Coronavirus: Alberto Fernández quiere mantener el trabajo con Horacio Rodríguez Larreta "el día después"
Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta pusieron a prueba su sociedad contra el coronavirus esta semana, cuando el enfrentamiento entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio llegó a un nivel de crispación inédito.
Los funcionarios también testearon la fortaleza de su mesa de trabajo conjunta de cara al próximo 17, cuando termina la cuarentena estricta. En los últimos días fue evidente que mientras que la Ciudad ya estaba diseñando el plan de reapertura hacia la "nueva normalidad", en la Provincia los funcionarios planteaban un escenario mucho menos pretencioso.
Rodríguez Larreta y Kicillof hablaron el fin de semana pasado para anticiparse a cualquier ruido y ratificaron "el trabajo coordinado en las diferencias". La "estrategia conjunta con tácticas distintas".
En el entorno de los funcionarios aseguran que hablan, de mínima, día por medio. Amantes del dato duro, intercambian artículos e información sobre el coronavirus. En definitiva, ambos necesitan salir de la crisis lo antes posible y abrir la actividad, después de más de cien días de parálisis económica en el AMBA.
Acuerdo pospandemia
Fernández también les pide todo el tiempo a Kicillof y Rodríguez Larreta que trabajen juntos. Pero el Presidente no solo quiere sostener la coordinación con los "opositores que gobiernan" durante la pandemia: ya tiene la cabeza en los acuerdos del día después.
"Alberto le dijo a Rodríguez Larreta en Olivos que para decidir sobre las medidas sanitarias no nos apuremos y que sigamos trabajando en conjunto y con los datos sobre la mesa. Y también le dijo que en el programa de salida quiere contar con la Ciudad", aseguró a LA NACION un alto funcionario del Gobierno.
Esa intención del Presidente quedó en evidencia cuando en el acto por el Día de la Independencia llamó "amigo" al jefe de gobierno porteño. En la previa, le había manifestado a los hombres de negocios que habían sido convocados a Olivos que le gustaría que los acuerdos con los gobernadores opositores se sostengan en la pospandemia. "La Argentina del mañana no se construye en el despacho del Presidente", dijo, después, ante el micrófono.
"Fernández plantea eso en su discurso, pero lo que hagamos obviamente dependerá de la agenda que el Gobierno que ponga arriba de la mesa", se atajó un importante funcionario porteño en diálogo con LA NACION.
Por lo pronto, el Gobierno ya quiso comprometer el favor de Rodríguez Larreta para los proyectos de ley económicos que fueron enviados al Congres
o. En la videoconferencia con los gobernadores, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pidió ayuda para aprobar la moratoria y la ampliación del presupuesto.
"Nosotros siempre hemos apoyado a las cuestiones que hacen a la gobernabilidad", replicaron en el entorno del jefe de gobierno porteño.
Rodríguez Larreta camina por un sendero delgado, entre la pragmática relación con el Gobierno y la convivencia con el ala dura de Juntos por el Cambio. Siempre avanza aferrado a su máxima de no engancharse en la chicana política.
El jefe de gobierno porteño se lo manifestó al Presidente y también a Eduardo "Wado" De Pedro, cuando fue a verlo a la Casa Rosada hace un mes. Por entonces, el clima de confrontación estaba planteado por el plan del Gobierno con Vicentin. Rodríguez Larreta le dijo al ministro del Interior que siempre iba a jugar en el terreno de la "moderación y el diálogo", aunque por entonces estaba en contra de la expropiación de la cerealera. También aclaró que, aunque el Presidente lo tome como interlocutor, él no se arroga la representación de Juntos por el Cambio.
En el oficialismo son propensos a remarcar las diferencias que existen dentro de la coalición opositora. "A veces pareciera que Horacio se siente más cómodo trabajando con nosotros que con los suyos", provocó esta semana un importante colaborador del gobierno bonaerense.
La próxima prueba de la convivencia se dará mañana, en Uspallata, cuando Kicillof y Rodríguez Larreta se reúnan para cotejar sus planes para el 17 de julio. Quieren llevarle al Presidente las cosas lo más resueltas posible. Y necesitan que la curva de contagios los acompañe.
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