Alberto Fernández, eufórico: "A partir de hoy se acabó el concepto de la grieta"
En un clima de fiesta, el candidato del Frente de Todos dijo: “Una vez más, vamos a resolver los problemas que otros generaron”; anticipó su rechazo a una reforma laboral
"Estoy seguro de que hoy la Argentina parió otro país, un país en el que el único trabajo que tenemos Cristina y yo es que los argentinos recuperen la felicidad que han perdido", exclamó Alberto Fernández antes de salir a la calle para saludar y "agradecerle de corazón" a la multitud que, al filo de la medianoche, festejaba su contundente triunfo sobre Mauricio Macri en las primarias de ayer.
"Se siente, se siente, Alberto presidente", le devolvieron los centenares de militantes reunidos frente al búnker del Frente de Todos, en pleno barrio de Chacarita.
Dentro del búnker, Fernández retomó en su discurso parte de los conceptos con los que hizo campaña: volvió sobre la "defensa" de los jubilados frente al pago de los intereses de las Leliq, la reconstrucción de las pymes, la defensa de la educación pública y el "no" a la reforma laboral. "Se acabó el concepto de la grieta y de cualquier cosa que nos divida", exclamó, antes de llevarse una de las ovaciones de la noche. Además, ya pensando en la campaña hacia octubre, prometió: "A nadie le vamos a preguntar a quién votó. Prometo trabajar para que me entiendan". Y se despidió con otro de sus clásicos: "Una vez más, vamos a resolver los problemas que otros generaron".
Sobre el escenario estuvieron los principales candidatos del Frente de Todos: Axel Kicillof y Verónica Magario; Matías Lammens y Gisela Marziotta; Sergio Massa, Máximo Kirchner y el resto de los postulantes a legisladores nacionales. Fernández subió a Juan Manzur, a quien le agradeció que estuviera allí en representación de los caciques peronistas que apoyaron su candidatura. También Cristina estuvo sobre el escenario, con un mensaje grabado desde Río Gallegos en plena tensión por la demora en la difusión de los resultados (ver aparte). "Vamos a volver", le devolvieron desde abajo los militantes. Después, hablaron Máximo Kirchner, Massa, Kicillof y Fernández, en ese orden.
Festejos progresivos
Afuera, en la avenida Corrientes al 6200, el saludo de Fernández funcionó como una suerte de "permiso" para festejar del todo la victoria.
Desde temprano, en el búnker se notó un esfuerzo por administrar el entusiasmo y la ansiedad. Los números favorables circulaban desde temprano. "Ganamos en Santa Fe y en Entre Ríos, y en Córdoba nos fue muy bien, mucho mejor de lo que esperábamos", decían los voceros del candidato cuando todavía no había cerrado la votación. También se hablaba ya de 10 puntos de diferencia con Macri en la provincia de Buenos Aires y de una "muy buena" performance de Lammens en la ciudad.
Justamente, para aplacar la impaciencia aparecieron dirigentes en duplas. Felipe Solá denunció que el Gobierno estaba ocultando los resultados intencionalmente.
Los apoderados de otros partidos de la oposición denunciaban que se haba caído el sistema de Smartmatic, empresa encargada del escrutinio provisorio. En la compañía lo negaron, pero el Frente de Todos amenazaba con que si no empezaban a dar datos oficiales difundirían los propios, surgidos del comando de Caballito.
Paradójicamente, la tensión y el malestar por la demora en la carga de los resultados oficiales empezaron a crecer junto con el clima de fiesta y de los números que llegaban a oídos de los candidatos instalados en el segundo y el tercer piso del búnker. Eran poco más de las 22. En Mendoza, donde hasta ese momento se suponía que Fernández había hecho una muy buena elección, Juntos por el Cambio reconocía la derrota.
De clásicos de Fito Páez, Soda Stereo y Charly García se pasó a "El tutá tutá", de Los Auténticos Decadentes, y "A brillar mi amor", un clásico del cancionero kirchnerista. La página del escrutinio oficial seguía anunciando que los datos estarían disponibles "a partir de las 21".
La fiesta dio un paso más a las 22.15, cuando Macri reconoció la derrota en Costa Salguero. "Mirá esas caripelas. Velorio es poco", decía un militante colado en el área de prensa, en el primer piso, mientras la TV mostraba las imágenes del Presidente, Miguel Pichetto, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. La fiesta avanzó algo más con "Me vas a extrañar", una de las cumbias hit de los últimos meses.
A las 22.30, cuando por fin empezó la carga de datos, y tal vez en una muestra de la idea de "kirchnerismo ampliado" con la que Fernández hizo campaña, los militantes cantaron la marcha peronista con el agregado sui generis de la estrofa que termina con el "Junto a Néstor y Cristina/La gloriosa JP". La web del escrutinio mostraba una diferencia de 15 puntos a favor de Fernández. No se vieron banderas de La Cámpora ni de otras organizaciones vinculadas al kirchnerismo más puro. En cambio, durante los discursos, flamearon banderas argentinas, repartidas por los organizadores. Después, la euforia empezó a fluir. Con el "se siente/se siente/Alberto presidente", la militancia pedía la presencia del candidato. Siguieron los cantos hasta que se escuchó la voz de una locutora. "Bienvenidos a esta fiesta", dijo. Y entonces sí, empezó la fiesta.
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