Alberto Fernández tuvo que llamar a Sergio Massa para evitar la ausencia de Malena Galmarini tras el enfrentamiento con Gabriela Cerruti
El Presidente intervino tras la pelea entre la portavoz y la titular de AySA, que ayer hizo pública LA NACION; Galmarini habló de la interna en el Frente de Todos
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La filtración de un cruce con la portavoz Gabriela Cerrutti activó ayer esfuerzos del presidente Alberto Fernández por apaciguar los ánimos y lograr que la titular de AySA, Malena Galmarini, asistiera al acto donde se anunció un proyecto de ley para ampliar las licencias de maternidad y paternidad a nivel nacional.
Según pudo saber LA NACION, el Presidente llamó al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. El resultado: Galmarini se sentó en primera fila en el acto. Fernández hizo algo más, en público. “Yo lo abrazo a Sergio porque sé que Sergio tiene en su casa a alguien que va a hacer lo necesario para que esto salga rápido, que es Malena, que es una gran luchadora de todos los derechos de la mujer”, lanzó el jefe del Estado como reconocimiento. La transmisión oficial enfocó enseguida a Galmarini, que sonrió.
A la salida del acto, ante los medios de comunicación, la titular de AySA habló sobre la interna en el Frente de Todos. “Uno tiene algunas diferencias esas diferencias se notan más cuando son amplificadas por otros sectores. Pero todos auguraban dos meses de unidad y estamos acá y estamos trabajando para la próxima elección, para que los argentinos y las argentinas estén mejor”, buscó calmar las aguas Galmarini.
Es que, como adelantó LA NACION, unos días antes, Galmarini protagonizó un contrapunto con la vocera presidencial, Gabriela Cerruti. El escenario del enfrentamiento fue el grupo de WhatsApp conocido como “Mujeres gobernando”, que integran más de 200 funcionarias de todas las áreas de Gobierno.
Galmarini le había reclamado a Cerruti por la falta de organización y de aviso previo ante el anuncio que protagonizó el jefe del Estado, donde oficializó el envío al Congreso un proyecto de ley que plantea la modificación de las licencias de maternidad y paternidad a nivel nacional.
La discusión interna comenzó cuando la subsecretaria de Políticas de Inclusión, Pamela Ares, cercana al Presidente y enrolada políticamente con el canciller Santiago Cafiero, mostró su sorpresa por no haber recibido la invitación al acto que encabezaron hoy Fernández y Elizabeth Gómez Alcorta, pese a ser una de las responsables de la letra del proyecto de ley.
El mensaje de Ares provocó una rápida reacción de otras funcionarias que tampoco habían sido notificadas, entre ellas Galmarini. “No me llegó, compañera. Con tan poca anticipación me es imposible ir. Aunque me hubiera gustado. Entiendo que no hay lugar para todas y se escoge a las más cercanas. Gracias de todas formas. Abrazo sororo”, fue la respuesta de la tigrense.
“No, Malena Galmarini. Están saliendo recién hoy [por las invitaciones]. Todo es así, usted sabe”, contestó Cerruti, que buscó aquietar las aguas.
Pero no lo logró. “Sí, sí. ¡Entiendo! Sabía porque anteayer le mandaron la invitación a mi marido”, escribió la responsable de AySA. Así, en una frase expuso que Presidencia le había enviado la invitación a Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, unos días antes.
La exposición pública de las diferencias generó mucho malestar en la Casa Rosada, desde donde buscaron a los responsables de la filtración. Para evitar mayores inconvenientes, el Presidente intervino. Finalmente, hoy, estuvieron todas presentes.
La novela tuvo un último capítulo, feliz. Para negar el altercado, o al menos sus secuelas, un fotógrafo de la Casa Rosada pudo registrar el abrazo que Galmarini y Cerruti se dieron durante el acto.
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