Alberto Fernández propuso a una testigo de identidad reservada para defenderse de las acusaciones de violencia de Fabiola Yañez
Según fuentes del caso, es una persona cercana al expresidente que trabajó en Olivos como ama de llaves y afirmó ante un escribano que la ex primera dama tomaba alcohol y escondía las botellas
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El expresidente Alberto Fernández empezó a desplegar su estrategia de defensa en la causa judicial donde está acusado por su exmujer Fabiola Yáñez de haberle pegado mientras estuvieron juntos como pareja. Se basa, por ahora, en la propuesta de una testigo de identidad reservada.
Se trata de una persona -relataron fuentes del caso- que trabajaba en la quinta de Olivos como una suerte de “ama de llaves”, cercana a Fernández, que dijo en una declaración que brindó ante un escribano que Yañez bebía con frecuencia, que se golpeaba cuando se caía bajo los efectos del alcohol y que escondía las botellas en un armario.
En esto consistiría la estrategia del expresidente: negar que hubiera golpeado a su exmujer y señalar que los moretones tuvieron otro origen que no son cachetazos o patadas, como declaró Yañez.
Fernández, mediante su abogada, Silvina Carreira, presentó un escrito ante el fiscal federal Ramiro González, en el que propuso a la “testigo A”. Sería una empleada que primero trabajó para Vilma Ibarra y luego para Fernández, que cumplió tareas en la quinta de Olivos y que hoy volvió a estar cerca del expresidente, al cuidado de sus perros Dylan y Blue.
Según dijeron a LA NACION allegados a Fernández, para la defensa, los dichos de esta testigo son “dirimentes de la cuestión” (de si existió violencia física o no).
El acta de la declaración realizada ante escribano público señala -según las fuentes- que la mujer trabajaba con “cama adentro” en Olivos como “ama de llaves” y que cuando Fernández y Yáñez estaban en pareja nunca vio violencia física entre ambos. Con respecto de los moretones de la ex primera dama, la testigo dijo que “le salían golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol” y mencionó que en una ocasión vio a Yañez en el piso cerca de la pileta de la quinta, después de una reunión con amigos.
La testigo relató que vio a Yañez beber sola y con amigos, y que tenía un armario con llave en su vestidor donde guardaba botellas con bebidas alcohólicas. También, que su peluquero le llevaba bebidas a escondidas.
La mujer dijo -relataron las fuentes- que Yañez bebía desde que se instaló en la quinta de Olivos. En su declaración, Yañez había relatado que comenzó a beber con frecuencia en 2016, desde que perdió un embarazo, debido a que Fernández la forzó a abortar.
La testigo rechazó que Fernández tomara alcohol o fumara, como declaró Yañez cuando dijo que el expresidente se juntaba con sus amigos hippies, que tomaban y fumaban marihuana.
La mujer dijo que Fernández no solo no golpeó a Fabiola Yáñez sino que era cariñoso con ella, aún cuando la veía en ese estado, que le causaba preocupación.
“En Olivos prestaba tareas los siete días de la semana con cama adentro por siete días de descanso”, dijo la testigo, que contó que trabajaba en el chalet y describió que las tareas “implicaban ordenar las rutinas en general de la pareja presidencial, como una especie de ama de llaves”.
Cuando la abogada le preguntó con quién vivía Fernández cuando lo conoció, ella dijo que solo, en el departamento de Puerto Madero. Y negó que haber visto o escuchado alguna vez “que el señor Fernández haya ejercido algún tipo de violencia contra la señora”.
Cuando le preguntaron si vio moretones, dijo que “sí”, que a Yañez “le salían los golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol”. En el registro de sus dichos consta: “La dicente manifiesta que por ejemplo la encontró caída en la pileta. Refiere que ese día Yañez había quedado hasta muy tarde con sus amistades y cuando la fue a buscar la encontró tirada en el piso en medio de las plantas en la zona de la pileta”. También figura en el acta que le preguntaron “si alguna vez Yañez le manifestó haber recibido algún golpe o maltrato por parte del señor Fernández, a lo que la señora contestó que no”.
Declaró que Fabiola “tomaba demasiado” cuando estaba con sus amigas y que “esas ingestas eran continuas”. Dijo: “A veces tomaba el alcohol en soledad y otras veces cuando se reunía con otras personas. La dicente siempre se ocupaba de limpiar y ocultar todas las bebidas y vasos para que el doctor Fernández no se enterara”.
La abogada de Fernández le preguntó si había algún lugar específico donde la señora Yañez ocultara alcohol, y la testigo afirmó: “La señora Yañez tenía un lugar y allí guardaba el alcohol bajo llave”. Ante la consulta de cuál era ese lugar, contestó que la casa de huéspedes tenía un armario con llave en el vestidor. “La llave la manejaba ella y ahí escondía la bebida. El peluquero le llevaba alcohol a requerimiento de ella y ahí la escondía”.
Cuando le preguntaron por qué escondía la bebida, la testigo contestó: “El señor Daniel Rodríguez [intendente de la quinta de Olivos] no quería que la bebida vaya al chalet ni a huéspedes y por ello le llevaban la bebida escondida”.
“Un trato cariñoso”
Al hablar del trato entre la pareja, la testigo dijo: “Vi un trato cariñoso, [Fernández] siempre le hablaba con cariño, con amor. Nunca noté nada que me llamara la atención de él. Siempre la cuidaba. Él era muy atento a pesar de verla en las condiciones en las que la encontraba. Él se preocupaba”.
Resta ahora que la testigo declare en los tribunales, bajo juramento. Hay que ver si con las preguntas del fiscal y de la abogada de Yañez, la testigo se mantiene en sus dichos.
La abogada Carreira adjuntó el testimonio de esta persona volcado en un acta notarial y señaló: ”No puedo dejar de destacar que los testimonios de personal de la quinta de Olivos deben tener recaudos especiales, dado que su exposición pública podría comprometer la seguridad nacional”.
La defensa llevó a tribunales el escrito en un sobre cerrado con el acta original con los datos personales de la testigo. Ese material sellado, y sin abrir, está guardado en la caja fuerte de la fiscalía en el quinto piso del edificio de los tribunales de Comodoro Py 2002.
La abogada Carreira pidió expresamente que la declaración sea a la brevedad y que no se filtren a la prensa ni la identidad ni la oportunidad en que se llevará a cabo esta declaración. La mujer ya habría sido citada.
Fernández viene negando que los hechos hubieran ocurrido como mencionó en su declaración Yáñez y empezó, con esta testigo, a construir su defensa.
Las pruebas que sostienen la denuncia de la víctima son chats de Yáñez que datan de 2021, enviados a la exsecretaria de Alberto Fernández María Cantero, con un relato de las agresiones y con dos fotografías donde se ve a la exmujer del expresidente con un moretón en un ojo y con marcas en los brazos, como si la hubieran zamarreado.
Los testigos que declararon hasta ahora -tres- hablaron de clima de hostilidad en la pareja y contaron que presenciaron discusiones subidas de tono pero ninguno dijo haber visto una agresión ni a Yañez con moretones. Cantero sí ratificó que los chats que recibió eran ciertos.
Ahora, Fernández busca con sus propios testigos dar vuelta esta impresión que está quedando en la causa desde el 6 de agosto pasado, cuando se empezó a ventilar la evidencia, con más fotografías aportadas por Yáñez de su celular, y fotos de otros presuntos mensajes que intercambió con su expareja.
De esos mensajes surge que Fernández intentó cerrar el episodio proponiéndole un acuerdo económico y la firma de un comunicado conjunto en el que ella negaba haber sido objeto de violencia, pero ese acuerdo nunca se concretó.
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