El debut de los debates presidenciales obligatorios: Alberto Fernández, un descreído del formato que reniega del coaching
"Solo sirve para que los medios hablen del tema al día siguiente". A la salida del acto que encabezó el viernes en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Alberto Fernández volvió a expresar su malestar por tener que participar del debate que se hará hoy en Santa Fe y dejó claro que lo afronta con la sola expectativa de superarlo sin sobresaltos.
Fernández decidió levantar una bandera contra los asesores de imagen y el coaching político. "Si después de 40 años de hacer política me tengo que entrenar para un debate, estamos en problemas", dijo cuando le consultaron cómo se prepara.
En el comando de la calle México aseguran que el candidato del Frente de Todos se preparó solo, a partir de un informe que le presentó Juan Courel, encargado de comunicación de la campaña. Una curiosidad: es el mismo especialista que colaboró con Daniel Scioli para el debate presidencial de 2015.
Él tampoco cree en la importancia de los debates. "Las campañas influyen en los resultados menos de lo que se dice y los debates son apenas una de las muchas cosas que suceden en las campañas", dijo.
La semana pasada el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, hoy colaborador de Sergio Massa, visitó el comando de México. Pero los dirigentes que trabajan ahí aseguran que no estuvo reunido con el candidato. "No hizo simulaciones, ni ensayó frente a un espejo, solo estudió los temas", afirman.
Consciente de la resistencia de Fernández hacia los asesores de imagen, Courel elaboró un informe para que el candidato cuente con los datos básicos y necesarios.
"El mayor desafío que tiene Alberto es meter todo lo que ya viene diciendo en 13 minutos, que es el tiempo con el que va a contar cada candidato", explicó a LA NACION un dirigente con despacho en el comando de México. "Te piden que presentes tus ideas económicas en dos minutos. Es un maltrato a la gente, un juego mediático", dijo el candidato el viernes, en la radio AM530.
Entre los invitados que incluyó Fernández para que sigan el debate desde las butacas de la Universidad Nacional del Litoral figuran varios dirigentes que podrían ser parte de un gobierno a su cargo. Estarán Felipe Solá, Eduardo "Wado" De Pedro, Gabriel Katopodis, Matías Kulfas, María Eugenia Bielsa, además de Omar Perotti y Sergio Bordet, gobernadores locales. También anotaron a Massa, aunque su presencia todavía no está confirmada porque está acompañando a su esposa, Malena Galmarini, que se repone de una operación.
Un grupo de cinco dirigentes podrá acompañarlo en el camarín. Esos lugares quedaron reservados para sus colaboradores de máxima confianza, como Courel; su jefe de campaña, Santiago Cafiero, y su vocero, Juan Pablo Biondi.
La incógnita es si Fernández se limitará a presentar sus propuestas o si aprovechará para cruzarse con Mauricio Macri. "La idea es que le hable a la gente, pero a él le gusta dar las discusiones", dijo un integrante de su entorno, con tono de resignación.
Negociar la deuda y bajar impuestos
Pese a las dudas iniciales que generó su postura ante los acreedores, el candidato prometió pagar la deuda, aunque aseguró que negociará las condiciones. Planteó que impulsará un acuerdo de precios y salarios por seis meses y anticipó que propondrá que el gobierno se traslade periódicamente al interior. Impulsa un programa interdisciplinario y multipartidario para combatir la pobreza y deslizó la posibilidad de aumentar el impuesto a los bienes personales, lo que generó revuelo. Se pronunció a favor del aborto.
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