Alberto Fernández visitó en Jujuy a Milagro Sala y dijo que “hay una clara persecución”
El Presidente estuvo con la líder de la Tupac Amaru, que está internada con custodia policial, y lanzó un fuerte reclamo a la Justicia: “Le pido a la Corte Suprema que empiecen a enmendar las barrabasadas que se hicieron”
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El presidente Alberto Fernández viajó a Jujuy para visitar a la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, quien se encuentra internada desde el lunes debido a una trombosis venosa profunda. Para concretar este encuentro con la dirigente social que tiene prisión domiciliaria, el jefe del Estado suspendió su agenda de la mañana. Después de verla, el mandatario denunció que hay una “clara persecución” contra la dirigente social en una conferencia de prensa. “Les pido por favor a los tribunales provinciales y a la Corte Suprema que empiecen a enmendar las barrabasadas que se hicieron”, sostuvo entre fuertes quejas contra el accionar de la Justicia.
La primera notificación de que iría a Jujuy el mandatario la hizo en su cuenta oficial de Instagram. “Voy a visitar a Milagro, injustamente detenida, enferma, para acompañarla como lo hice siempre y también para que muestre esta situación oprobiosa que la Corte sigue sin resolver”, escribió el Presidente, junto a un video donde se lo veía en Aeroparque, a instantes de descender del helicóptero y listo para partir hacia Jujuy.
El jefe del Estado llegó a la provincia norteña y se dirigió a la clínica Los Lapachos, donde Sala está hospitalizada en terapia intermedia. Ingresó al sanatorio a las 11.50, según consignó la Agencia Télam, y cerca de las 12.30 publicó un video sin audio también en Instagram, donde conversa con Sala, quien está recostada en una cama de la clínica tomándole la mano. “Te queremos mucho, Milagro. Somos muchos los que te queremos y deseamos verte bien”, escribió como leyenda el Presidente.
Una conferencia de prensa con fuertes críticas a la Justicia
Ya en conferencia de prensa, cerca de las 13, Fernández planteó que la líder de la Tupac Amaru “soportó cinco o seis juicios orales” y que tiene “algunas causas que suman 17″. Entonces consideró: “Todo esto da cuenta de un sistema que se ha instaurado en torno a Milagro Sala de clara persecución” y advirtió: “Ninguna sociedad funciona bien sin un estado de derecho que respete los derechos humanos. Prolongar detenciones preventivas es una forma de violar los derechos humanos”.
En base a ese diagnóstico, Fernández hizo duros cuestionamientos al Poder Judicial. Dijo que “debe funcionar de otra manera” y pidió a los jueces jujeños que dejen de lado la teoría y las doctrinas “que se difundieron en los años del gobierno anterior y que definitivamente contradicen la esencia de la Justicia”.
Convencido de que la Argentina “no merece que pase esto”, el mandatario dijo que “no quiere que le ocurra a nadie” lo que pasa ahora con Sala -un caso al que catalogó como “paradójico”-, aunque aclaró: “No estoy pidiendo por su inocencia, sino el juzgamiento respetando las leyes argentinas, que los juicios se hagan sin presiones políticas, sin intencionalidades persecutorias, solo con el debido proceso”.
Ante aquellos que cuestionan su postura frente a la causa y piden que se involucre más -un reclamo que hasta la propia Sala le hizo- Fernández aseveró que este no es “un compromiso nuevo” para él y recordó que la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, fue abogada de Sala antes de ingresar en el Ejecutivo.
“Conozco en detalle la situación procesal de cada uno de sus juicios y por eso sé de lo que hablo. Le pido por favor a los tribunales provinciales y a la Corte Suprema que empecemos a enmendar las barrabasadas que se hicieron y que sea de ahora para siempre, en cualquier lugar de la república”, sostuvo.
Y en esa fuerte crítica al máximo tribunal, el Presidente también dijo que deberían resolver con mayor celeridad la situación de Sala. “A la Corte Suprema, que tiene tanta urgencia para tratar los temas que atañen a sus intereses, como el Consejo de la Magistratura o los jueces de la Cámara Federal, le pido que imprima urgencia al tratamiento de la sentencia que le llegó por vía de queja y que descansa en algún lugar de la Corte. Y que por favor resuelva”, expresó.
Cómo decidió viajar
Más temprano, cuando llegó a la provincia, Fernández habló con AM 750. “Vengo a hacer público mi compromiso con Milagro Sala y a llamar la atención a la Argentina y al mundo de algo que está ocurriendo y no debería ocurrir; y que está afectando no solo la libertad de una persona, sino su salud”, dijo.
Cerca del Presidente afirmaron a LA NACION que Fernández decidió viajar cuando regresó de Múnich, donde participó de la cumbre del G7. Luego de informarse sobre la salud de la líder de la Tupac Amaru, se comunicó ayer con la pareja de Sala, Raúl Noro, y allí concertó los detalles de su partida a Jujuy junto a la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el diputado Eduardo Valdés, y el asesor Ricardo Forster.
Cerruti había sido la primera que confirmó el vuelo, durante el comienzo de la mañana, a la Agencia Télam. ”El Presidente está viajando en este momento a Jujuy a visitar a Milagro Sala, para volver a poner visibilidad sobre un hecho de injusticia como es la detención ilegal que está sufriendo y para seguir reclamando por su libertad”, dijo la vocera y agregó: “Milagro Sala está internada, sufriendo un deterioro en su salud producto de la prisión injusta”.
La salud de Milagro Sala
La dirigente social que tiene una serie de causas abiertas en la Justicia -la más grande de ellas “Pibes Villeros”, por asociación ilícita- está hospitalizada “estable” en una sala de terapia intermedia, en la Clínica Los Lapachos de San Salvador de Jujuy.
Su defensa denunció ayer hostigamiento por parte del personal que la vigila. Según informaron, está custodiada por dos agentes de la Policía, una mujer y un hombre, en la puerta de ingreso a la habitación. Además hay una tercera agente mujer, al lado de su cama, “exhibiendo ostensiblemente la portación de su arma reglamentaria”.
Sala, que se considera víctima del lawfare y culpa por esto al gobernador radical Gerardo Morales, llegó al centro de salud después de que le practicaran estudios de rutina por un dolor que la molestaba en su rodilla izquierda y, en ese momento, sus abogados notificaron que había sido ingresada a la Unidad de Terapia Coronaria para ser “compensada” y recibir tratamiento para la trombosis.
Un vínculo con vaivenes
La relación entre Sala y Fernández fue fluctuante. Pese a que la líder de la Tupac Amaru tuvo un estrecho vínculo con las administraciones kirchneristas, criticó al Presidente en reiteradas oportunidades por una supuesta falta de atención del Gobierno al respecto de su situación judicial.
No así a la vicepresidenta. De hecho, en su última aparición pública desde Avellaneda para un acto de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Cristina Kirchner brindó un contundente aplauso cuando el secretario general del gremio, Hugo Yasky, sostuvo: “Para nosotros hay también una compañera que no quiero dejar de nombrar, que ahora estaría acá con nosotros, la compañera Milagro Sala. Le mandamos desde acá a Milagro, que seguramente debe estar viéndonos, un abrazo fraterno para volver a reclamar su libertad”.
A principios de este año, cuando se cumplieron seis años de la detención de Sala, llegaron a su casa en Jujuy el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y Gómez Alcorta. De Pedro, que tiene terminal directa en Cristina Kirchner, difundió una foto de ese encuentro en su momento y pidió “reconstruir una Justicia que no persiga opositores”.
A principios de este mes también llegó al norte para dar respaldo a la líder de la Tupac Amaru el sindicalista Pablo Moyano, quien reclamó que el caso de la dirigente social se tome como el de una “presa política como consecuencia de la persecución macrista”.
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