Alberto Fernández llegó a Moscú y hoy se reunirá con Vladimir Putin
La delegación argentina arribó al aeropuerto de la capital rusa y se alojó en un hotel histórico en la zona de la Plaza Roja y el Kremlin; el Presidente estará en tierra moscovita solo un día y partirá a China
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MOSCÚ, enviada especial.- Temperaturas bajo cero y la guerra de nervios entre Rusia y Ucrania al rojo vivo. Ese es el clima que recibió esta noche aquí al presidente Alberto Fernández, que después de un vuelo de 16 horas directo desde Buenos Aires, aterrizó el miércoles en una Moscú gélida pero más encantadora que nunca, nevada e iluminada aún con luces navideñas, donde hoy tendrá su primer encuentro cara a cara con su par ruso, Vladimir Putin.
Fernández, que fue recibido pasadas las 20 locales -14 en la Argentina- en el aeropuerto por el vicecanciller ruso Sergei Ryabkov y el embajador argentino Eduardo Zuaín, enseguida se trasladó hasta el magnífico e histórico hotel Metropol -obra maestra del art nouveau- que queda a pasos de la emblemática Plaza Roja y del Kremlin, donde el mandatario pasará su única noche en Moscú.
En efecto, después reunirse con Putin seguirá viaje rumbo a Pekín, donde asistirá a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos Invernales y se verá con otro jugador clave del tablero internacional, el presidente chino, Xi Jinping.
La cita rusa genera expectativa, aunque es criticada porque se da justo en medio de altísima tensión mundial por el conflicto en Ucrania, mientras Washington y la Unión Europea presionan para una desescalada y Putin, cada vez más aislado, insiste en que han sido desoídos sus reclamos de seguridad.
El Gobierno argentino no sólo busca profundizar en el sentido más amplio el vínculo con Rusia -un país seis veces más grande, con una población de 146 millones de habitantes y uno de los grandes actores de la escena internacional-, sino también, la posibilidad de sumarse al grupo de los BRICS, que integra junto a Brasil, India, China y Sudáfrica. Se trata de una asociación económico-comercial de cinco economías nacionales emergentes que en la década de 2000 aparecían como las más prometedoras del mundo. Los BRICS al principio fueron considerados el paradigma de la cooperación Sur-Sur, aunque recientemente esta interpretación fue puesta en duda vistas las contradicciones entre los intereses de China, hoy una superpotencia y los demás miembros, así como la pérdida de proyección económica.
“Se trata de uno de los temas en carpeta y una aspiración que podría plantearle Alberto a Putin: que los BRICS incorporen a la Argentina y el club pase a ser BRICSA”, revelaron a La NACION fuentes informadas, que destacaron que un posible cambio de gobierno en Brasil, con Lula da Silva de nuevo el poder, haría plausible tal proyecto.
De todos modos, no será ése el único tema en el almuerzo de trabajo que compartirán Putin y Fernández, que estarán totalmente solos, acompañados solamente por intérpretes. Aunque lo acompañan en la gira, entre otros, el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Economía, Martín Guzmán, los dos funcionarios se quedarán esperándolo en el Hotel Metropol. No sólo porque ése es el formato acordado, sino también debido a la exigencia puesta por China de que la comitiva que acompaña al Presidente, reducida a quince personas en total, se quede aislada en una burbuja y no se exponga a posibles contagios de coronavirus, el fantasma más temido.
Fernández, que llegó golpeado por la crisis que provocó el hijo de su vicepresidenta, Máximo Kirchner, que pateó el tablero en desacuerdo con el acuerdo de entendimiento con el FMI, también tiene previsto explicarle a Putin cómo avanza esta compleja situación.
Nadie sabe si será tan explícito como cuando anunció el principio de entendimiento con el Fondo, el viernes pasado, cuando habló de “una espada de Damocles” y “una soga al cuello”. Al respecto, agradecerá el apoyo en la negociación de Rusia -que también tiene votos en el organismo internacional de crédito-, y el acompañamiento en cuanto al tema de las sobretasas que tuvo en la reunión del G20 que hubo en Roma a fin de octubre pasado. Entonces Putin, junto con XI, fue uno de los grandes ausentes. Ambos pegaron el faltazo debido a la pandemia.
Aunque algunos especularon con algún auxilio financiero adicional, una posible cesión rusa de DEG (derechos especiales de giro), la moneda del Fondo, había pocas esperanzas.
“No nos van a dar plata. Si por financiamiento se entiende alguna obra, puede ser”, adelantó un funcionario, que destacó que al margen de la última cumbre del G20 se firmó un acuerdo sobre una asociación estratégica ruso-argentina en el campo del uso pacífico de la energía atómica. Entre las principales áreas de cooperación previstas en ese documento se encuentran el desarrollo de diversos modelos que permitan implementar proyectos para construir centrales nucleares de pequeña y gran capacidad en la Argentina. En una entrevista con la agencia rusa Tass en vista del viaje, Fernández se mostró dispuesto a reanudar negociaciones en este sentido, sobre todo después del preacuerdo sellado con el Fondo.
Fernández, que se dio las tres vacunas Sputnik V, de fabricación rusa, en el encuentro le agradecerá a Putin el hecho de que Rusia brindó asistencia y fue el primer país que envió cargamentos del fármaco cuando el mundo se peleaba por acaparar dosis para inmunizar a las respectivas poblaciones. Esto marcó un repunte en la relación bilateral, que el Gobierno espera profundizar en lo económico y comercial, diversificándolo e intentando que no se limite solamente a commodities y Covid.
Como no podía ser de otra manera, Ucrania, una cuestión que le quita el sueño al mundo, también estará sobre la mesa. Fernández destacará que la posición del país ante este y los demás conflictos con otras ex repúblicas soviéticas -Kazajistán, Armenia y Azerbaiyán por Nagorno Karabaj y demás situaciones -es que deben solucionarse pacíficamente, a través del diálogo. Y le recordará a su anfitrión que en su patria vive una gran comunidad ucrania, tanto es así que la Argentina es amiga de los dos países.
@alferdez ya llegó al hotel Metropol donde fue recibido por la gerenta. Un intérprete traduce la importancia histórica del edificio, obra maestra del art nouveau 🇷🇺 pic.twitter.com/gQOy1DavTY
— Elisabetta Piqué (@bettapique) February 2, 2022
“Esta gira a Rusia y China (con escala final en Barbados) está enmarcada en una política exterior argentina tradicionalmente neutralista y multilateralista, relacionada con la política de la tercera posición peronista: somos un país independiente, que hay que relacionar con todos los actores importantes: Estados Unidos, China, la Unión Europea, Rusia”, explicaron. “Es una estrategia atacada por quienes en su momento tuvieron un alineamiento automático con Estados Unidos, pero es una estrategia de tradición histórica: hablar con todos, no poner todos los huevos en una misma canasta”, graficaron. Y que no puede ser vista en clave anti-Estados Unidos, subrayaron, “porque no es así”, agregaron las fuentes, que recordaron que recientemente el canciller Cafiero estuvo en Washington con su par, Antony Blinken, y que fue clave el apoyo político de la Casa Blanca para el preacuerdo con el Fondo.
Se trata de un “contexto de relaciones de política exterior diversificado”, porque la Argentina es un país periférico que necesita de una visión más omnicomprensiva de las relaciones internacionales y que no significa estar con uno o estar con otro.
“La Argentina en la Primera Guerra Mundial fue neutral y no le declaró la guerra al Eje hasta 1945. La Argentina es un país con tradición neutralista, de ahí viene el famoso dicho ‘¿yo? ¡argentino!”, insistieron en recordar las fuentes, entre risas.
Aunque algunos por lo bajos admitían que “si hubiera sido por Alberto”, antes que a Moscú, hubiera viajado a Estados Unidos a verlo a Joe Biden, admirador del papa Francisco con quien se cruzó brevemente en Roma durante el G20 de fin de octubre pasado. Pero la invitación de parte de la Casa Blanca todavía no llegó.