Alberto Fernández vuelve a incorporar a Agustín Rossi en el gabinete: lo designará como jefe de los espías en la AFI
La intervención de Caamaño en el organismo vence el fin de semana; cerca del Presidente dicen que el jefe de Estado quiere que el santafecino asuma como jefe de los espías
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Alberto Fernández viene buscando desde hace tiempo un lugar en su gabinete para Agustín Rossi y cerca del Presidente aseguran que ya definió la silla para él. El exministro de Defensa reemplazará a Cristina Caamaño como jefe de los espías, al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), según pudo reconstruir LA NACION en base a distintas fuentes con acceso a la mesa de decisiones presidencial. La medida se haría oficial mañana.
Esta semana, Rossi se encuentra de vacaciones familiares en el sur, pero los tiempos administrativos apremian. Caamaño ocupa el rol de interventora de la AFI desde el inicio de la gestión de Fernández. Durante dos años y medio, su mandato fue renovado cada seis meses, sin que su pliego fuera aprobado por el Senado. La última prórroga vence mañana, entonces el lunes a más tardar debe haber una resolución oficial.
Caamaño había dicho en febrero que “es un buen tiempo para que se termine la intervención” en alusión a que debería haber un titular formal de los servicios, cuyo pliego pase por el Senado. “Va a pasar lo que el Presidente decida”, dijo sobre su futuro en esa entrevista a Página 12.
Otrora espada del kirchnerismo en el Congreso, en los últimos meses Rossi devino en uno de los principales defensores del Presidente. Conforme creció el conflicto interno en el Gobierno, se convirtió en un consejero y en un apoyo político importante para él: funcionó como su “asesor externo”, desde el llano. Más de un funcionario de confianza de Fernández viene insistiendo en la necesidad de incorporarlo nuevamente al gabinete para apuntalar la figura presidencial y ganar una voz que potencie la gestión.
En las últimas semanas, el santafecino había sonado como potencial reemplazo cada vez que se especuló con un cambio de gabinete en el marco de la interna con el kirchnerismo. Pero nada de eso ocurrió. El Presidente se resiste a cambiar al staff de ministros. “Alberto se fijó como pauta no hacer movimientos que impliquen una escalada en la conflictividad con el kirchnerismo”, explicó a LA NACION un funcionario con llegada directa al Presidente.
Fernández entiende que designar a Rossi en la AFI es una decisión con poco costo político con sus socios. El del jefe de los espías es un cargo muy sensible y que reporta continuamente al Presidente, aunque -por su naturaleza- nunca tiene un alto perfil. El exministro de Defensa es uno de los que cree que Fernández debería salir por encima de las disputas palaciegas que lo enredaron en el último tiempo mostrando gestión.
Fernández quiere repatriar a Rossi a su gabinete luego de que se sintiera obligado a desplazarlo cuando el santafecino se lanzó con una candidatura legislativa el año pasado. El exministro había desafiado a la vicepresidenta cuando se postuló a senador con una lista en Santa Fe que compitió con el binomio pactado por Cristina Kirchner con el gobernador Omar Perotti (no muy feliz con el posible regreso de su rival). Fernández definió como “regla” que no podía haber “funcionarios-candidatos” y el santafecino dejó su silla en Defensa, con mucho pesar.
Intervención
Apenas asumió en Casa Rosada, Fernández decidió intervenir la AFI y “reducir al mínimo” la participación de los servicios de inteligencia como auxiliares de la Justicia en las causas penales. En aquel momento fue un mensaje a los jueces para comenzar a cortar los puentes formales que existen entre los tribunales y el organismo de los espías.
Sin disolver la agencia, el Presidente definió quitarle atribuciones de inteligencia criminal y, en cambio, fortalecer las áreas vinculadas con asuntos exteriores y de seguridad nacional. “Le sacó mucho músculo, ni siquiera quiso usar los fondos reservados como hicieron todos los presidentes”, se lamentó un exfuncionario que sigue muy cerca del jefe de Estado.
Además, Caamaño reformó la estructura organizativa de la agencia de inteligencia. En lugar de direcciones divididas por jurisdicciones, conformó tres secretarías: la de Producción de Inteligencia Nacional, la de Planificación de Inteligencia Nacional y la de Administración y Apoyo.
Caamaño, no obstante, fue una de las funcionarias más activas a la hora de radicar denuncias contra de la gestión de Mauricio Macri. En mayo de 2020 presentó el primer escrito en la justicia federal por presunta producción de inteligencia ilegal durante la gestión de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Además, fue la denunciante por presunto espionaje ilegal a los familiares de las víctimas del ARA San Juan.
El último caso resonante que partió de la AFI de Caamaño fue el de la “Gestapo”, bautizado así porque divulgó la filmación de una reunión, ocurrida en junio de 2017, en la que funcionarios de la gestión de María Eugenia Vidal se referían a la situación judicial del sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina. “Si yo pudiera tener una Gestapo, una fuerza de embestida para terminar con todos los gremios lo haría”, se lo escucha decir en ese video el exministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas.
Hace tres días, en tanto, la jueza federal María Servini sobreseyó a la interventora de la AFI en una causa que la investigaba por la filtración de nombres de espías que aparecían en una lista enviada por el organismo a un juzgado federal de Lomas de Zamora. Allí, el juez Juan Pablo Auge y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide investigaban a una organización de exespías dedicada a hacer espionaje ilegal a políticos y periodistas durante la gestión de Macri.
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