Frente a Alberto Fernández, Mario Poli advirtió sobre “tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos”
El arzobispo de Buenos Aires reclamó el camino del “diálogo siempre beneficioso para el bien común” y señaló que “falta el pan en tantas familias”; el Presidente llegó a pie desde la Casa Rosada, junto a sus ministros y Sergio Massa
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El presidente Alberto Fernández participó por primera vez en forma presencial del tradicional Tedeum por el 25 de Mayo en la Catedral metropolitana. Escuchó en primera fila un fuerte mensaje de la Iglesia, en favor del diálogo y la búsqueda de acuerdos para el bien común, “en medio de las tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos”.
Las deudas del cuadro social fueron señaladas por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, quien advirtió que el pan “falta en tantas familias” y llamó a cubrir las necesidades básicas: educación, salud y justicia. En la Argentina, la pobreza se ubica en 37,3% según la última medición del Indec: una cifra alta, pese a que se redujo significativamente en 2021.
“La democracia, que nos sostiene como cuerpo social organizado en instituciones, da lugar a la fraternidad, pero además requiere de la ética, la bondad y la solidaridad, la honestidad, el diálogo siempre beneficioso para el acuerdo y el compromiso por el bien común de todos. Sin estos valores que dan fundamento a la vida social, surge el enfrentamiento de unos con otros para preservar sus propios intereses”, afirmó Poli. Centró su mensaje en el magisterio del papa Francisco, especialmente en la encíclica Fratelli tutti, dedicada a la fraternidad y la amistad social.
El arzobispo recibió en el atrio de la Catedral al presidente Ferfnández, quien llegó al templo caminando desde la Casa Rosada, junto con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, sus ministros y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. No estuvo la primera dama, Fabiola Yaez. En tanto, participó de la ceremonia el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta.
Como es tradicional, previo a la ceremonia, el primer mandatario colocó una ofrenda floral al pie del mausoleo que guarda los restos del general José de San Martín, acompañado por el cardenal Poli, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y los jefes de las Fuerzas Armadas.
El tedeum porteño constituyó la primera aparición pública del cardenal Poli, tras la polémica suscitada a raíz de la auditoría de un organismo del Vaticano, que cuestionó el manejo administrativo de la arquidiócesis a raíz de operaciones inmobiliarias, y su posterior audiencia privada con Francisco, en Roma.
En los dos años anteriores, por las restricciones de la pandemia, el tedeum se celebró en forma virtual, y el Presidente lo siguió desde Olivos.Esta vez, el mandatario asistió a la Catedral luego de que se cancelara la idea original de que viajar a la Antártida para conmemorar allí el aniversario de la Revolución de Mayo. “Nunca estuvo en duda que iba al tedeum si estaba en Buenos Aires. Solo si podía hacer un acto patrio en la Antártida no iba a ir, pero sí lo harían los ministros y el secretario de Culto”, explicó a LA NACION una fuente oficial.
El cardenal estuvo acompañado por sus obispos auxiliares Joaquín Sucunza, Ernesto Giobando, José María Baliña y Gustavo Carrara, además del rector de la Catedral, el padre Alejandro Russo. Hubo, además, dignatarios de otras confesiones religiosas.
El sermón de Poli se sumó a otros mensajes de obispos argentinos que celebraron la fecha patria en sus diócesis. El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, llamó a encontrar “esa conciencia de un destino común y de una pertenencia a la patria que da identidad y arraigo”. Y añadió: “No se trata de dominar espacios de poder, sino de usar las posibilidades que uno tiene para generar procesos de transformación”.
En la Basílica de Luján, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, animó a “descubrir la grandeza y dignidad de los otros y reconocerlos compatriotas en los sueños, en los anhelos y en las luchas que están más allá de los posicionamientos ideológicos”.
En tanto, en la explanada de la Basílica de San Pedro, en Roma, Francisco individualizó a un grupo de argentinos con banderas y un cartel que decía “Viva la patria” y les dirigió un saludo especial. “¡Hay un buen grupo de argentinos! Y en este día de la fiesta nacional de nuestra patria, les envío un cordial saludo a ustedes y a todo el pueblo argentino. Que Dios los bendiga”, dijo el Papa en la audiencia general.
Justicia y concordia
Al comenzar el tedeum en la catedral porteña, Poli invitó a rezar para que “la prudencia de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en paz y en prosperidad”. LLamó, además, a “volver la mirada a las raíces de la identidad”, al revalorizar los ideales de los protagonistas de la gesta de 1810.
La advertencia sobre las “tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos” se registró en medio de la interna que atraviesa el gobierno de Alberto Fernández. Frente a los signos de confrontación, el cardenal citó otra vez a Francisco, al señalar que “la vida no es un tiempo que pasa, sino un tiempo de encuentro”.
Poli se refirió al derecho a la vida como “el más importante de los derechos humanos”, luego de que uno de los puntos más altos de tensión con la administración de Fernández se diera por la sanción de la ley de aborto legal, a la que la Iglesia se opuso fervientemente
El arzobispo de Buenos Aires hizo un llamado a “no despreciar la fe” y aseguró que esa mirada “ayuda a trascender, nos pone de pie después de cada caída, nos anima en la diversidad y a ver posibilidades donde otros solo ven fracasos”.
“No nos cansemos de promover el bien, la justicia, la paz, cuidando de transmitir a las actuales generaciones los valores más auténticos y el acervo cultural que nos identifica. Para que ejerzan el derecho de saber que hay futuro y razones profundas para seguir viviendo y amando en nuestra patria”, señaló el cardenal primado en su mensaje.
Para cerrar su intervención, el cardenal Poli gritó: “¡Viva la patria!”. Pero, descontento con el poco fervor que encontró en los asistentes, volvió a arengar: “No se escuchó. ¡Viva la Patria!”.
Con la colaboración de Paula Rossi
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