se terminó de zurcir.
Pero en distintas terminales del Frente de Todos reconocen que el equipo energético no es materia de debate y que la última palabra siempre la tendrá Cristina. La lógica, advierten, es otra: Massa está en su nuevo lugar por decisión de los dos principales accionistas del Frente de Todos y, por lo tanto, no decide sobre un área tan importante, que es territorio de la vicepresidenta.
Si bien Cristina no permitirá que Massa decida por ella, en la Casa Rosada consideran que algunos nombres del equipo energético podrían debatirse en la mesa tripartita que se abrió en las últimas semanas. El secretario de Energía, el neuquino Darío Martínez, hasta acá se mantuvo en su silla como un neutral funcional a La Cámpora. Pero como no es un kirchnerista puro (y supo ser blanco de críticas de Fernández) en las últimas horas algunos colaboradores del Gobierno pusieron en duda su continuidad.
Debajo suyo se ubica el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, un cuadro técnico de La Cámpora que habla sin intermediarios con la vicepresidenta. Todos entienden que es intocable.
Una demostración del límite que impuso Cristina al poder de Massa quedó evidenciado en la AFIP. Hasta acá, Fernández había sostenido todo lo que pudo a Mercedes Marcó del Pont para resistir frente a sus socios. En las últimas semanas, el líder del Frente Renovador había hecho una primera avanzada con la designación de Guillermo Michel al frente de Aduanas, que llegó con la intención de “mostrar los dientes” y trabajar en la “percepción de riesgo” para evitar maniobras en los ingresos de mercadería al país y el acceso a las divisas. La vicepresidenta lo elogió dos veces a Michel.
Pero a la hora de definir al sucesor de Marcó del Pont, la exmandataria impuso a un kirchnerista puro, Carlos Castagneto. El contador, que se venía desempeñando al frente de la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social, goza de la plena confianza de la vicepresidenta: manejó siempre los números de la recaudación de fondos de sus últimas campañas políticas.
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