Alberto Fernández: “Si algunos piensan que me van a hacer caer por un error, sépanlo: me fortalecen”
El Presidente dijo que eran “miserables” quienes lo criticaron por haber señalado a la primera dama; sostuvo que era “el único responsable” y apuntó contra Mauricio Macri
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Con tono inusualmente enérgico, y ante el aplauso de cientos de dirigentes y militantes que llegaron a escucharlo a uno de los bastiones del peronismo, el presidente Alberto Fernández volvió a abordar ayer en un acto en La Matanza, al festejo de cumpleaños de su pareja del que participó, en la quinta de Olivos y en plena cuarentena. “El único responsable soy yo. Doy la cara y me pongo al frente”, dijo, y afirmó: “Si algunos piensan que me van a hacer caer por un error que cometí, sépanlo: me fortalecen”, gritó el primer mandatario, en un intento por frenar las consecuencias del episodio.
Acompañado por miembros de su gobierno, Fernández reiteró que “por un desliz, un descuido, se organizó en Olivos” aquel festejo, y consideró que fueron “miserables” quienes lo cuestionaron por haber señalado a la primera dama, Fabiola Yáñez, como la organizadora del encuentro, un festejo del que participaron al menos doce personas, sin barbijos ni distanciamiento, mientras en el país regía un aislamiento estricto.
“Yo no tengo una doble faz. Debí disculparme por una cena que no debió haberse hecho. El único responsable soy yo”, sostuvo, pero agregó: “Cuanto más veía a los que me criticaban, más contento estaba de estar con el pueblo”.
Y en el mismo sentido, afirmó, en un tono de voz cada vez más elevado: “Me disculpé ante ustedes, el pueblo, que son los únicos a quienes les debo una respuesta”, se enardeció, antes de diferenciarse del gobierno anterior.
El viernes pasado, luego de que LN+ dio a conocer la foto del festejo, el Presidente admitió que había participado de un “brindis” que había organizado su pareja. Dijo que lo lamentaba y que no volvería a ocurrir, pero no logró con eso acallar las críticas.
En la defensa que ensayó ayer, Fernández apuntó contra Mauricio Macri. “Pedí disculpas pero nunca me van a ver pidiendo disculpas porque me arrodillé frente al FMI ni porque endeudé a la Argentina, como otros hicieron. No me encuentro en Olivos con empresarios a los que le doy ventajas con el Estado (...). Nunca me voy a tener que disculpar por hacer un negocio con los parques eólicos, ni por haber creado una mesa judicial para perseguir a los opositores”, dijo.
La tensión por la difusión de la foto del cumpleaños celebrado en Olivos estuvo presente durante todo el acto que encabezó el Presidente. Minutos antes de las 13.00, y a modo de respiro, Fernández se asomó a la terraza del Centro Universitario de la Innovación (CUDI), en La Matanza, dónde se llevó a cabo el acto. Levantó la mano y esbozó una sonrisa, mientras desde las gradas le gritaban: “¡Vamos, Alberto!”.
Del acto que encabezó el Presidente participó también el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El motivo era la puesta en marcha del CUDI, que funcionará en González Catán. Según repitieron varios oradores, el centro universitario había quedado prácticamente en condiciones de ser inaugurado cuanto terminó el gobierno de Cristina Kirchner, pero el macrismo decidió no ponerlo en funcionamiento.
Además del gobernador y Fernández, en el estrado estuvieron los candidatos del Frente de Todos Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario, y la ministra de Educación de la provincia, Agustina Vila.
La presencia en La Matanza, el distrito más poblado del conurbano, de ministros como Juan Zabaleta (Desarrollo Social) y Nicolás Trotta (Educación, que también habló) y de decenas de funcionarios y dirigentes completaron la imagen de “normalidad” sin cambios que se pretendió reflejar desde el oficialismo después del golpe por la foto de Olivos.
Convertido en uno de los ministros albertistas con mayor visibilidad desde su asunción, Zabaleta compartió la espera con excolegas como Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Gastón Granados (Ezeiza), entre otros. También estuvieron en La Matanza el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak; los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Mayra Mendoza (Quilmes); el presidente del PJ porteño, Víctor Santa María; Daniel Menéndez (Barrios de Pie); la presidenta del Inadi, Victoria Donda, y Facundo Tignanelli, el presidente del bloque de diputados bonaerenses y hombre de Máximo Kirchner.
Si bien hoy fueron todas muestras de apoyo, en el oficialismo -incluso cercano al Presidente- dicen que esperan “correcciones”, ya no de nombres pero sí de “actitudes” vinculadas al manejo privado de la actividad presidencial.
“Discusiones y operaciones”
Espinoza, el anfitrión, pretendió darle un mensaje tranquilizador a Fernández ante la inminencia de las elecciones. “Quedate tranquilo, Alberto, que La Matanza es peronista”, le dijo. Celebró el centro universitario -”De acá van a salir chicas y chicos con empleo inmediato”, sostuvo-, criticó la gestión de Macri en materia de educación y le agradeció a Cristina Kirchner por su gobierno. “Cristina, nuestra presidenta del corazón para toda la vida”, dijo, en la única mención a la vicepresidenta durante el acto.
Las críticas a Macri fueron eje central del discurso de Kicillof. “No hicieron nada de lo que dijeron en campaña porque es muy difícil que inviertan en educación pública o salud pública quienes no creen en el Estado”, sostuvo en referencia a Macri y sus funcionarios. “Pueden distraernos con discusiones, con operaciones, pero esta es la realidad que se transforma a nuestra gente”, afirmó el gobernador, último orador antes del Presidente, que fue quien cerró el acto con su airada defensa, a modo de contraataque para frenar las ramificaciones de aquella reunión.
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