Alberto Fernández no aplicará la ley de abastecimiento para llegar a un acuerdo de precios
Fernández también resolvió que la prohibición de despidos y el pago de la doble indemnización terminarán el 31 de diciembre, como está dispuesto; la preocupación por la inflación y la confirmación del viaje a Italia y Escocia
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Alberto Fernández decidió que no aplicará la ley de abastecimiento y se prepara para anunciar un acuerdo de precios de productos de primera necesidad hasta fin de año. Se trata de un guiño para los empresarios después de una semana cargada de reuniones y encuentros con los líderes de las principales firmas del país.
El Presidente ya habló del tema con el flamante secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, quien había amenazado con la aplicación de multas. “Nos vamos a poner de acuerdo”, anticipó a LA NACION una altísima fuente del gobierno nacional.
El segundo gesto de buena voluntad hacía el mundo empresarial lo anticipó el Presidente en el Coloquio de IDEA: la prohibición de despidos y el pago de la doble indemnización no se prorrogarán. Su fecha de vencimiento será el 31 de diciembre, como está dispuesto.
Si bien algunos especularon con que el mandatario podría firmar un decreto para dar de baja ambas medidas, según confirmaron cerca del jefe del Estado esto no ocurrirá. La proximidad de las elecciones y del vencimiento lo hacen innecesario, analizaron desde la Casa Rosada.
Eso sí, no habrá cambios ni reforma laboral, como pidió, por ejemplo, el candidato a diputado por Juntos por el Cambio Martín Tetaz. En conversaciones con su equipo el Presidente descartó la posibilidad de avanzar en ese sentido y explicó que el problema de fondo no está relacionado con la indemnización, sino con lo que definió como la industria del juicio en el fuero laboral. “Es un tema de la Justicia”, aseguraron allegados a Fernández.
La aceleración de la inflación volvió a encender las alarmas. En septiembre fue de 3,5 por ciento y se espera para octubre un número similar. El aumento de los precios, sobre todo en los alimentos, es uno de los reclamos más extendidos que recibe el mandatario en sus visitas por el conurbano bonaerense; al tope de la lista, igualmente, sigue estando la inseguridad.
Feletti, que asumió esta semana en lugar de Paula Español y que llegó al Gobierno por una recomendación que el jefe de Gabinete, Juan Manzur, le hizo al Presidente, planteó como primera medida el congelamiento de precios para alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza –se trata de 1247 productos–, una canasta de Precios Cuidados recargada y en todos los casos los productos mantendrán los precios que estaban vigentes el 1 de octubre hasta el 7 de enero.
Fue la precipitación de algunos incrementos provocó la airada reacción y la amenaza de sanciones. Desarticulada la amenaza por el Presidente, el secretario de Comercio Interior expresó con claridad el objetivo que se trazó. “En lo inmediato queremos garantizar un trimestre de consumo y alegría”, dijo Feletti en diálogo con AM750.
Mientras prepara su viaje a Roma, donde participará del G20 –estará 29, 30 y 31 en Italia y de ahí partirá hacia Glasgow, Escocia, para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el 1 y 2 de noviembre–, el Presidente avanzó en los últimos días con varios encuentros con empresarios.
El martes almorzó con Marcos Bulgheroni (Pan American Energy), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Javier Madanes Quintanilla (Fate-Aluar), Jorge Brito (Macro), Francisco De Narváez (GDN), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros). Y el viernes se transformó en el primer mandatario kirchnerista en pisar el coloquio de IDEA –había participado el último año de forma virtual–, en la simplificación del kirchnerismo duro, territorio del poder económico opositor.
El Presidente se sorprendió ante algunos señalamientos, aunque en la intimidad reconoce que parte central del problema de los aumentos de precios está relacionado con la falta de jugadores en el mercado de alimentos y no descarta “cierta motivación política” en la actitud de algunos formadores de precios.
“No soy antiempresario”, les dijo en esa comida en la Casa Rosada, en la que se sorprendió gratamente por las palabras y el rol de De Narváez, al que menos conocía de los ocho hombres de negocios. También estuvieron presentes Manzur y el ministro del Interior, Wado de Pedro.
Pero no hay detrás de estas acciones un plan de seducción o un pedido para sostener la gobernabilidad, según aclararon cerca del Presidente. Tampoco busca la conformación de un grupo empresario para avanzar en discusiones de fondo. El objetivo es ordenar una economía que se “desordenó” por el resultado electoral, según admitieron fuentes oficiales. De gestos se nutre por estas horas el gobierno nacional, eso fue lo que sucedió en estos últimos días.
“Los empresarios ninguno está pensando en la elección. Todos piensan en el 2023 y en los dos años que quedan de Gobierno. Los necesitamos de acá al 2023″, se sinceró uno de los integrantes del gabinete nacional.
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