Alberto Fernández recibió al gabinete con un asado para consolidar el frente interno tras las críticas de Cristina Kirchner
Después de las palabras, el gesto. Alberto Fernández abrió la quinta presidencial de Olivos para recibir a los ministros en una cena que sirvió para consolidar el frente interno después de los reclamos públicos de la vicepresidenta Cristina Kirchner para oxigenar el equipo del Presidente. Por ahora, no se va nadie del gabinete.
En un breve cruce con los periodistas acreditados en la Casa Rosada, el Presidente aseguró que estaba "todo bien" puertas adentro. Así, descartó avanzar con cambios entre sus ministros, pese a las críticas de la expresidenta.
El encuentro con los funcionarios se dio dos días después de responderle públicamente a Cristina Kirchner. "Solo tengo gratitud y agradecimiento para cada ministro mío, cada funcionario y cada empleado que trabajó a mi lado para mantener en pie a la Argentina", había enfatizado el jefe del Estado. Algunos de los integrantes del círculo íntimo del Presidente tomaron nota de esa frase como un límite al avance de la vicepresidenta.
Lo cierto es que la presencia de los ministros en Olivos, entre ellos algunos de los apuntados como Marcela Losardo (Justicia), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Felipe Solá (Relaciones Exteriores) y Nicolás Trotta (Educación), se presentó como un "reconocimiento".
"Alberto quería cerrar el año todos juntos. Más allá de los errores, el balance es altamente positivo", describió uno de los hombres de confianza del Presidente, que los recibirá con un asado al aire libre. Los cambios, si finalmente se producen, serán después de la primera etapa de la campaña de vacunación, que comenzará el lunes.
Alberto Fernández busca así fortalecer a su equipo luego de un año marcado por la irrupción de la pandemia de coronavirus. Lejos de generar el efecto que persigue, los cuestionamientos de Cristina Kirchner a los "funcionarios que no funcionan" provocan la acción contraria, los consolida. "Alberto nunca va a entregar a un funcionario", graficaron fuentes oficiales.
Dispuesto a terminar con las especulaciones que generó su compañera de fórmula, en las últimas horas el jefe del Estado dejó en claro que no hay margen para forzar una salida en el gabinete. Entre otras cosas, defendió a Losardo –una de las principales apuntadas por el kirchnerismo duro–, quien salió a desmentir que tuviera cuentas offshore. La denuncia mediática, replicada por Radio 10, generó fuerte malestar en la Casa Rosada.
Pero no fue la única acción del Presidente. Después de criticarlo con dureza por la gaffe que protagonizó después de la conversación que mantuvo Fernández con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, en Balcarce 50 dejaron de apuntar los cañones contra el ministro de Relaciones Exteriores.
Otro tanto ocurre con Kulfas. Las críticas, según la interpretación que hacen funcionarios cercanos al Presidente, no son para el ministro, sino para la responsable del control de precios, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, ligada al kirchnerismo.
Además de los 21 ministros, estuvieron presentes la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; los cuatro tienen rango de ministro.
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